La existencia de las bandas y la esterilización o no podrían marcar que suceda de manera más rápida o no. Señalan que financiar el déficit causa apreciación
A un mes del inicio del nuevo programa monetario, el dòlar coquetea con traspasar la banda inferior fijada para diciembre en $ 35 y empieza a emerger el debate de si comenzará nuevamente una etapa de apreciación cambiaria.
Hacia el interior del Gobierno lo saben: es que sumado a la baja inicial en el arranque del esquema de nula expansión de la base monetaria comienzan a ingresar los dólares del FMI. Entre los u$s 5700 millones que desembolsó la semana pasada, los u$s 7700 millones de fines de diciembre y unos u$s 11.000 millones en marzo, llegarán unos u$s 24.400 millones que irán todos como «apoyo presupuestario».
Por ahora en Hacienda confirman que no se pasarán estos dólares a pesos, al menos hasta febrero próximo. No obstante, en algún momento se necesitará hacerlo y, el impacto en el mercado cambiario, se sentirá. Todo en un contexto en el que se espera que la confianza de los inversores haga que los fondos vuelvan a fluir hacia Argentina, con una inflación que redondea el 40% interanual.
«El objetivo del Gobierno es que no se revalúe el tipo de cambio. Aún estamos competitivos», afirmó una fuente de Hacienda.
Gabriel Caamaño Gómez planteó que el tema de fondo es la sustentabilidad de la estabilización. «Hay un trade o entre velocidad y sustentabilidad: si hubieras querido estabilizar muy rápido, tendrías que esterilizar la emisión para comprar dólares. Eso te permitiría estabilizar más rápido, bajar la inflación más rápido, pero sería menos sustentable porque estarías generando pasivos remunerados del Banco Central», describió.
Y consideró que bajo este esquema no necesariamente se saltea la apreciación real. «Mantendrías tasa alta entonces habría ingreso de capitales que van a querer capturar ese diferencial de tasas», identificó.
En ese sentido, subrayó que lo que genera la apreciación real es el déficit fiscal. «Tener que recurrir al financiamiento para financiarlo es lo que lo genera», sostuvo, y agregó que con el sendero fiscal de ajuste más rápido, y la intención de llegar a equilibrio primario en 2019, «entonces se presume que el proceso de apreciación real va a ser más lento». No obstante, reconoció que apreciación real va a haber, «es inevitable; el tema es cuánto y qué tan rápido».
Lorena Giorgio, de Econviews, sostuvo que se cerrará el año con un saldo de caja positivo en el programa financiero. Por eso, dijo que no cree que el ingreso de dólares del FMI implique un fuerte impacto sobre el tipo de cambio. «Creo que las bandas deberían funcionar para que esto no ocurra. La mayor competitividad del tipo de cambio es una realidad, aún en el piso de la banda», evaluó.
Hacia 2019, sostuvo que desde Econviews esperan una muy fuerte mejora en la cuenta corriente. «Si bien aún exhibirá un déficit, el recorte será de aproximadamente 3 puntos del PBI», describió. Pero, advirtió: «Hay una realidad, y es que en los años electorales siempre hay una apreciación del tipo de cambio real, y 2019 no va a ser la excepción. El efecto ´extra´ de los dólares financieros sobre el tipo de cambio será marginal, y hay herramientas todavía para evitar una apreciación mayor a la ´deseada´».
El economista Guido Lorenzo señaló que la idea de las metas era en parte «frenar la apreciación que podía llegar a venir por los recursos que son en dólares y las obligaciones que son parte en pesos y parte en dólares».
Sobre el momento en que los giros de los organismos internacionales se pase a pesos dijo: «Será momento para que recomponga reservas el BCRA y del lado real de la economía, las exportaciones no explica sólo el tipo de cambio real, pero no juega a favor».
No obstante, aún con cierta apreciación describió que «el escenario de tipo de cambio real es mucho mejor que en 2016/17».