Las colocaciones del sector privado en efectivo en el sistema bancario llegaron a los USD 16.300 millones, un umbral que habían perdido en septiembre último
El ingreso de divisas por exportaciones del agro reforzó las reservas del BCRA y esta mejora contribuyó a reducir los temores que pesan sobre el mercado cambiario. Una de las consecuencias de este cambio de percepción es que los depósitos en dólares en efectivo del sector privado en el sistema bancario alcanzaron los USD 16.300 millones, una marca que habían perdido a finales de septiembre del año pasado, nueve meses atrás.
La caída de depósitos en dólares a la vista observada a partir de mediados de septiembre 2020 tuvo que ver la aplicación del un recargo del 35% en concepto de retención del Impuesto a las Ganancias para la compra de dólar para atesoramiento, que renovó la incertidumbre entre los ahorristas. Esta carga impositiva se sumaba al Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) del 30%, vigente desde diciembre de 2019.
Aunque sobre la demanda privada se estableció un cupo de USD 200 mensual desde el 28 de octubre de 2019, el interés minorista por comprar dólares en bancos encontró un incentivo extra a partir de la última semana de junio, cuando el dólar “ahorro” pasó a ser más barato que el dólar libre.
Por otra parte, ante una elevada inflación de 50% anual, con un tipo de cambio oficial que sube a un ritmo entre 1 y 2 mensual, crecen las especulaciones acerca de una aceleración de los precios del dólar en el mercado oficial en los meses posteriores a las elecciones de medio término.
“Si bien la reducción en el ritmo de devaluación de la flotación administrada del tipo de cambio oficial, así como también la política de definición de tarifas, intentan funcionar como un anclaje de la inflación, esta segunda mitad de año se caracterizará por mayores niveles de emisión monetaria y estímulos al consumo que pondrían poner en riesgo la estrategia mencionada”, evaluó Federico Broggi, Head of Research de IEB (Invertir en Bolsa).
La dolarización minorista también tiene que ver con la previsión de una mayor apertura en la medida que avanza la vacunación contra el Covid-19, que permitiría en un corto plazo una mayor flexibilidad para viajar al exterior y utilizar las divisas.
El crecimiento de los depósitos privados en moneda extranjera se relaciona además con la señal de confianza que implica el crecimiento de las reservas internacionales brutas del BCRA, ahora en torno a USD 43.000 millones y en su máximo nivel desde finales de agosto. En los últimos ocho meses la entidad mantuvo el saldo neto positivo por sus intervenciones y acumuló compras netas por unos USD 8.000 millones desde diciembre.
Las reservas alcanzaron los USD 43.000 millones por primera vez desde el 24 de agosto del año pasado, casi once meses atrás. Y el 1 de diciembre pasado tocaron un piso de USD 38.619 millones, el monto más bajo en casi cuatro años, desde los USD 38.509 millones del 26 de diciembre de 2016.
Adicionalmente, el crecimiento de los depósitos en dólares también acentúa la mejora de las reservas brutas del Central, pues la diferencia entre depósitos y préstamos en moneda extranjera se computan dentro de activos externos de la entidad como encajes.
Esas inmovilizaciones, que hoy representan el 25% de las reservas brutas, alcanzaban a USD 10.989 millones el 13 de julio último, diferencia entre depósitos privados por USD 16.339 millones y préstamos por USD 5.347 millones a los sectores exportadores de bienes y servicios, principalmente.
Hay que recordar que los depósitos en dólares a la vista del sector privado habían anotado un récord histórico de USD 32.499 millones el 9 de agosto de 2019, menos de dos años atrás, casi el doble del stock presente.
Pero después de las PASO del 11 de agosto de aquel año, que consagraron a la fórmula presidencial de Alberto Fernández y Cristina Kirchner como la de mayores posibilidades para las elecciones presidenciales de octubre, sobrevino una contundente racha bajista para acciones y bonos y un salto cambiario que obligó al regreso del cepo cambiario en el 1 de septiembre de 2019. En el mismo sentido, se produjo una rápida salida de las colocaciones en divisas.
Poco incentivo para quedarse en pesos
Otro incentivo para dolarizar el ahorro es el de las tasas de interés reales negativas en pesos que ofrecen los plazos fijos tradicionales, habida cuenta de que según el Banco Central la tasa efectiva anual mínima para plazos fijos de personas humanas por hasta $1 millón para depósitos a 30 días alcanza el 43,98%, por debajo de una inflación en el umbral del 50% anual.
“Si para alentar el ahorro en moneda local es necesario que los plazos fijos le ganen a la inflación esperada y a las expectativas de devaluación, el Banco Central no parecía enfocarse en eso. Por el contrario, para desalentar la corrida reforzó el control de cambios, ajustando al mercado por cantidades en lugar de hacerlo por precios”, resalta Ecolatina en un informe.
“Los períodos electorales suelen venir acompañados de políticas fiscales expansivas y presiones cambiarias. El atraso del dólar antes de los votos es una característica de la economía argentina, casi tan repetida como las correcciones posteriores”, agregó Ecolatina.
En ese sentido, los analistas de Portfolio Personal Inversiones apuntaron que “la mirada del inversor local seguirá centrada en lo político, en el medio de las definiciones de listas y encuestas que van llegando”.
Y acotaron que “a medida que se acerque la fecha electoral, este driver comenzará a tener más peso y los inversores tomarán sus posiciones especulando con el resultado. En el interín, la volatilidad seguirá marcando presencia y no vemos un cambio de expectativas fuerte hasta después de las elecciones –si es que sucede-”.