Productores quieren un descuento en Ganancias y las exportadoras un diferencial de retenciones. La decisión es de Guzmán.
El Gobierno necesita dólares y el campo lo sabe. Tanto las empresas agroexportadoras como representantes de los productores agropecuarios presentaron propuestas concretas ante el oficialismo para acelerar en lo que resta del año las ventas de soja y maíz que aún están en los silos y valuadas en u$s12.200 millones y por supuesto, la tan ansiada liquidación de divisas. En la otra vereda, el Gabinete económico comandado por el ministro Martín Guzmán continúa inflexible con sus lineamientos y por el momento no está dispuesto a dar el brazo a torcer, se ilusionan con una mayor disponibilidad de dólares luego de cerrar el canje de deuda y por eso, por el momento, no habría novedades en materia impositiva y fiscal para el sector.
En concreto, desde hace meses, pero con mayor intensidad durante las últimas semanas, las empresas agropexportadoras están haciendo lobby para que se restablezca el diferencial de retenciones en la cadena sojera, favoreciendo con una rebaja de 3 puntos al aceite y harina de soja; a cambio prometen incrementar el flujo de liquidación de divisas en lo que resta del año y pagar un diferencial de entre 10 y 15 dólares por tonelada a los productores. Alegan que el sector trabaja con alta capacidad ociosa y que hay poca disponibilidad de materia prima en el mercado ante la actitud especulativa por parte de los productores agropecuarios.
En paralelo, representantes del sector productivo también presentaron ante el oficialismo un plan para acelerar las ventas de soja y maíz que aún conservan en los silos; quieren descontar parte de las retenciones a la oleaginosa como pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias del próximo año. Detallan que los márgenes de rentabilidad de la soja están cada vez más ajustados por fuera de la zona núcleo y que la brecha con el dólar blue, que ronda el 80%, desincentivan las operaciones.
Ambos planteos fueron escuchados con atención por representantes del Gobierno; quizás el más receptivo fue el ministro de Agricultura, Luis Basterra, quien semanas atrás en diálogo con Ámbito reconoció que la posibilidad de reimplementar el diferencial de retenciones en la cadena sojera estaba bajo estudio. Pero a la par también afirmó que no se tomaría ninguna medida “sin el consenso de todo el sector”.
La realidad es que la decisión está en manos del ministro Guzmán y justamente es quien no está dispuesto a ceder. El planteo, puertas adentro, que maneja el Gobierno es que en el caso de que se otorgue la posibilidad a los productores que descuenten Ganancias por un plazo acotado de aquí a fin de año, sería en la práctica una medida muy difícil de retrotraer y que generaría un nuevo cortocircuito con el campo, escenario que el propio presidente Alberto Fernández no está dispuesto a permitir. Mucho menos teniendo en cuenta que la reactivación económica, según plantea el primer mandatario, vendrá efectivamente de la mano de la exportación de alimentos.
En tanto, respecto al diferencial de retenciones para la cadena sojera y justamente en el afán del Gobierno de alcanzar un total consenso con el sector productivo y el exportador, la decisión final tampoco avanza por el momento.
Mientras tanto, la liquidación de divisas acumula en los primeros siete meses del año un retroceso interanual del 10,5% y según las proyecciones, cerraría este año con una caída del 14,6%.
Unos u$s3.400 millones dejarían de ingresar a la Argentina, con respecto al año anterior, en concepto de exportaciones de granos y subproductos.
Por su parte, los productores tienen actualmente en su poder 18,5 millones de toneladas de soja física disponible, y 8,2 millones entregadas y sin precio, lo que significa alrededor de u$s10.000 millones en divisas. Si a esta cuenta se le suma el maíz por vender, alcanza los u$s12.200 millones.
Estos números mira el Gobierno con atención y cierta preocupación pero por el momento, lejos de avanzar en recortes fiscales o impositivos.