Los ojos estarán puestos en la cotización del real y en la suba de la tasa de interés de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años. En el frente local, expectativa por la renovación de Letes y la llegada de los dólares del acuerdo con el FMI
Más allá de la dinámica propia del mercado argentino, que acaba de estrenar un nuevo plan monetario a comienzos de octubre, la tranquilidad del dólar esta semana dependerá también de algunos factores externos. Los ojos estarán puestos en Brasil, luego del holgado triunfo en primera vuelta de Jair Bolsonaro, y en los Estados Unidos, con la suba de la tasa de interés de los bonos del Tesoro a 10 años.
¿Qué están observando los analistas financieros? «La semana pasada, hacia último momento, el mercado descontó una ampliación de la diferencia a favor de Jair Bolsonaro y eso generó una expectativa favorable en los mercados. Favorable, entre comillas, por lo que implica Bolsonaro a nivel ideológico», destacó Federico Furiase, director de la consultora EcoGo.
«Hay que ver si la incidencia del resultado en el mercado brasileño puede llegar a contagiarnos. Eso y lo que pase con la tasa del bono americano a 10 años, son aspectos que pueden llegar a pegar tanto positiva como negativamente», coincidió el analista financiero Christian Buteler.
En el ámbito local, las expectativas pasarán más por la llegada de los dólares del acuerdo con el FMI y la renovación del vencimiento de Letes en dólares. «La tendencia va a seguir manteniendo las tasas de Leliq de punta, mientras opera el desarme de Lebacs para tratar de mantener el dólar tranquilo en la zona de no intervención del Banco Central, mientras se espera la llegada de los dólares del Tesoro, los dólares del FMI. Eso también va a servir para mantener el dólar dentro de la zona de no intervención, con tasas muy altas, mientras opera el desarme del Lebacs y con una economía que va a extender la recesión en el tiempo», indicó Furiase.
Para el especialista, la clave para que haya una continuidad de la estabilidad del dólar, lograda la semana pasada, es que el Tesoro logre el mayor ratio de renovación de los vencimientos de Letes en dólares. «También es clave que la mayor parte del desarme de Lebacs de no bancos vuelva al sistema financiero vía depósitos a plazo fijo en pesos, aprovechando las tasas más altas», agregó.
Con todo, Buteler advirtió sobre los riesgos de las altas tasas. «Estamos arrancando con tasas del 70%; esto no se puede mantener mucho en el tiempo, por el impacto que vas a tener en la economía real. Si la recesión se profundiza, podés añadirle un ambiente complicado en lo social, que puede llevar tranquilamente a tener que variar tu postura», aseguró.
«El programa monetario es exigente. Me parece una buena medida no elevar la base monetaria, pero me preocupa es el nivel de tasas con el que estamos operando», señaló Buteler.
La primera semana desde la implementación del nuevo plan monetario del Banco Central —en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional— basado en un control del crecimiento de la base monetaria y la aplicación de bandas cambiarias tuvo resultados positivos: entre ellos, el recorrido descendente del tipo de cambio, luego de que en los últimos días de septiembre, el precio del dólar llegó a situarse algunos centavos arriba de los $41.
«El dólar experimentó a nivel local la baja semanal más pronunciada desde que se iniciaran las turbulencias en los mercados, en mayo de este año, situándose a su vez 14% por debajo del techo de la banda cambiaria ($44)», detalló un informe del Banco Ciudad.
Pero la contracara de estos movimientos fue un incremento en las tasas de interés, en particular, la correspondiente a las primeras licitaciones diarias de Leliq, que promedió un 71%, con máximos de 73%. Esto representa un incremento de 8 puntos porcentuales de las tasas de referencia respecto a los niveles previos a la implementación del nuevo programa monetario.
«El anuncio del BCRA de las ventas mediante subastas con un máximo de USD 150 millones diarios, si bien a priori puede parecer insuficiente en relación a los picos de intervención observados en los últimos meses, su recurrencia a lo largo de, por ejemplo, todo un mes implicaría una oferta de divisas del orden de los USD 3.000 millones, equivalente a los dólares que vuelca al mercado en sus mejores meses el complejo agroexportador. Al mismo tiempo, las intervenciones reforzarían el sesgo contractivo de la política monetaria, contribuyendo a restar presiones en la plaza cambiaria», destacaron desde el Banco Ciudad.
La suba en el tipo de cambio también se puede ver reflejada en una menor demanda de dólares para atesoramiento. Las compras por parte de ahorristas retrocedieron en agosto a USD 1.600 millones (40% menos que en el pico de mayo) y habrían seguido en descenso durante septiembre, con promedios diarios cercanos a los USD 75 millones, de acuerdo a los datos parciales del Banco Central.