El acceso, la inflación, el tipo de cambio, las tasas de interés y los salarios son algunas de las condiciones a las que hay que prestar atención a la hora de tomar un crédito UVA. Este tipo de créditos, que se ajusta por Unidades de Valor Adquisitivo, cuenta con algunos beneficios y otras cuestiones a tener en cuenta.
Lo primero a saber de los créditos UVA es que es un crédito ajustable, es decir, que se ajustará tanto la cuota y el capital por la unidad que evoluciona en forma similar a la inflación. Este tipo de crédito se compone por una tasa que varía entre 6 y 10%, según el banco más el ajuste de las cuotas correspondiente al índice inflacionario. Además, las cuotas no pueden superar el 25% de los ingresos del tomador.
En general, los especialistas coinciden en que la principal ventaja es la accesibilidad para tomar el crédito. Federico González Rouco, asesor en la Secretaría de Coordinación de Políticas Públicas de la Jefatura de Gabinete opinó que la principal ventaja es que «después de muchos años la discusión si sacar o no vuelve a ser factible para mucha gente», sobre todo para «familias de clase media que tienen ingresos de entre 20 mil y 60 mil». Los créditos a tasa fija, en cambio, requieren ingresos mayores a esos montos, con lo que la posibilidad de ingreso es más difícil.
Asimismo, se conforma como la alternativa al alquiler, que sirve para acceder a una vivienda, principalmente por el costo de la cuota inicial, que iguala o mejora el precio de un mes de alquiler. «Se puede acceder a la posibilidad de compra con un salario medio e incluso sumando otros. Abre la posibilidad de que se pueda comprar», dijo a LA NACION José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.
«Vos podes tener un crédito de mayor monto, una cuota inicial más baja, por eso el UVA tiene acceso a los quintiles más bajo de ingreso», sostuvo Amilcar Collante, economista del Centro de Estudios del Sur (Cesur). El problema – dijo- es que «No hay deposito suficiente para abastecer la demanda de crédito, entonces los bancos suben la tasa».
En este sentido, el analista financiero, Christian Buteler, explicó que el primer riesgo para este tipo de créditos es la inflación. «Por eso puede haber momentos en que se complique alcanzar la deuda. Sube la cuota y el capital de la deuda. Cuando se lanzaron estos créditos, empezaron con la visión de que la inflación iba a bajar y eso no fue como se esperaba», afirmó.
Del movimiento inflacionario, se desprende la llamada «carrera con los salarios», es decir, que los índices de inflación no superen el valor de los ingresos para los que tomen créditos. Martin Alfie, economista de la consultora Radar, analizó: «Cuando sacas el crédito en UVA, se fija la tasa, pero se ajusta a la inflación. Ahí no hay aumento de la tasa en sí, sino en el impacto de los precios, una aceleración inflacionaria o una devaluación, que generan incertidumbre».
La cuestión de los salarios preocupa, principalmente por la perspectiva para este año con las paritarias y el cumplimiento de las metas de inflación que pretende el Gobierno. «Si las paritarias se quieren cerrar en 15%, pero la inflación se proyecta más cerca del 20%, los sueldos pierden; además, el aumento de salarios tiene saltos más discretos, mientras que el movimiento inflacionario es mensual», destacó Alfie.
Frente a este escenario, otro de los temas que preocupa es la volatilidad del dólar. Esto, según los especialistas, genera inestabilidad al momento de sacar el crédito – y lo que pase con la variación del precio del tipo de cambio durante los días en que se gestiona el préstamo- y, como el costo de las propiedades se cotiza en dólares, por el valor del peso, el monto representa un gasto mayor.
«La devaluación del peso genera una pérdida en el primer tramo y después, el traslado de la suba del dólar al peso, como la deuda está atada a la inflación, se pagará un precio mayor por la suba del dólar», consideró Buteler.
Lo cierto es que en el 2017, la venta de viviendas creció un 40,9% en relación al año pasado y se efectivizaron 63.382 escrituras de compraventa de inmuebles, según el Colegio de Escribanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este boom en la demanda de propiedades inmobiliarias trasladó a precios el costo de las viviendas, a la par de una oferta que busca saldar esa cantidad de requerimientos.
«Hay un fuerte aumento de la demanda y eso presiona sobre el valor de las propiedades, pero el mercado responde con construcción privada. Eso está vinculado al mercado hipotecario. El mecanismo que tienen los créditos UVA para generar cobertura frente a eso es alargar los plazos de la deuda, pero eso también puede generar deudas muy largas», precisó Alfie.
Por último, los especialistas recomendaron tener en cuenta que se trata de un contrato extenso – de 20 o 30 años de duración, que requiere un ahorro previo y una proyección de inversión. Lo ideal es programar una estrategia a partir de la evolución de ingresos personales, con mirada al escenario económico del país.
«Lo recomendable es no asumir la deuda con el máximo posible, es decir, no entrar al límite de la capacidad de endeudamiento porque ate cualquier desfasaje entre el ingreso y la inflación uno puede pagar mucho más de lo previsto», dijo Rozados y agregó que es necesario poner el ojo sobre los requerimientos de escritura, plano de mensura y subdivisión actualizado y, si se trata de una casa, plano municipal aprobado, que se ajunte a la realidad de lo construido del inmueble.