La Comisión Nacional de Valores aprobó las circulares de Byma y la venta en corto debutará en la plaza bursátil porteña el próximo martes. La operatoria permite a los inversores apostar por la baja de un papel.
La venta en corto será una realidad en el mercado local a partir del 24 de abril. La operatoria funcionará en simultáneo con el préstamo de valores, ya que los inversores podrán alquilar una especie que creen que va a caer y venderla para ganar con la baja. Para la inauguración de esta nueva alternativa, Bolsas y Mercados Argentinos (Byma) eligió las acciones de Grupo Galicia y Pampa Energía y los Bonar a 2020, 2024 y 2037.
La venta en corto se da cuando un operador apuesta a la caída de una especie (acción o bono) que no tiene en su cartera, por lo que toma prestada una cantidad de ese papel y la vende en el mercado. A cambio, debe constituir una garantía (que puede ser dineraria, o bien un activo inmovilizado) y pagar una tasa anual al propietario del activo alquilado. Ese préstamo tiene una duración determinada y puede renovarse hasta que quien vendió en corto considere que ya ganó lo suficiente con la baja y decida recomprar el papel para cerrar su posición.
En relación a la posibilidad de apostar a la caída, Ignacio Abuchdid, presidente de InvertirEnBolsa, sostuvo: «No es algo muy natural, porque uno normalmente tiende a ser optimista, pero para cierto escenario de volatilidad es bueno». Por su parte, Diego Falcone, head portfolio manager de Fondos Cohen, afirmó: «El mercado va a tener la oportunidad de ver cuánto valen realmente la cosas, el precio va a ser más genuino. Hasta ahora, quienes no tenían una visión optimista del mercado no lo podían expresar y la venta en corto les da esa herramienta». No obstante, el especialista agregó que, al haber una mayor fuerza vendedora, también las bajas del mercado, cuando se den, van a ser más profundas.
La elección de los 5 papeles iniciales responde a criterios de liquidez, algo fundamental para que esta operatoria pueda funcionar. Además de seleccionar los activos, Byma puso un cupo máximo para el total de especies que todo el mercado puede shortear. En el caso de Galicia, es de 46 millones de acciones; mientras que Pampa Energía llega a 76 millones de valor nominal. Para los bonos, los límites son de 125, 1950 y 200 millones para el AO20, AY24 y AA37, respectivamente. «En general, empiezan con los papeles más líquidos. La otra condición es que haya una base de institucionales que tengan esos activos para que los que quieran vender en corto vayan allí a alquilarlos», explicó Diego Falcone.
En nuestro país, la venta en corto fue prohibida por el gobierno kirchnerista con el objetivo de evitar la volatilidad en el mercado. Actualmente, la operatoria funciona en la mayor parte de los mercados del mundo, e incluso ya se podía hacer con los papeles argentinos que tienen ADR en las bolsas del exterior. Sin embargo, es una operatoria típica de los inversores sofisticados debido a su alto riesgo. «Esta es, tal vez, la más peligrosa de las alternativas de inversión disponible. ¿Por qué? Porque, a diferencia de una acción que, como máximo, podés perder lo que invertiste, acá la pérdida es ilimitada porque apostás a que algo caiga», resumió Falcone.
Sin embargo, tanto el regulador como el mercado afirmaron que controlarán los riesgos. En enero, cuando la CNV autorizó la operatoria, el director del organismo Carlos Hourbeigt, había declarado: «En nuestra reglamentación solo se permite la venta en corto con activos alquilados. No se habilita la modalidad conocida como naked, es decir, aquella que no requiere tener las acciones en ningún momento». El mercado, en tanto, aclaró ayer que «el sistema de monitoreo y de control continuo del riesgo implementado por Byma ayudará a detectar prácticas abusivas y la acumulación de posiciones cortas abiertas, que puedan generar un riesgo sistémico para el mercado».