Como parte de una estrategia que busca no sólo concientizar sino también aportar otros tipos de coberturas para la producción agropecuaria. Es que la Argentina busca lanzar al mercado un seguro que se rija sobre la base de un índice, que será público y manejado por un organismo del Estado. Su bajo costo activaría un sector que hoy no cubre todas las necesidades del productor.
Actualmente de las 33 millones de hectáreas destinadas a la actividad agrícola, el 90% se cubre contra granizo, y el resto con seguro multiriesgo. De esto de destaca que el hombre de campo prefiere una cobertura de daños específicos. Ya sea contra: granizo, helada, viento, entre otros. Frente a este panorama es que el Ministerio de Agricultura empezó a trabajar desde hace seis meses en el armado de un nuevo producto diseñado a partir de un índice a determinar y que este caso se focalizará en las precipitaciones. Su principal beneficio es que será de bajo costo.
El problema actual del mercado de seguro tiene que ver con las primas. Que no es otra que el pago que el asegurado hace a cambio de obtener la cobertura. En ese sentido, el seguro índice que en una primera etapa se avocará a las producciones de maíz, ganadería y lechería, estará determinado por cómo las precipitaciones afectaron en ciertos periodos de tiempo el rendimiento. El riesgo que implique el evento será una variable del costo, pero también dependerá del tipo de cultivo.
Y es que al tener un índice que es público -será proporcionado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)-, lo hace confiable en la información. Es precisamente la determinación de dicho índice lo que disparará o no el seguro. En pocas palabras si se paga o no. Pero lo más importante es que hace que no sea prescindible una persona para verificar si hubo o no daño en el campo, un gasto administrativo relevante para las aseguradoras.
El secretario de Agricultura, Gabriel Delgado, explicó a este medio que lo se quiere es poner a disposición del productor “nuevas alternativas de seguros, como los paramétricos, y así aportar a la disponibilidad de instrumentos como parte de su estrategia de gestión de los riesgos de su actividad”.
Lo que el funcionario refiere es una realidad del mercado. Como ya se dijo el seguro más demandado es contra granizo, un evento climático poco frecuente pero que arruina la planta por completo y la otra es por multiriesgo, que es muy caro, con lo cual no hay un seguro intermedio que cubra otro tipo de riesgo. Por ende, la esencia del seguro índice pasa por esto último que no es otra que suplir una necesidad que no esta cubierta a base de variaciones de rendimiento por condiciones de precipitación. La cantidad de los milímetros caídos a determinar en cada póliza es la esencia de la iniciativa.
“Como con el fomento de los mercados de futuros, se pueden cubrir riesgos de precios, con los seguros paramétricos se podrá cubrir una mayor diversidad de riesgos climáticos que la actual”, remarcó Delgado.
En definitiva, el índice lo publicara el INTA y la póliza lo va a plantear la compañía dependiendo de su estrategia comercial. La cobertura es amplia.
Los técnicos de la cartera agropecuaria ya se encuentran trabajando con la parte privada. Uno de ellas es la Asociación de Aseguradores Argentinos (Adeaa), donde su director ejecutivo Daniel Salazar adelantó que “los modelos para la coberturas tiene un avance importante”. A la vez que destacó la medida como “positiva, puesto que ofrece una mayor cultura aseguradora”.
Es precisamente lo que habrá que buscar. Hoy el productor está acostumbrado a otro tipo de seguro. Un seguro que él pueda ver en su campo. Pero acá no vendrá nadie a observar las consecuencias. Sólo tendrá un índice. Será entonces necesario que el chacarero entienda la mecánica. No sólo porque es el gran beneficiado sino también porque podría ser usado como una herramienta a la hora de decidir si una zona debe o no, ser declarada en emergencia agropecuaria, y determinar rápidamente la ayuda económica.
MALA CONDUCTA
A diferencias de otros países como: Estados Unidos o Brasil, donde el productor toma el seguro al inicio de la siembra, en la Argentina hay una especulación por ver como viene el clima y si pasa algo, salir rápidamente a contratar una cobertura, Las aseguradoras dicen estar en desventaja, porque cuando se escuchan los alertas meteorológicos es cuando hay mas ventas.
Esto produjo cambios en las carencias, que no es otra cosa que el periodo que existe entre la toma de la cobertura hasta su entrada en vigencia. Antes era de 72 horas pero ahora es de 5 días. El cambio es porque los pronósticos climáticos se extienden y porque cada vez son más certeros.
Hoy el productor trabaja con Internet, mira los pronósticos, los mercados de granos online; en pocas palabras, está muy bien informado. Lo que hace que especule con comprar o no un seguro. Su decisión dependerá claramente del estado del pronóstico.
El factor económico es lo que hace que el productor dude en tomar o no un seguro.