El ministro de Economía mostró pragmatismo en medio de la crítica al gobierno anterior por endeudarse en moneda extranjera. Pero la decisión busca descomprimir la presión cambiaria al ofrecerle una salida a los inversores extranjeros.
Sorprendió ayer Martín Guzmán al anunciar un cronograma de futura emisión de bonos en dólares, en total por USD 1.500 millones hasta fin de año. La jugada fue polémica porque abandonó la línea que venía manteniendo desde que asumió como ministro de Economía: concentrarse en la deuda en pesos para el mercado local y en lo posible tratar de “pesificar” la deuda en moneda extranjera, por ejemplo las Letes. ¿Qué pasó en el camino que decidió cambiar de opinión?
Los tres bonos en dólares, que se emitirán una vez que la Argentina haya renegociado su deuda, tendrán como objetivo que los inversores extranjeros que tienen títulos en pesos tengan una salida “suave” de esas inversiones y no presionen sobre el mercado cambiario.
En la mira hay un título en pesos (TJ20) que vence el 21 de junio, es decir en cuatro días. El vencimiento total es por $ 132.000 millones y cerca de dos tercios está en manos de un fondo internacional, Pimco. El gran peligro era que este fondo decidiera utilizar los pesos para comprar dólares en el mercado financiero, lo que hubiera presionado dramáticamente la cotización en unos pocos días. Ahora, en cambio, el Gobierno le ofrece la posibilidad de pasarse a un bono en moneda dura, evitando esta fuerte participación en el mercado cambiario.
Para este vencimiento de las próximas horas se entregaría un nuevo título en pesos de corto plazo. Será una suerte de “puente” hasta que el Gobierno renegocie la deuda y pueda emitir deuda que no está en default. La expectativa es que esto pueda ocurrir dentro de un mes, aproximadamente.
Otros fondos también poseen deuda en pesos por montos significativos y estaban pensando con la misma lógica. Pragmático, Guzmán dejó detrás sus posturas ideológicas de emitir deuda exclusivamente en moneda local y les permitió una ventana de salida a los inversores internacionales.
Leo Chialva, director de Delphos Investment, resaltó que “todos estamos mirando lo que pasa con la negociación de deuda internacional, pero se pierde de vista que se hizo un muy buen trabajo normalizando la curva de bonos emitida bajo ley local. El Gobierno se concentró en evitar otro reperfilamiento en pesos y eso es muy importante para el mercado, por ahí ahora no se le está dando el valor que tiene”.
La salida “elegante” para los inversores extranjeros que hicieron un pésimo negocio comprando títulos a tasa fija en pesos tiene por lo tanto la ventaja de evitar nuevos episodios de postergar vencimientos en moneda local. Y además le quita presión al mercado cambiario. El “contado con liquidación” bajó de $130 a $110 en los últimos días y podría seguir cayendo al menos en el corto plazo.
Pero la decisión también conlleva costos. El discurso del ministro era que la deuda en dólares resultaba insostenible y por eso plantea una fuerte quita sobre los bonos emitidos en moneda dura. Las negociaciones aún se mantienen con acreedores extranjeros. ¿Esto implica que si se emite nueva deuda en dólares habría menos margen para arreglar con los bonistas? No está muy claro pero suena contradictorio con la postura férrea que venía mostrando Guzmán hasta ahora.
El ex secretario de Hacienda y economista de la Universidad Di Tella, Pablo Guidotti, resaltó ayer en redes sociales esta contradicción: “El ministro ofrece pagar bonos en dólares a tenedores de títulos en pesos, al tiempo que defaultea la deuda en moneda extranjera. Está totalmente desorientado”.