Compara con los u$s1.000 millones promedio en el año y los u$s1.200 millones de agosto. Alivio en el Gobierno.
Si la idea era reducir drásticamente la salida de dólares de las reservas del Banco Central para el atesoramiento de los particulares, la medida evidentemente funcionó. A casi un mes de su lanzamiento, el promedio de venta de la entidad que dirige Miguel Pesce de los famosos u$s200 por persona, bajó del promedio mensual para las últimas quincenas de cada período de los 100 a 10 dólares o menos por día. O, en términos agregados, se proyecta una salida de u$s300 millones mensuales máximos, de los casi u$s1.000 millones que se anotaron en promedio en el año y que superaron los u$s1.200 en agosto, mes clave donde los compradores de dólar ahorro treparon a los 5 millones de personas. Los números de esta semana hablan de operaciones por menos de 10 millones de dólares diarios (7 millones el lunes), y languideciendo en cantidad hacia fin de mes. En el BCRA se adelantan a que habrá otra andanada fuerte en los primeros días de noviembre, pero que el promedio a lo largo del mes volverá a tranquilizarse y a ubicarse por debajo de los 10 millones en la última quincena. Si bien las restricciones llegaron para quedarse, al menos por el momento, la velocidad de salida de dólares vía ahorro podrían determinar que las prohibiciones quedarán en estos niveles y no profundizarse. Hay ahora algo seguro. No son ahora las compras de particulares lo que está complicando el nivel de reservas.
La medida se lanzó el 15 de septiembre. Sin embargo su aplicación demoró varios días, hasta que el sistema bancario, la entidad financiera central y la ANSES, se pusieron de acuerdo sobre la manera en que los bancos consultarían la manera de conocer si una persona estaba o no autorizada por la entidad que maneja María Fernanda Raverta para recibir la autorización. Luego de algo más de una semana de días hábiles, y de que Alberto Fernández en persona parlamente para que hubiera intercambio de información entre la entidad y los bancos la aplicación plena de las restricciones comenzaron a operar el 21 de septiembre. Y a 48 horas de su aplicación ya el sistema estaba funcionando, con las broncas y protestas de la clase media y media alta que quedó fuera de la posibilidad de adquirir los u$s200 dólares mensuales. El Gobierno defiende hoy a pleno las restricciones al dólar ahorro, y el resto de las trabas que se aplicaron desde el 15 de septiembre, frente a la velocidad de salida de reservas. En el BCRA hablan además del combo que se habilitó con los leves, pero concretos incentivos para el aumento de la oferta de divisas. Si bien se reconoce que los productores primarios están fuera de las liquidaciones, los exportadores de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) algo liquidan y ayudan a empatar algunos partidos. Según las sumas y restas del BCRA y el Ministerio de Economía, la proyección actual debería alcanzar para transitar con cierta tranquilidad noviembre y avanzar hacia diciembre.
El problema, obviamente, es que las trabas al acceso a la clase media, redirigen la demanda hacia los otros dólares disponibles. La realidad indica que los financieros CCL y MEP resultan operaciones demasiado sofisticadas para la clase media y media alta con capacidad de ahorro que adquiría los u$s200 mensuales y que quedaron, por razones múltiples, fuera del sistema. Y que, en consecuencia, esa demanda se concentra en el blue sin importar en los últimos días que el precio pagado resulta en la comparación macro un nivel similar a un tipo de cambio africano más que latinoamericano. La comparación en la cotización es lapidaria. Al 15 de septiembre, la cotización del dólar oficial se ubicaba en los $79,36 pesos y, sumando el Impuesto País, trepaba a los $103,16. Con el 35% extra del Impuesto a las Ganancias este número subió a los $130,93, dinero que sólo pudieron pagar los autorizados. Ese mismo día el blue cotizaba en los 131 pesos.