Según un informe del IARAF, hasta ayer, el estado absorbió todos los ingresos. Un trabajador en relación de dependencia tardó en 2017, unos 206 días para cumplir con todos los impuestos (nacional, provincial y municipal). En 2015 se hubiera tardado 28 días más.
Hoy es el día de la liberación. Según el informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) presentado en junio pasado, un asalariado en blanco debería trabajar entre 174 y 206 días para cumplir con todos los impuestos y tasas de los tres niveles de gobierno -nacional, provincial y municipal. Siguiendo esta hipótesis, y según el nivel de ingresos de cada trabajador, entre el 21 de junio y el 24 de julio se cumpliría ese plazo, con lo que ayer fue el último día en que un argentino trabajó para cumplir con el estado en cualquiera de sus versiones (nacional, provincial o municipal). A partir de hoy, teóricamente, comenzará a trabajar para si mismo. Salvo que antes de fin de año aumente algún tributo o el Congreso invente uno nuevo; algo que, por ahora, por parecería estar en las carpetas de los candidatos, dado que están todos en campaña.
La buena noticia del 2017, es la este año la presión tributaria habría bajado en relación con el 2016, año en que también se habría reducido frente al 2015. El macrismo logró este año 28 días menos de presión que el mismo nivel de 2015. El recorte obedeció a la actualización de los mínimos no imponibles y los tramos de las escalas del impuesto a las ganancias que afecta a empleados en relación de dependencia (impuestos por ley impulsada por la oposición en diciembre del año pasado) y los correspondientes al impuesto sobre los bienes personales. Igualmente, aclara el informe, que la mejora obedeció a los estratos de mayor nivel de ingresos alcanzados por Ganancias y Bienes Personales.
Los sectores de menores ingresos se vieron más afectados por la presión impositiva que el resto, ya que sufren las consecuencias del IVA, Ingresos Brutos, rentas y los impuestos indirectos sobre el consumo, los que no tuvieron modificaciones. Incluso, para estos sectores, la carga tributaria ha permanecido prácticamente sin cambios en los últimos años, con lo cual se ha achicado la brecha entre la carga tributaria de los mayores y menores niveles de ingresos. De ahí que desde el gobierno se piense, ante una eventual reforma tributaria en la que se trabaja en el ministerio de Hacienda de Nicolás Dujovne, comenzar a trabajar en una mejora en la presión sobre los impuestos al consumo. Es una patriada difícil. Son los que más fácil de recaudación tienen y los que más aportan al fisco. En tiempos de déficit fiscal de entre 40.000 y 50.000 millones de pesos, es un capítulo difícil de corregir.
Según el último Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (World Economic Forum), correspondiente al período 2016-2017 publicado en marzo pasado, en la Argentina la proporción total de impuestos que la economía formal paga en comparación con las ganancias tiene nivel del primer mundo y es el de mayor presión en toda América Latina.
En el país los impuestos representan el 137,4% de las ganancias obtenidas por las empresas y los particulares, con lo que el Estado obtiene más plata que la que le queda a los privados como rentabilidad. En este ranking, Argentina está en el puesto 104 sobre 138 países medidos en el informe, por encima de cualquier otro estado de la región. La presión impositiva alcanzó en 2016 el 33,4% del Producto Bruto Interno (PBI) en el consolidado de Nación, provincias y municipios, alcanzando un nuevo récord histórico; nivel que se mantendría o caería levemente este año. Se trata de un nivel muy superior, por ejemplo, a los de Chile o Uruguay, con un 21%; y similar al brasileño que se ubica en 32. Los datos fueron elaborados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a las 34 economías más desarrolladas del mundo y estudia la realidad macro de 140 países, en América Latina la presión promedio fue en 2016 de 22%; con lo que la Argentina tiene 10 puntos más. Según este informe, el país con mayor presión tributaria del mundo es Dinamarca con el 50,9%, seguido por Francia (44%), Suecia (44%), Italia (43%), Finlandia (43%), Noruega (43%) y Alemania (37%)%. Argentina, hasta 2010, se mantenía en niveles de 28%; mientras que desde 2013 superó la barrera del 30%.
Dentro de Argentina hay sectores que superan largamente el nivel de 34% de presión. Los cigarrillos (80%), bebidas alcohólicas (hasta 70%), la industria automotriz (54,8%), bebidas sin alcohol (50%), combustibles (48%), construcción (45%) y transporte (40%); superan largamente el promedio general.
Fuente: http://www.ambito.com/891314-dia-de-la-liberacion-desde-hoy-un-empleado-trabaja-para-si-mismo