El propósito de Economía es distanciarse de la posibilidad de un reperfilamiento y sí en cambio salir a ofrecer nuevas emisiones que le permitan realizar un rollover.
La “normalización” de la curva en pesos, una de las apuestas del Ministerio de Economía, tiene dos componentes según le contaron a Ámbito fuentes que transitan los pasillos del Palacio de Hacienda: no reperfilar “nunca” de manera compulsiva los vencimientos en moneda local, al mismo tiempo que buscar activamente la refinanciación de los vencimientos, algo que en el mercado se conoce como rollover. Esta fue la estrategia desplegada hasta el momento, que le permitió a Economía refinanciar el 88% de los vencimientos durante la primera parte del año. Hacia adelante, el total de lo que debe enfrentar el Tesoro asciende a $1,01 billón, de los cuales el 55,3% está en manos del sector privado.
“En este Gobierno no se va a reperfilar nunca deuda en pesos. Ya lo dijo el Presidente”, aseguró una fuente oficial con conocimiento de la estrategia financiera del ministro Martín Guzmán. El argumento detrás de esa frase es que el Gobierno quiere dar certezas para estimular el desarrollo del mercado de capitales local, un aspecto central con dos objetivos: primero, para vigorizar la inversión y canalizarla hacia el sector productivo; y, en segundo término, para financiar las necesidades del Tesoro sin comprometer la estabilidad macroeconómica en un contexto de mayor gasto primario por las medidas impulsadas para enfrentar la pandemia. Sin embargo, la Secretaría de Finanzas advierte que el criterio general de endeudamiento también rige para las colocaciones en moneda local: la sostenibilidad. Así lo explica: “Los esfuerzos del Gobierno nacional están orientados a construir un perfil de vencimientos sostenible en el tiempo y ofrecer instrumentos atractivos a los inversores con el objetivo de desarrollar una fuente permanente de financiamiento para el Tesoro Nacional”.
Según un informe elaborado por la secretaría a cargo de Diego Bastourre, el rendimiento de todos los instrumentos estuvo por encima de la inflación durante la primera parte del año. Mientras que el aumento de los precios acumulados en el primer semestre fue del 13,3%, la tasa fija se ubicó en 14,7%; los bonos CER rindieron 17,5%; el valor de referencia del dólar se ubicó en 17,7%; y la tasa Badlar rindió 21,9%. Esto permitió, según el análisis que hace Finanzas, que de los $697.969 millones que el Gobierno debía pagar entre enero y junio, el Ministerio de Economía refinancie el 88%, al conseguir cancelarlo a través de emisiones por $616.117 millones en la primera parte del año. Ese camino se inició con un porcentaje de 58% en enero y tocó su pico máximo en mayo, cuando el Tesoro hizo una colocación 37% por encima de lo que debía enfrentar.
El ministro Guzmán había explicado hace unas semanas a Ámbito que “para acabar con el patrón de inestabilidad macroeconómica, de auges y caídas, necesitamos poder recuperar la confianza en nuestra moneda”. “Lo que se busca es poder generar instrumentos de ahorro y de financiamiento en pesos, y así lograr romper con la lógica dolarizadora que profundiza los desequilibrios estructurales del país”, explicó. El panorama hacia adelante es menos apremiante que el de los primeros seis meses del año, dicen desde Economía. Es que para el segundo semestre, “los servicios de deuda que debe afrontar el Tesoro Nacional alcanzan un total de 1,01 billón, cifra que resulta bastante inferior al perfil de vencimientos heredado y que incorpora las medidas llevadas a cabo para descomprimir los vencimientos en el corto plazo”. Estos vencimientos están concentrados, principalmente, entre noviembre y diciembre.