Es porque toman la cotización del dólar oficial del día en que se realiza la compra, a lo que se le suma 35% de AFIP. Al abonar con la de crédito, toman el precio de la divisa de la fecha en que cierra el resumen de cuenta, que puede ser un mes después de la transacción. En enero pasado, muchos compraron a $ 6 y terminaron pagando $ 8
Durante este mes, el ritmo de devaluación del dólar oficial se aceleró a casi 20% anual, y el runrún es que podría tomar un mayor ritmo en enero, cuando la mayoría de la gente esté de vacaciones, de modo de pasar lo más desapercibido posible.
Esto mismo ocurrió en enero del año pasado, cuando el dólar oficial pasó de $ 6 a $ 8. Muchos argentinos en el exterior disfrutaban tarjeteando con una divisa de $ 6, pero a la hora de pagar el resumen se dieron cuenta que, por la devaluación, debían pagar todos sus consumos a $ 8, incluso las compras que habían hecho previo a “la deva”.
Esta diferencia entre $ 6 y $ 8 se la hubieran ahorrado si hubiesen pagado sus compras con tarjeta de débito, porque en este caso se toma la cotización de la divisa del día en que se concreta la operación. Otra de las ventajas es que el límite es todo el dinero que se tenga en la caja de ahorro, o se haya depositado.
Hay que tener en cuenta que, para ser aceptada en otros países, muchos piden que la tarjeta cuente con un pequeño microchip al frente del dorso, porque son más seguras que aquellas que tienen banda, que se irán reemplazando a medida que vayan venciendo.
Hay entidades que piden que se comunique con al menos 48 horas de anticipación, indicando lugar y fecha del viaje. Como la gente suele hacer uso y abuso del arte del tarjeteo cuando viaja a otro país, suele suceder que, si no se da aviso, pueden llegar a rechazar las transacciones por temor a que sea un fraude, y no sea el titular quien esté utilizando la tarjeta. Entonces, piden que llamen a un 0800 para verificar que sea el cliente quien está comprando. También mandan mails y mensajes de texto para confirmar las transacciones. «Es una recomendación que tiene que ver con la seguridad, ya que empiezan a aparecer transacciones en el exterior que salen del patrón de consumo habitual y, por lo tanto, modifican los parámetros de la autorización. Si, en cambio, el tarjetahabiente avisa a dónde va a viajar y durante qué período, entonces el sistema de autorización toma en cuenta estos parámetros», dicen en una entidad.
El consejo es avisar en la página web del emisor de cada una de las tarjetas que se lleve, y de los bancos de los cuales se use el débito. De paso, se puede contratar el seguro médico, que para ciertas tarjetas está incluida. Otros aprovechan para pedir la ampliación transitoria del límite de compra.
Lo cierto es que cada banco tiene su política: si bien todos aconsejan dar aviso, para algunos es obligatorio, mientras otros sólo lo sugieren. Al momento de pedir la habilitación para las tarjetas de crédito, se solicita al usuario número de plástico, datos de validación de la titularidad, destino del viaje y fecha de salida y regreso. Si la cuenta posee tarjetas adicionales también se deberá dar aviso por cada uno de ellos. La información podrá ser registrada a partir de un mes antes de la partida. Si el viaje posee múltiples destinos, se deberá incluirlos en un único registro.
También sugieren agendar los teléfonos para llamar desde el exterior por cobro revertido ante cualquier situación que requiera contacto con un asesor. Asimismo, recomienda verificar el alcance de la cobertura de asistencia en viajes según el tipo de producto con el que se cuenta. No hay que olvidarse de consultar el límite asignado para compras y adelantos, además de la vigencia de la tarjeta. Además, se puede verificar con el banco emisor la posibilidad de que se le otorgue una ampliación transitoria por viaje.