El avance del coronavirus afecta a la economía global y hunde a los índices bursátiles. Los papeles locales acusaron las mayores pérdidas en dólares
Parece una situación contradictoria: aunque los contagios por coronavirus en la Argentina no alcanzan aún un número alarmante y están lejos de los casos registrados en países de Asia y Europa, el bajón de precios en los mercados financieros detonado por la pandemia golpeó con más fuerza sobre los bonos y las acciones de nuestro país.
Los temores sobre el futuro de la economía mundial, con pérdida de consumo, colapso del turismo y retracción del comercio, se sintió en los mercados. Desde el récord histórico del 12 de febrero, el Dow Jones de Wall Street perdió un 21,5% en promedio. El precio del petróleo recortó una cuarta parte de su valor. Los países centrales retrajeron sus tasas de interés a “zona cero” para estimular la actividad y anunciaron inyección de liquidez por vía monetaria y fiscal.
Con en ese panorama incierto, los índices de Wall Street se desplomaron: el Dow Jones cedió en conjunto un 10,4% en los últimos cinco días; el S&P 500, un 8,8%, y el Nasdaq, un 8,2 por ciento. El índice europeo STOXX 600 perdió cerca de 18% en la semana. Y el panel S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires resignó en promedio un 24,4% en dólares.
El analista financiero Luis Palma Cané dijo: «los bancos centrales están actuando al unísono, bajando la tasa de interés e inyectando liquidez. No pareciera que esto fuera el remedio definitivo ni mucho menos, pero al menos ayuda. Algunos países ya están hablando de implementar políticas fiscales expansivas de gasto público, pero estamos ante una situación realmente novedosa, donde hay una crisis de oferta y, simultáneamente, en la demanda”.
El índice Vix, cuya evolución se correlaciona en forma inversa con el S&P 500 de Wall Street, alcanzó máximos desde 2008, en los 75 puntos este jueves. El viernes finalizó en elevados 57,8 enteros. Este indicador de “miedo bursátil”, con un límite de 100 puntos, se ubicaba en 14 puntos el 19 de febrero último.
Este “tsunami” vendedor de acciones a escala global, y también de bonos emergentes, dejó expuesta la vulnerabilidad financiera de la Argentina, pues sus activos fueron los que acumularon las mayores pérdidas. Las acciones argentinas se desplomaron, en promedio, 42,5% en dólares en el transcurso de 2020, y 31,7% en pesos.
Riesgo país sube, con bonos a precios de default
Los bonos en dólares de referencia cedieron al 35% de paridad. Esto significa que aquel inversor que haya invertido USD 100 en un título público argentino hoy recibiría apenas USD 35 si quisiera venderlo en el mercado secundario, con una cuantiosa pérdida de capital.
Otra cara de esta moneda es el ascenso del Riesgo País argentino, en el rango de los 3.100 puntos básicos que no alcanzaba desde el anterior default de la deuda soberana, resuelto en 2005.
Este indicador de JP Morgan, que mide la brecha de tasas entre los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, subió para todos los países, pero lo hizo mucho más para la Argentina, en un proceso de reestructuración de deuda soberana por más de USD 100.000 millones.
En una comparación con los pares regionales, el Riesgo País de Brasil avanzó en el último mes 164 puntos básicos, desde los 203 a los 367 puntos, el de Colombia trepó 196 enteros, de 165 a 361 unidades; en tanto para Argentina aceleró el alza en unos 1.100 unidades, de los 2.037 a 3.103 puntos básicos.
“No hay que perder de vista que a estas paridades se abren las puertas para los fondos especulativos y esto es claramente negativo para el país, en estos días los títulos soberanos se encuentran ‘priceando’ (trasladando a precios) una reestructuración muy agresiva”, puntualizó Joaquín Candia, analista de Rava Bursátil.
Los bonos de los EEUU o Alemania fueron los protagonistas del “vuelo a la calidad” en los mercados, por considerárselos los activos más seguros del mundo y de repago garantizado.
Los grandes fondos de inversión arbitraron entre ventas de acciones globales y bonos emergentes y estos papeles de deuda, cuyo precio subió y cuya tasa de retorno implícita registró mínimos históricos, de 0,4% anual para el bono del Tesoro de EEUU a 10 años, y de 0,8% negativo para el bund alemán.
Acciones en mínimos de 11 años
En el valor deprimido de la renta variable de la Argentina influye el ciclo de recesión económica que atraviesa el país. La crisis financiera perjudicó a todos los mercados, pero ninguna de las economías atravesaba un período de caída del PBI como la Argentina, que lleva casi dos años de contracción. Los analistas económicos prevén que el 2020 podría ser el tercer año recesivo, con una caída del Producto Bruto del 2%, que en el acumulado en el trienio 2018-2020 alcanzaría un 7 por ciento.
Para observar caídas similares habría que regresar a 2009, cuando el PBI se desplomó 5,9% por la crisis financiera internacional y una sequía, pero se recuperó muy rápido con expansión económica en 2010 (10,1%) y 2011 (6%). Y, un poco más allá en el tiempo, la caída de 10% en el PBI en 2002, durante la crisis por el colapso de la convertibilidad.
La Argentina es el único país en recesión entre las 40 principales economías del mundo -con un PBI mayor a USD 300.000 millones, según datos del Banco Mundial-. Una actividad económica débil recorta la proyección de ganancias de las compañías y, ante la previsión de un estancamiento económico que podría alcanzar este año a los países centrales, las acciones argentinas son de las menos demandadas de los mercados.
Las acciones argentinas, cuando se mide su precio de mercado en dólares, son las que acumulan mayores pérdidas en 2020. Pero esta baja es mucho más dramática si se tiene en cuenta que los ADR argentinos fueron los que más valor perdieron en el mundo en 2018 y 2019.
El équity argentino suma una pérdida promedio del 75% en dólares desde febrero de 2018 a esta parte. El índice S&P Merval medido en dólares se desplomó desde un rango de 1.600 a 1.800 puntos en el primer bimestre de 2018 a 321 puntos esta semana, un nivel mínimo desde abril de 2009.
“Desde el récord histórico de enero 2018, de un Merval de 1.837 puntos en dólares, bajó a 350 dólares, es una baja de 66% a 78%, conforme a los distintos dólares, de tantos que hay. Esa baja nadie la discute y es determinante para señalar y validar el piso”, consideró Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil.
Un ejemplo cabal de esta destrucción de valor lo ofrece el ADR de YPF, que cerró este viernes en su precio más bajo, de 4,50 dólares. Desde que la petrolera salió a cotización en 1993 atravesó numerosos ciclos alcistas y bajistas, producto de su privatización, reestatización y los vaivenes del crudo. En los últimos años la compañía cuenta con el impulso del mega yacimiento de Vaca Muerta, foco de inversión extranjera, pero éste no es rentable con un barril de petróleo en el rango presente de los 33 dólares.
La capitalización bursátil de YPF es hoy de unos USD 1.770 millones, la tercera parte de lo que el Gobierno argentino acordó pagarle con bonos a la española Repsol en 2014 por el 51% de las acciones.
¿Y el dólar?
Las restricciones cambiarias que impuso la Argentina entre agosto y diciembre de 2019, y que siguen vigentes, aislaron al peso argentino del contagio del “virus” de las devaluaciones de monedas emergentes respecto del dólar.
Con un mercado formal cerrado por el “cepo”, donde el Banco Central regula la liquidez y en ocasiones acapara la demanda para sumar reservas, el precio del dólar mayorista avanza al ritmo de la inflación, lo que implica que se mantiene estable en términos reales.
Esta dinámica “aprecia” al peso argentino respecto del resto de las monedas emergentes. Un caso emblemático es el retroceso del Índice de Tipo de Cambio bilateral con Brasil, el principal socio comercial, que releva el BCRA, hoy en el nivel más bajo desde junio de 2018.
A este declive lo refleja claramente la cotización del real en el mercado de cambios local, con la caída del precio en pesos de la moneda brasileña experimentada desde que empezó 2020, desde los $14,92 por real del 31 de diciembre de 2019, a los $12,90 por real el viernes 13, en la paridad comercial (mayorista).
El dólar en Brasil cotizó en un récord de 5 reales esta semana. El viernes el billete verde cerró a 4,83 reales, con un incremento de 20,1% en lo que va del año, en un país cuya inflación es marginal, la más baja desde el lanzamiento del Plan Real en 1994.
En este caso, la devaluación argentina solo puede observarse en el progreso de las cotizaciones del dólar implícitas en las operaciones bursátiles, como el “contado con liquidación”, que llegó a superar los 90 pesos. El viernes terminó operado a $88,55, con un incremento de 18,7%, unos 14 puntos porcentuales por encima de la inflación.