La divisa subió 7% en el mercado informal, a $168. También descollaron las acciones ligadas al sector energía, con alzas que llegaron al 40%. Los depósitos en pesos rindieron por debajo de la inflación
El mes de junio se caracterizó por la volatilidad, pero dejó algunas apuestas inversoras con sesgo ganador, aún con una coyuntura económica adversa y el golpe que recibió el sector financiero por la degradación de categoría de MSCI.
En términos generales, el dólar recuperó el protagonismo, si se tienen en cuenta sus variantes por fuera del control de cambios. El dólar libre ganó 11 pesos o 7% desde el cierre de mayo, a $168 para la venta. Se trató de la segunda suba mensual más importante de 2021, luego del salto de 10,6% en abril.
Sin embargo, esta mejora fue una excepción si se toma en cuenta que desde que empezó 2021 el dólar informal subió apenas 1,2% o dos pesos, desde los $166 en que culminó el 2020.
En cuanto a la plaza formal, el dólar “solidario” desaceleró fuerte y concluyó ofrecido a $166,93 en el promedio de bancos (con la carga impositiva de 65%), por arrastre de una deliberada acción del Banco Central, que solo permitió un alza de 1% (menos de un peso) para el dólar mayorista ($95,72).
Los inversores más sofisticados apelaron a dolarizarse a través del canal bursátil, en operaciones que los agentes atribuyen a una cobertura preelectoral. El “contado con liquidación” cerró a $165,92 (plano en el mes) y el dólar MEP, a 163,67 (+2,1%), precios intervenidos por la venta de bonos de organismos públicos que terminan premiando a quienes pueden pasarse a divisas a un precio más conveniente que el del “blue”, de manera formal y por encima del cupo mensual de USD 200 para la demanda privada en bancos.
En junio, el dólar “blue” le ganó al plazo fijo tradicional, pues los depósitos a 30 días inferiores a $100.000 obtuvieron un beneficio en torno al 3%, debajo de la inflación del 3,3% mensual. Estas colocaciones rinden una tasa efectiva anual (TEA) de 35,4%, que al renovarse mes a mes implica un 41,7% de tasa efectiva anual (TEA).
Asimismo, la TNA mínima para plazos fijos de personas humanas hasta un millón de pesos establecida por el BCRA es del 37%, que equivale a una TEA (al renovar todos los meses un plazo fijo a 30 días) a un rendimiento del 44 por ciento. Mientras, la tasa BADLAR, para depósitos de más de un millón de pesos a 30-35 días de plazo rinde 34,1% (TNA) y 40% (TEA).
El de los plazos fijos UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) es un segmento que viene creciendo debido a que el ahorrista se beneficia con la tasa de interés de esta variable más un 1%, aplicable a depósitos a 90 días (precancelables a una tasa menor), actualiza a diario por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) en base a la inflación minorista. Hoy está rindiendo un 3,5% mensual.
En cuanto a acciones y bonos, el panorama fue más heterogéneo, en especial luego de que el mayor proveedor de índices del mundo, MSCI, reclasificara al país como mercado standalone (independiente) por la prolongada aplicación de controles de capital.
Hasta ahora Argentina pertenecía al rango ‘emergente’ desde 2019, cuando fue elevado desde ‘frontera’. Antes de dejar el poder, el gobierno de Mauricio Macri retomó un estricto control cambiario para frenar la fuga de reservas, medida que se mantuvo con la administración del presidente Alberto Fernández.
El panel líder S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires anotó una suba mensual de 5,2% en dólares y de 5,2% en pesos. Debido al drástico recorte de precios de esta semana, luego de la comunicación de MSCI, los resultados fueron muy dispersos.
Descollaron las acciones ligadas al sector energético, como Transportadora Gas del Norte (+42%), Edenor (+28,4%), Transener (+19,5%) y Central Puerto (+15,7%). También destacaron Comercial del Plata (+24%) y Cablevisión Holding (CVH, +13,5%).
Entre los papeles más negociados, Grupo Galicia ganó un 1% en el mes, que perdió contra la inflación, e YPF subió un 5,4 por ciento.
En el plano de la renta fija, los bonos Globales -la serie “GD“ en dólares con ley extranjera- perdieron en promedio un 4% en el mes, movimiento congruente con un riesgo país de JP Morgan que escaló cerca de 90 unidades para la Argentina, a 1.596 puntos básicos.
Otro bono de referencia, el Bonar 2030 en dólares con ley argentina (AL30), perdió un 3,6% en junio. Este papel es muy líquido, pero padece porque es el más utilizado por el Banco Central para “pisar” las cotizaciones bursátiles del dólar. La entidad efectúa ventas masivas en la última hora de operatoria, lo que deprime su valuación.
En este segmento, los más elegidos fueron los bonos del Tesoro que ajustan por CER, el coeficiente que replica el Índice de Precios al Consumidor del INDEC, más una tasa entre 1% y 2% anual (a más duración, más tasa). Al proteger contra el avance de la inflación, subieron más de 2% en el mes, como el caso del TX21 (+2,8%), el TX22 (+2,6%) y el TX23 (+2,3%).