En los 70‘s y 80‘s, cuando el dólar paralelo se disparaba, la política cambiaria se veía obligada a corregir la distorsión cambiaria depreciando el dólar oficial
La historia argentina demuestra que la economía no logra convivir con brechas cambiarias elevadas por períodos de tiempo prolongados.
Así lo sostiene un informe que elaboró la consultora dirigida por Carlos Melconián. El mismo explica que durante los 70‘s y 80‘s, cuando la brecha cambiaria era elevada, la primera medida tendía a reducir el valor del dólar paralelo pero eventualmente la solución derivaba en una devaluación del tipo de cambio oficial. Una regla histórica de la cual, sostiene M&S, no está exenta la situación actual.
Según los cálculos de la consultora, durante los 70‘s y los 80‘s cuando el dólar paralelo se disparaba, era cuestión de meses que la política cambiaria se viera obligada a profundizar el crawling peg, directamente devaluar el tipo de cambio oficial y/o a desdoblar el mercado.
Durante la década del 70‘ hubo tres episodios entre 1971 y 1975 en los que rigió un mercado cambiario desdoblado. "Un tipo de cambio comercial que se mantuvo fijo y uno financiero más alto y administrado donde en poco tiempo el Gobierno reorientó todas las importaciones y muchas exportaciones. O sea, el tipo de cambio comercial era simbólico, de baja relevancia práctica. La brecha cambiaria relevante de la época era entre el dólar de importación y el dólar paralelo", indicó el análisis de M&S.
El primer episodio destacado fue en octubre/noviembre de 1971, pocos meses después de inaugurado el doble mercado cambiario, cuando la brecha con el dólar de importación superó el 70%. En ese entonces, el dólar paralelo rozó los $10 mientras que el dólar importación marcaba $5,7. Si bien éste fue deslizándose con rapidez y en marzo de 1972 pegó un salto hacia los $8 reduciendo la brecha al 30%. En cuatro meses se acumuló una devaluación de 43%.
Como una suerte de réplica de esta situación, el segundo episodio comenzó a mediados de 1972. El dólar paralelo se disparó de nuevo, aumentando la brecha con el dólar de importación en un 50%. Dos meses después, el Gobierno debió ajustar el tipo de cambio oficial en un 15% – de $8,70 a $10.
Asimismo, entre septiembre/octubre de 1974, la brecha superó el 100% también por la escalada del dólar paralelo. En esta oportunidad, se mantuvo alta hasta la devaluación del 50% que sufrió el dólar importación en marzo de 1975.
La década del 80‘
En este período, M&S identifica cuatro episodios de brecha cambiaria elevada y una devaluación del tipo de cambio.
A diferencia de los años 70‘s, donde las depreciaciones del tipo de cambio quedaban a mitad de camino entre el valor del dólar oficial previo y el dólar paralelo, durante los 80‘s, éstos tendían a converger al dólar paralelo.
Por ejemplo, hacia fines de 1981 la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el marginal subió a casi 60%. En tres meses, el Gobierno devaluó un 40%. Con esta corrección, el dólar oficial convergió al valor del paralelo y la brecha se redujo a cero.
Un segundo episodio tomó lugar entre agosto y septiembre de 1982, cuando la brecha saltó al 100%. Esta se mantuvo por tres meses hasta que el Gobierno devaluó un 100% el tipo de cambio oficial.
En tercer lugar, un nuevo momento de corrección cambiaria se produjo antes de las elecciones presidenciales de 1983, momento en que la brecha había escalado al 85%. Así, cuando asumió Alfonsín en diciembre, se produjo una devaluación del 50%, llevando el dólar oficial casi al valor del paralelo y bajando la brecha al 20%.
Finalmente, el cuarto episodio ocurrió entre marzo y octubre de 1984. Hacia marzo, la brecha subió al 77%, pero en agosto se produjo una devaluación que no logró bajar la brecha porque el paralelo registró nuevas subas. En octubre el gobierno volvió a devaluar un 50% y logro que la brecha cayera al 30%.
El presente
Desde que rige el control de cambios, desde M&S identifican tres episodios de suba brusca del dólar paralelo y engrosamiento de la brecha cambiaria. El primero fue en el verano de 2013, el segundo en los meses previos a la elección legislativa de ese año y el tercero es el que se vive en la actualidad.
Después del primer episodio, el Gobierno logró calmar el mercado y la tensión no pasó a mayores. Aun así, la brecha no bajó del 50%. En tanto, la segunda etapa desembocó en la devaluación de enero. Y en agosto empezó el tercer episodio, que se extendió a septiembre.
"El tipo de cambio oficial a 8,50 cada vez tiene menor relevancia concreta. Da la impresión que más allá de circunstancias transitorias, la brecha muestra un piso del 50%. Está en el umbral histórico a partir del cual no es fácil el statu quo cambiario. Posiblemente, el Gobierno intente zafar sin levantar muchas olas. Sin embargo, en algún momento la realidad le impondrá ‘hacer algo‘ con el tipo de cambio oficial", concluye el informe.