Por Salvador Di Stéfano
El próximo gobierno tendrá el desafío de lograr superávit fiscal, para resolver el pasivo del Banco Central, y lograr pagar la deuda pública. No hay otro camino.
El mercado ve números y automáticamente se asusta, se habla de incendios, explosión, violación de contratos y todo tipo de situaciones traumáticas, pero hay que ir separando términos.
Las leliq y pases: El monto total se ubica en $ 21,5 billones de pesos, si lo convertimos a dólares se ubica en los U$S 61.500 millones. Las leliq pagan una tasa del 11,0833% mensual, cada 3 meses los intereses equivalen al 37,1%, esto implica que devengan intereses por $ 8,0 billones, cuando la base monetaria el día 11 de octubre es de $ 7,3 billones. Esto implica que los intereses de la leliq y pases devengan cada 3 meses el equivalente a algo más de una base monetaria. Al ritmo actual, para fin de año el stock de leliq rondaría los $ 30,0 billones.
Es imposible encontrarle una solución que no venga por el lado de una mejora en la reputación de Argentina a nivel internacional, esto implicaría que el país pase de un déficit fiscal del 4,3% del PBI a un superávit fiscal. De esta forma, la Tesorería no requeriría más financiamiento, por lo tanto, no habría asistencia por parte del Banco Central, y se dejaría de emitir moneda. Paralelamente a ello, el mercado debería encontrar un nuevo punto de equilibrio para el dólar, nosotros estimamos un dólar para diciembre de $ 660, si las leliq ascenderían a $ 30,0 billones, estarían valuadas en U$S 45.454 millones, un valor muy elevado.
Para poder solucionar el problema de las leliq es necesario que el país logre equilibrio fiscal, ajuste el precio del dólar, baje la tasa de inflación, interés y se genere un shock de confianza que haga que renazca en el mercado la necesidad de demandar pesos. Daria la sensación que es un camino muy largo, pero no imposible.
Los caminos vinculados a la violación de los derechos de propiedad no parecen los mejores, teniendo presente que el presidente electo tendría que soportar un costo en su credibilidad muy elevado, y se le dificultaría recuperar confianza durante su mandato.
La deuda pública: Al 31 de junio del año 2023 es de U$S 403.836 millones y representa el 88,4% del PBI. De dicho total U$S 192.579 millones es deuda entre agencias del Estado, lo que implica que no es una deuda exigible y representa el 42,2% del PBI.
La deuda exigible se divide en dos partes, la primera es deuda con los organismos bilaterales y multilaterales, que asciende a U$S 76.205 millones y representa el 16,7% del PBI. Esta es una deuda exigible, pero en muchos casos se negocia políticamente, lo que hace que la refinanciación sea posible sin grandes desembolsos. La segunda deuda es con el sector privado que asciende a U$S 135.501 millones y representa el 29,6% del PBI. Esta es la deuda más exigible.
Del total de la deuda con privados, mayoritariamente esta formalizada con títulos públicos, es en dólares, tiene tasa fija y del total el 57% vence entre los años 2023 y 2029.
Conclusiones
.-Creemos que el próximo presidente no tendrá incentivos a violar contratos y reestructurar la deuda pública, ya que una buena parte esta mano del propio Estado. Esto lo dejaría con una muy baja imagen positiva en el comienzo de su gestión, y lo dejaría imposibilitado de ganar confianza en el mercado.
.-Llevar adelante un plan del estilo Bonex para desendeudar al Banco Central y sacarse de encima el stock de leliq no parece una buena idea, máxime cuando se puede trabajar en reducir la exposición de este pasivo buscando más credibilidad y confianza. Hoy los depósitos bancarios no son ahorros de largo plazo, más bien depósitos transaccionales, inclusive los que se hacen a plazo fijo, por ende, una medida de este tipo llevaría al país a una recesión de dimensiones desconocidas.
.-El único camino viable es lograr superávit fiscal de las cuentas públicas, de esta forma se dejará de emitir pesos, se logrará bajar la tasa de inflación, esto derivará en una caída en la tasa de política monetaria, y gracias al efecto confianza la economía podría volver a monetizarse.
.-Propuestas como la dolarización y eliminación del Banco Central deberían ser un punto de llegada para reformas de segunda o tercera generación, que no deberían ser tratadas hasta tanto no se logre superávit fiscal y capitalizar al Banco Central República Argentina.
.-La economía argentina tiene aún muchas vidas por delante, es posible salir del estancamiento económico, solo con trabajo, perseverancia y disciplina. Por eso creemos que comprar bonos soberanos en dólares o en pesos son una muy buena opción.
Fuente: https://www.ambito.com/opiniones/deuda-dolar-y-los-desafios-el-proximo-gobierno-n5850030