Este viernes ofrecerá tres letras, dos de ellas indexadas a la inflación, para renovar vencimientos y sumar fondeo. Test al mercado ante un potencial canje futuro. Expectativa por los títulos ajustables por CER.
El Tesoro retomará este viernes la tarea de conseguir financiamiento para “rollear” los vencimientos en moneda local de septiembre, que equivalen a unos u$s2.400 millones. Además, tal como lo viene haciendo en los últimos llamados a licitación, tratará de asegurar un financiamiento neto importante para anticipar fondos con vistas al último bimestre en el que se concentran los compromisos más abultados. En esta oportunidad, saldrá en busca de al menos $105.000 millones.
Este mes los vencimientos son por $292.459 millones en capital y $41.781 en intereses, y en el mercado se espera que el Tesoro tenga que llevar la tasa de interés anual efectiva a niveles cercanos al 100%. En las dos licitaciones de agosto, la Secretaría de Finanzas, a cargo de Eduardo Setti, mantuvo el interés efectivo anual en el 98%, acompañando así la tendencia de política monetaria del Banco Central de ofrecer rendimientos efectivos positivos frente a la inflación.
El escenario actual es marcado por el impacto del denominado “dólar soja” que acordó el Gobierno con las empresas cerealeras, que permitió en la primera quincena del mes liquidaciones por unos u$s2.500 millones y con ello alejó los riesgos de una devaluación.
A partir de ello, comenzaron a abrirse nuevas perspectivas para los bonos ajustables por inflación. Mientras duró la crisis de confianza del Gobierno, que le costó el cargo de ministro de Economía a Martín Guzmán y a Silvina Batakis en menos de un mes, las preferencias por cobertura de parte de los inversores prevalecieron en el mercado a los bonos “dolar linked” por temor a una devaluación descontrolada. En junio, los bonos en pesos habían sido afectados por temores de un reperfilamiento de vencimientos.
Despejados los dos escenarios, el Ejecutivo retoma la dinámica de colocaciones en moneda local, aunque para ello va a tener que convalidar una nueva suba de los rendimientos efectivos. Frente a la perspectiva de un ritmo de devaluación en el dólar oficial por debajo de la suba del IPC, los bonos ajustables por CER se colocan casi como el instrumento exclusivo para preservar valor.
En el llamado de este viernes el Tesoro saldrá a ofrecer una Lede (tasa fija) con vencimiento 31 de enero de 2023 por $50.000 millones de valor nominal y con precio a determinar, una Lecer (atada a la inflación) al 17 de febrero por $40.000 millones nominal y una Lecer al 16 de junio de 2023 por $15.000 millones. Está última será un verdadero test para un potencial canje de deuda en noviembre y diciembre que procure estirar los vencimientos para el segundo semestre del año próximo.
Alfonso López Godoy, portfolio manager de Southern Trust, señaló que “hay muchos pesos y muchas alternativas de cobertura están negativas, pero el dato de inflación salió alto por lo que se espera que mañana el BCRA suba la tasa y el viernes el Tesoro acompañe”. Aún así, López Godoy considera que la tasa efectiva anual que saldrá a ofrecer el Tesoro “no debería ir muy arriba de 100% para no golpear a las Lecer”.
El principal vencimiento a atender la semana próxima es un BONCER 2022 (T2X2), por $120.791 millones, según estimaciones de la Oficina del Presupuesto del Congreso. Luego el 30 de septiembre vence una Lede (S30S2) por otros $106.099 millones. Pero para renovar este último pago está prevista otra licitación para el miércoles 28.
Gran parte de los vencimientos del mes son intra-Estado, sobre todo, porque el Banco Central salió en los últimos meses a comprar bonos del Tesoro para evitar que se derrumbara el precio de los mismos, cuando la crisis de confianza comenzó a afectarlos en junio y julio. Un informe de Adcap Grupo Financiero, señala que “teniendo en cuenta un Ministerio de Economía más ortodoxo a partir de la llegada de Massa y Rubinstein, los bonos soberanos en dólares ofrecen un nivel de cobertura insuperable”.