Los inversores no quieren saber nada de comprar activos argentinos, a los que consideran de alto riesgo. De hecho, solo 200 puntos básicos separan al riesgo país de los 2.100 puntos que tenía cuando cayó en default
El fin de mes siempre llega con necesidad de pesos para cubrir gastos. El dólar estuvo condicionado por esa tendencia. Por caso, aumentó la oferta de dólares alternativos que hicieron que bajara al MEP y mantuvieron estable al “blue”.
Esta tranquilidad no se trasladó a los bonos de la deuda externa que siguieron bajando y elevaron 8 unidades el riesgo país a 1.877 puntos básicos, cerca de quebrar el techo de los 1.900 puntos. Los inversores, a pesar del mejor clima en el exterior porque cedió el pánico por la nueva variante del Covid, no quieren saber nada de activos argentinos porque los consideran de alto riesgo. De hecho, solo 200 puntos básicos separan al riesgo país de los 2.100 puntos que tenía cuando cayó en default.
Desde aquel momento, los bonos de la deuda perdieron casi 45% de su valor. Y esta es la foto que hay que mirar porque en estos valores se refleja la falta de reservas del país para afrontar los vencimientos futuros. Un acuerdo con el FMI hoy no parece suficiente. Los inversores quieren ver las condiciones para saber si se van a poder cumplir.
La plaza se vio invadida por rumores que no la conmovieron sobre publicaciones en las redes sociales que mal interpretaban intencionalmente las limitaciones del patrimonio en dólares a los bancos, advirtiendo que iba a afectar a los depósitos de los privados. Incluso, falsificaron el tuit de un conocido periodista intensamente identificado con el Gobierno que señalaba que había escuchado rumores de apropiación de los depósitos en dólares. La situación obligó al Banco Central a emitir un innecesario comunicado para desmentir las fake news en las redes.
En este escenario, los dólares se movieron en calma. El MEP bajó 73 centavos a $196,91 en el mercado más regulado donde se opera contra el bono AL30D, pero sin que intervenga el Banco Central y con un volumen irrisorio cercano a USD 1 millón. Es la primera vez que cotiza por debajo de los $200 después de las elecciones. Contra el bono GD30, el que no tiene límites de operaciones, el también llamado dólar Bolsa cedió $2,44 a $198,73.
El contado con liquidación con escasas operaciones subió $3,76 a $215,64 en el mercado regulado y bajó $1,80 a $210,91 en el mercado libre.
Donde no la pasó bien el Banco Central y por las desventajas del dólar atrasado, fue en el mercado mayorista donde los importadores adelantan compras pensando en una devaluación. De esta manera, el Central tuvo que vender USD 70 millones para calmarlos lo que hizo que las reservas perdieran USD 106 millones y quedaran en USD 42.038 millones a un paso de perforar el piso de 42 mil millones.
Para no alentar los rumores de devaluación desaceleró el ritmo diario y volvió al viejo anclaje de 4 centavos diarios. El dólar mayorista terminó el lunes con un alza de 14 centavos, o sea algo más de 4 centavos diarios, porque hay que incluir en el cronograma sábados y domingos aunque no sean días hábiles. A pesar de la falta de reservas, la entidad que preside Miguel Pesce sigue despilfarrando reservas para mantener viva una política cambiaria que no tiene respaldo. Cada día que vende reservas, refuerza el ataque de los importadores y desalienta a los exportadores.
El “blue”, en tanto se mantuvo en $201. Es la tercera rueda consecutiva que no cambia de valor.
Para Adrián Mercado, uno de los principales brokers inmobiliarios ahora volcado a las subastas online, “los rumores devaluatorios generan un clima de falta de confianza para la toma de decisiones”. El empresario estaba preocupado por el clima de negocios debido a que el viernes subastará online equipos viales de una empresa que renueva su flota. Las pymes son los clientes más asiduos a este tipo de operaciones y serán un buen test para saber como está el clima tras las elecciones en medio de mercados tan volátiles.
La perspectiva de devaluación hizo que los inversores volvieran a poner los ojos en los bonos dollar linked, cuyo precio va atado a la cotización del dólar oficial. Así, el TV22 aumentó 0,97% y el TV23, 1,37%.
Los bonos indexados también sirvieron de cobertura para el mercado porque el otro enemigo es la inflación. Por eso, los Boncer tuvieron subas de hasta 0,30%.
De hecho, la Bolsa con negocios por $1.607 millones, siguió profundizando la baja. Después de las elecciones no solo perdió lo ganado, sino que está 5,3% abajo en el mes. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, cedió 1,58%. La magnitud de la caída ilusiona a algunos con que se haya llegado al piso. Los papeles más afectados fueron CableVisión (-5,64%), Grupo Galicia (-3,72%) y Transportadora Gas del Sur (-3,36%).
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron $ 3.807 millones. La recuperación del volumen no significó una mejora de los precios. Las bajas superaron ampliamente a las alzas. Las de peor performance estuvieron Despegar (-9,4%), IRSA Propiedades Comerciales (-5,3%) y Galicia (-3,9%). Entre las pocas alzas sobresalieron Globant (+5,9%), Edenor (+4,3%) y Telecom (+1,8%).
No se esperan cambios en la tendencia de los mercados porque las empresas van a seguir necesitando pesos para cubrir sus obligaciones. Pero mañana comienza diciembre, el mes más complicado para los gobiernos argentinos por la volatilidad que empuja al alza a la inflación y al dólar.
El mercado de futuros, con apuestas cada vez más audaces, pronostica que el dólar a fin de año cotizará a $105,55, esto quiere decir que descuenta una devaluación de 4,53% en diciembre. Fin de enero subió 0,13% a $111,75 y fin de febrero, 0,26% a $115,92. Son precios que dan fe que el anclaje, tal como se lo conoce, no tiene demasiado tiempo de vida.