Son Letras de Liquidez y es la licitación más alta desde que se crearon estos títulos
El miércoles el Banco Central tiene una prueba de fuego. Con los intereses devengados de una semana, deberá licitar $212 mil millones de Letras de Liquidez (Leliq). Es la licitación más alta desde que se crearon estos títulos.
La puja va a ser seguida con atención y puede marcar una nueva suba de las tasas de interés porque los bancos no están entusiasmados con lo que les están pagando en las colocaciones de Leliq. La semana pasada vieron caer en $10 mil millones sus plazos fijos.
Cabe recordar que con los $21.900 millones que no pudo renovar el martes, en los últimos tres días el Central sumó $71 mil millones de caída del stock de Leliq. Ese dinero fue a poder del público y podrían tener destino de dólar.
El Banco Central las está subiendo, pero a otro ritmo. En la licitación del martes, la tasa promedio quedó muy pegada a la de corte y muchos bancos quedaron afuera porque pidieron más rendimientos de los que el Banco Central estaba dispuesto a pagar. La tasa máxima adjudicada para los $160 mil millones que se colocaron fue de 50,50% igual que la del día anterior y la tasa promedio quedó en 50,49% contra 49,82% del lunes. Pero, a pesar de la mejora, no pudo renovar en su totalidad los $182 mil millones que vencían.
Hay dos componentes que viajan por separado. Por un lado, las Leliq que no están absorbiendo todo lo que vence y dejan libre más dinero que puede ir a dólares y, por el otro, la gente que apuesta todavía al carry tarde (ahorrar en pesos para luego volver a dólares) porque la mayoría de las entidades subieron sus tasas a plazo fijo para retenerlos. Son los bancos que le reclaman al Banco Central que le compense ese aumento subiendo más la tasa de las Leliq.
Para Martín Redrado, el Banco Central «está manejando sin sobresaltos el tema financiero pero el costo sobe la economía real es tremendo. Están privilegiando un dólar quieto y una inflación que no pueden bajar, antes que la reactivación. Hacer predicciones, es imposible. Todo hay que seguirlo día a día».
Lo cierto, es que, con estas tasas, el Banco Central bajó el dólar mayorista a $38,89, seis centavos por debajo del día anterior. En bancos y casas de cambio, cedió 5 centavos y el público lo pagó a $39,95. Parece que el piso de la cotización está cerca.
Las reservas perdieron USD 52 millones a 66.990 millones. La baja del dólar en el exterior y la suba del oro no pudieron evitar que se pierdan 6 millones. Además, se pagaron 16 millones a organismos internacionales y 3 millones a Brasil.
El riesgo país, subió 0,14% a 693 puntos porque los bonos bajaron más que el dólar. El Bonar 2024, el título de referencia, perdió 0,16 por ciento.
La falta de interés por los bonos argentinos se ve rápidamente en una cifra: en lo que va del año los países emergentes tomaron USD 14.400 millones en deuda, emitiendo bonos en el mercado internacional. Argentina no tomó un solo dólar porque no tiene prestamistas por su elevado riesgo país.
En la Bolsa se vivió otra rueda negativa. Con escasos negocios por $393 millones, el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, cayó 0,84 por ciento. Pasado el mediodía en su peor momento llegó a estar 2% abajo, pero comenzó una lenta escalada que lo llevó a recortar esa pérdida.
Los bancos fueron parte de la caída. Francés perdió 2,21% y Galicia 1,23%, pero Macro ganó 0,70% y Supervielle, 0,46 por ciento.
En Wall Street, los ADR’s argentinos –certificados d tenencias de acciones– soportaron mayoría de bajas. Las más importantes fueron las de Central Puerto (-2,73%) y Banco Francés (-1,68%).
Todas las miradas de los inversores estarán puestas en la licitación de Leliq que se produce después del cierre del mercado cambiario por eso el efecto se verá el jueves.
Otro dato clave, pero que jugará más adelante, es la decisión del FMI sobre cómo podrá utilizar los USD 10.700 millones que ingresarán a mediados de marzo porque hasta ahora no permite que se utilicen para intervenciones cambiarias sino para pagar vencimientos de deudas.