El tipo de cambio paralelo aceleró la disparada de julio y alcanzó un récord de $350. La paridad bursátil, una referencia para las empresas, tocó los $341 y luego bajó a menos de 330 pesos.
Está claro que el salto de precios evidenciado por el dólar libre desde junio en adelante obedece a una sobre reacción del mercado. Pero los precios presentes, que pueden ser considerados como de “pánico”, tienen que ver con el deterioro de las expectativas de los ahorristas y consumidores. Y cuando manda el miedo -y faltan acciones concretas y efectivas del Gobierno- las cotizaciones libres del dólar siguen subiendo y alimentan la espiral alcista, es decir la devaluación del peso.
En este sentido, un dato que empieza a inquietar es que el dólar libre, en un nuevo récord nominal de precios que llegaron al filo de $350 el viernes, para cerrar a $338, se pagó más caro que el dólar “contado con liquidación”, que tocó un máximo de $341 y terminó cerca de los 325 pesos. Esto implica que la suba del dólar libre es impulsada por los minoristas, que buscan el refugio del billete y se escabullen del peso.
Los analistas del mercado alertan que “si esto continúa en el tiempo amenaza a la economía, porque se empieza a dejar de lado el consumo de bienes y servicios -conducta que anticipa recesión- y también las apuestas tradicionales como el plazo fijo -debido a las tasas reales negativas-”.
Es decir que la “corrida al dólar” encabezada hasta hace una semana por las paridades bursátiles, que llevaron a la rastra al dólar libre, podría dejar paso a la “corrida del peso”, impulsada por los minoristas y mucho más difícil de controlar y revertir, justamente, alimentada por el “factor miedo”.
Gustavo Neffa, director de Research for Traders, dijo a Infobae que “absolutamente todos se están dolarizando, pero acá se está dando un hecho que hace mucho que no se daba, y es que el dólar contado con liqui empieza a aparecer por debajo del dólar blue. Esto significa que los minoristas están empujando. Y esta es la preocupación sobre los depósitos en pesos, que es lo que ocurre ahora con alguien que cree que con el 53% anual de tasa de plazo fijo está haciendo negocio y sin embargo ve del otro lado cómo sube el dólar y algo de la ‘fiesta’ se está perdiendo de aquel que supo estar en dólares. Por lo cual no veo más que un proceso de dolarización que se acelere y esto se está yendo de las manos. El proceso inflacionario básicamente devino en una corrida para el dólar y es muy difícil de parar. Es muy difícil de parar una inercia inflacionaria en la Argentina y este dólar en sus múltiples versiones”.
Alguien que cree que con el 53% anual de tasa de plazo fijo está haciendo negocio, al ver cómo sube el dólar se da cuenta de que algo de la ‘fiesta’ se está perdiendo (Neffa)
Al respecto, los depósitos a la vista -caja de ahorro- bajaron en unos $375.000 millones (11%) en la semana del 7 al 14 de julio, desde $3,28 billones a $2,91 billones. Aunque en ese lapso no se observó una caída en el nivel de depósitos a plazo fijo, aún en sus niveles nominales máximos, de $5,1 billones para las colocaciones tradicionales y de $387.000 millones para los ajustados por UVA.
“El primero que se asusta y convalida números medio locos es el minorista, hay miedo y no hay norte. Y por otro lado hay muchas empresas que tuvieron que pagar aguinaldos y sueldos. También el tema de las vacaciones de invierno, que muchos traen dólares y los venden en el contado con liqui (para aprovechar la brecha con del dólar ‘turista’). Por lo tanto tenés esa presión del contado con liqui un poco más para abajo y del minorista un poco más para arriba. Son anormalidades, pero esto se corrige después, son momentos muy inestables y pasan estas cosas. Cuando vuelva a la normalidad, el minorista va a estar por debajo del mayorista, es decir que el blue se va a encontrar por debajo del liqui, es temporal”, precisó Neffa.
El analista financiero Christian Buteler observó que “por ahora la crisis cambiaria, que no ha terminado, parece no afectar los depósitos bancarios. En caso que se contagie el sistema financiero pasaríamos a un nuevo nivel de donde sería mucho más difícil retornar”.
Para Lucas Yatche, Head of Strategy and Investments de Liebre Capital, “las expectativas macroeconómicas no mejoran en un contexto de venta de reservas, mayor gasto y emisión monetaria. Las fuentes de la misma provienen de la compra de bonos, adelantos transitorios y pago de intereses de deuda”.
“La demanda en los tipos de cambio financieros no afloja. La presión generada en la deuda en pesos a principios de junio terminó afectando fuertemente al mercado cambiario tras la emisión creciente pasando de un tipo de cambio a “210 hasta los más de $300 actuales. Al mismo tiempo, las perspectivas de mayor inflación afectaron significativamente las tasas de interés reales -cada vez más negativas- perjudicando aún más la demanda de dinero. En este marco, las subas de tasas del BCRA fueron leves a diferencia de las del Tesoro que subieron a un ritmo más veloz”, subrayó Yatche.
A partir del 8 de junio, cuando se inició la salida de fondos privados que estaban posicionados en bonos del Tesoro en pesos, el dólar libre escaló 130 pesos o 62,5%, mientras que el “contado con liqui” avanzó 115 pesos o 55 por ciento.
Es decir que el dólar libre subió más desde el 8 de junio hasta hoy que lo que había subido en los dos años previos. La divisa se pagó a $138 el 14 de mayo de 2020 y experimentó una suba de un 50% hasta los $208 del 8 de junio de 2022.
Preocupación oficial
El Gobierno impulsó un “tipo de cambio diferenciado para el turista extranjero”, con el objetivo de que los dólares “ingresen al Banco Central” para fortalecer las reservas. El jueves se anunció que permitirán a no residentes vender hasta USD 5.000 a un tipo de cambio financiero similar a la cotización del dólar MEP y facilitarán algunos pagos de importaciones.
“Comprendemos y tenemos empatía con la sensación de incertidumbre que generan las informaciones acerca del dólar blue, que no tiene impacto en la economía real”, dijo la portavoz de la Presidencia Gabriela Cerruti. En la misma línea, el ministro de Turismo, Matías Lammens, reconoció que “hoy por la brecha cambiaria muchos de esos dólares no entran al Banco Central. Estamos trabajando con el Ministerio de Economía para que los turistas liquiden esos dólares y lo puedan cambiar en el mercado único de cambios”.
Aunque desde el Gobierno se buscó descomprimir la tensión cambiaria, los anuncios se quedaron “cortos”
Aunque desde el Gobierno se buscó descomprimir la tensión cambiaria, los anuncios se quedaron “cortos”. Tampoco contribuyó a calmar las expectativas devaluatorias que el ministro de Seguridad Aníbal Fernández atribuyera la suba del dólar libre a quienes “pretenden generar corridas y ventajas para ellos y no para los argentinos”.
Fernández recordó que la ministra Silvina Batakis ya explicó que “el mercado oficial debe estar rondando los USD 1.000 millones, mientras que el mercado blue o negro, solo 3 millones” de dólares. “Es nimio, simplemente que está siendo inyectado por algunos de los tantos que pretenden generar corridas y ventajas para ellos y no para los argentinos; hay que ser cuidadoso y decir las cosas como son”, enfatizó.