Quien gane las elecciones en octubre deberá salir al mercado a refinanciar vencimientos. Estiman que se renegociarán vencimientos con el Fondo Monetario Internacional
De la herencia kirchnerista, por la cual que el Gobierno de Cambiemos tuvo que desarmar el cepo cambiario, los subsidios, intentar bajar la inflación y sacar las trabas al comercio internacional, un factor que había jugado a favor del oficialismo fue el bajo nivel de endeudamiento.
No obstante, quien asuma el poder tras las elecciones presidenciales de octubre deberá afrontar vencimientos de deuda, entre capital a intereses sólo con el sector privado, ya llega a u$s 60.000 millones. Si a esa cifra se le agregan lo que se deberá pagar o renovar en 2019, el total asciende a unos u$s 91.200 millones, según las cifras publicadas por el Ministerio de Hacienda, con datos actualizados al tercer trimestre de 2018.
Por lo general, siempre los vencimientos son más fuertes cuanto más próximos sean. Por eso, 2019 suma casi u$s 32.000 millones con privados entre capital e intereses. Si a estas cifras se le agregan los vencimientos con organismos multilaterales y bilaterales, por unos u$s 5000 millones este año de capital y otros casi u$s 2000 millones de intereses, y lo que se le adeuda al sector público por u$s 9000 millones y u$s 3500 millones, respectivamente, el total a pagar en 2019 llega a los u$s 51.500 millones. Pero la deuda intrasector público y con organismos habitualmente se renueva.
Debido a estos abultados vencimientos en los próximos años, los analistas consideran imperioso volver a colocar deuda en los mercados, luego de las elecciones de octubre. Para este año el Gobierno no planea hacerlo, ya que con los desembolsos del Fondo Monetario Internacional y renovación parcial de Letes y Lecap, las necesidades están cubiertas, aseguran.
«La pregunta es si la Argentina, tras las elecciones, recupera el acceso al crédito para refinanciar vencimientos. El peronismo no tendrá acceso al crédito bajo ninguna de sus caretas. Cambiemos es posible pero no está asegurado y sólo para refinanciar vencimientos, tal como marca el acuerdo con el FMI», sostuvo Ramiro Castiñeira, de Econométrica.
En ese sentido, marcó que «en todos los países los vencimientos son gigantes, pero todos tienen acceso a los mercados para refinanciar el capital. La Argentina no sólo quería refinanciarlo, sino además financiar el déficit fiscal: ahí es que se corta el crédito. Acá se hace algo que no hace el mundo: el déficit fiscal generalmente se financia con el ahorro interno».
Coincidió Santiago López Alfaro de Delphos Investment en que, quien asuma la Presidencia a fines de este año va a tener que volver al mercado. «Es 100% político: si gana Cristina Kirchner los mercados se cierran y va a ser difícil pagar eso. Otro que gane va a tener más mercado y posibilidad de canjear voluntariamente. Pero es difícil verlo ahora», señaló.
Calificó que «claramente hoy la deuda y los pagos de intereses son un problema, y por eso es es clave lo de los mercados, pero es temprano todavía, hay que ver como viene el año».
Frente al «respiro» en los bonos argentinos sobre fines de la semana pasada, que empezaron a recuperar parte de lo perdido y el riesgo país cedió en torno a los 732 puntos básicos, dijo que la situación se va viendo día a día. «Ahora los mercados están bien y falta mucho. Tenemos un buen rebote. Pero a partir de marzo es un juego meramente local y de elecciones», agregó.
Tanto López Alfaro como Castiñeira creen que la deuda que se contrajo con el FMI, por u$s 57.100 millones hasta 2021, va a ser renegociada.
«El supuesto es renovar sí o sí con FMI. No hay forma de devolver tanta plata», afirmó Castiñeira, a lo que López Alfaro añadió: «Para mí eso no lo paga nadie. Ni Mauricio Macri ni Cristina Kirchner. El que asuma lo reestructura. Es la deuda más barata y más fácil de reestructurar».
Si bien hasta el 3° trimestre de 2018 el stock de deuda disminuyó u$s 13.000 millones, desde el récord de u$s 320.935 millones hasta los u$s 307.656 millones, el efecto de la devaluación de septiembre llevó a que cuando se la evalúa como porcentaje del PBI llegue al máximo en casi 14 años de pesar 95,4% del producto.
Neta de lo que se debe al sector público, la deuda con privados, que es la que en definitiva importa, llegó a un 44,6% del PBI, por u$s 140.883 millones. De este total, sólo un 14% está nominado en pesos.