La Argentina pronto va a estar afuera de las carteras de inversión de los inversores extranjeros y la negociación de la deuda será más difícil de lo que los funcionarios locales imaginan.
El riesgo país sobrepasó los 2.212 puntos básicos pasadas las 15, el nivel más alto de la era Alberto Fernández. Pero sobre el final, cerró en 2.184 puntos (+3,79%), 78 unidades por encima del día anterior.
La caída de los bonos en dólares fue significativa. El Bonar 2020 cedió 2,12%; el Bonar 2024, 2,30% y el Discount con legislación Nueva York, el que más incide en la medición del riesgo país, perdió 3,39%. Los bonos del Tesoro norteamericano, que son la referencia para JP Morgan que confecciona este indicador, siguieron en alza porque son el refugio de los inversores del mundo. El título a 10 años perforó la barrera de rendimiento de 1,30% y terminó con una renta de 1,2990%. Como se ve, los inversores no miran la ganancia, sino la seguridad.
Los bonos en moneda local tuvieron comportamientos diferentes. Si bien el gobierno anunció que va a pagar el AM20, que subió 1,93%, hay dudas sobre lo que puede ocurrir con el vencimiento del bono del próximo viernes, el Bogato 20 que suma $ 75 mil millones. Habrá una licitación previa y allí se verá el humor de los inversores. Por eso, la mayoría de los títulos en pesos tuvieron pérdidas promedio de 2%.
“La curva de bonos en pesos está tratando de recomponerse, pero no como espera el mercado. El gobierno entregando bonos de menor valor para pagar cada vencimiento le está dando una señal al mercado: los títulos en pesos se van a negociar igual que la deuda externa, con quita de capital e intereses”, señaló Juan Manuel Pazos, economista jefe de TPCG, uno de los mayores y más antiguos brokers de la Argentina.
Y si se mira lo que sucedió en las últimas licitaciones, donde las tasas ofrecidas son cada vez menores, se comprenderá que ese fracaso fue buscado para que el mercado entienda que el futuro no va a ser igual, que no van a cobrar toda la deuda y van a tener que soportar las mismas quitas que los acreedores del exterior. La diferencia es que al mercado local lo pueden manejar porque tiene ley argentina y el del exterior, tiene la desventaja de que los bonos están en pocas manos con ley neoyorquina y no van a ceder.
Hay hastío de la Argentina. Para muchos grandes fondos la tenencia de títulos representa medio punto de su cartera y no están dispuestos a invertir más tiempo en viajes y negociaciones. Intentaran salir de la Argentina tomando la menor pérdida posible, pero no quieren saber nada de nuevos bonos con sensibles menores rendimientos que reemplacen a los antiguos. Sus estatutos no se los permiten. No pueden ampliar cartera argentina con nuevos bonos.
La Argentina pronto va a estar afuera de las carteras de inversiones de los inversores extranjeros y la negociación de la deuda será más difícil de lo que los funcionarios locales imaginan. La posición dominante la tienen cinco fondos que poseen la mayor parte de la deuda con legislación Nueva York y son los que pueden decidir el default del país.
Están decepcionados con el último discurso del ministro de Economía, Martín Guzmán, ante el Congreso que prometió alcanzar déficit cero en 2024. Eso y decir que no habrá dinero para cumplir con los pagos, para los fondos, es lo mismo.
Por ahora retienen a los bonos argentinos para no voltear su precio. Los títulos están en una paridad de 40% cuando deberían estar en 50% para tener una negociación honorable. Los fondos buitres, en tanto, esperan la baja de los bonos para entrar en acción y litigar.
Pero no está todo dicho. La Reserva Federal está atenta a recortar las tasas ante la crisis del coronavirus y eso puede ser un punto a favor de la Argentina.
El dólar, en tanto, siguió manejado por el Banco Central en el mercado oficial. Esta vez compró una suma de USD 40 millones y los pagó 5 centavos más que el día anterior a $ 62,14. La idea del Central es subirlo en marzo por debajo de la inflación esperada y compensar a los exportadores de soja por las mayores retenciones que quedaron en suspenso. Se estima que a fin de mes estará algunos centavos por encima de $ 63. También permitió que los importadores compren divisas para cancelar vencimientos en el exterior.
En el mercado minorista, el de bancos y casas de cambio, la baja de la moneda fue de 5 centavos a $ 64,03. El dólar libre siguió en $ 79 y los alternativos tuvieron bajas. El dólar Bolsa o MEP perdió 25 centavos y cerró a $ 79,56, mientras que el contado con liquidación cayo 8 centavos a $ 80,56. Las reservas aumentaron por la suba del oro y las compras del Banco Central en 80 millones a USD 44.789 millones.
La Bolsa, sigue sin encontrar el piso. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, con negocios elevados por $ 825 millones, perdió 2,84%. En dos días bajó casi 9%.
Los papeles más afectados fueron los de Ternium (-7,34%) y Aluar (-7,04%). Ambas empresas están en el rubro más sensible para el comercio con Estados Unidos: acero y aluminio. También bajó Transportadora Gas del Norte (-6,90%) y Banco Macro (-6,34%).
Los ADR’s argentinos, certificados de tenencia de acciones que se negocian en Wall Street, tuvieron una rueda negativa con solo dos alzas. IRSA Propiedades Comerciales (+1,28%) y Pampa Energía (+0,42%). Los ADR’s mas afectados fueron Banco Macro (-6,32%), Banco Supervielle (-6,29%), Edenor (-5.81%) y MercadoLibre (-5,07%).
Se vienen días complicados para la Argentina, especialmente en lo que hace al precio de sus bonos porque los nominados en pesos también van a caer en la categoría de default restringido porque les cambiaran tasas y capital.
En el exterior, volvió a caer Wall Street y los apostadores de futuro estaban indecisos. Los números mostraban reacciones débiles de estos mercados bursátiles que no alcanzan a definir una tendencia para el último día del mes y de la semana. Tal vez tengan algún leve rebote que ayude a revivir a los demás mercados de mundo.