Las firmas de rubros ligadas a la exportación festejan un dólar en alza. En los sectores atados al consumo hay cautela por un eventual traslado a precios que retraiga ventas
La suba del dólar de la semana pasada encendió luces de alerta en todas las empresas. Pero en cada rubro, el impacto de este fenómeno es muy diferente. Mientras en el rubro inmobiliario los constructores y desarrolladores encuentran algunos beneficios, se comienza a percibir preocupación entre potenciales compradores de viviendas y por lo tanto, entre los martilleros. Hay ya un incipiente freno en el turismo por incertidumbre y se suma cautela en las grandes cadenas de venta de electrodomésticos y celulares por un traslado a los precios que retraiga la demanda. En el sector servicios y software, en cambio, se festeja por ser un sector marcado por la exportación, igual que en las cerealeras.
Entre los desarrolladores inmobiliarios un alza en el precio del dólar no es del todo una mala noticia. El precio de la construcción en pesos es más accesible mientras aumenta el valor de venta cuando ya se tiene amortizado el costo de la tierra. Gonzalo Monarca, presidente del Grupo que lleva su apellido, dijo que «el establecimiento de la meta de inflación en 15% y el aumento del dólar son variables que inevitablemente afectan al mercado inmobiliario.
En la cotización registrada en lo que va del año, tenemos un dólar que bordea constantemente $20. Mientras no se dispare, la gente seguirá tomando créditos. Este escenario no modifica planes ni proyectos, dado que el foco de la industria sigue estando en la agenda de créditos intermedios para desarrolladores. En esa línea, Rodrigo Fernández Prieto, Managing Partner en Fernández Prieto y Asociados, explicó que «la volatilidad del dólar afecta directamente al bolsillo del nuevo protagonista del mercado, que toma créditos UVA. Mientras tanto, la industria intenta no apalancarse en este escenario y buscar el balance. Hoy, los desarrolladores estamos en busca de más y mejores tierras, y créditos intermedios que nos permiten financiar proyectos desde el vamos».
En grandes desarrolladoras como IRSA, aseguran que la suba del dólar no modifica en nada los proyectos que están en marcha. «Construimos centros comerciales y edificios de oficinas, principalmente. Son proyectos a muy largo plazo y estratégicos», dijeron desde la firma.
En las inmobiliarias, en cambio, ya se observó un freno en la demanda. Armando Pepe (presidente del colegio inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires), opinó que hay «un parate» en la demanda por la fluctuación del dólar. «La gente está preocupada. El que busca inmueble se da cuenta que necesita más pesos», explicó. El titular de la inmobiliaria Le Blue, Mario Bleu, en cambio, limitó las preocupaciones de los martilleros al sector que requiere de créditos para comprar una propiedad. Desde los principales bancos locales igualmente aseguran que la demanda de financiamiento sigue sostenida y que, eventualmente se puede ampliar el préstamo hipotecario.
Electrodomésticos
Entre los grandes productores de electrodomésticos aseguran «que la confianza del consumidor, las tasas de interés y el dólar son un frente de tormenta que retrae las ventas», según un alto ejecutivo de este sector industrial.
El efecto dependerá hasta qué valor subirá el dólar ya que el consumo es afectado por dos factores, que harían caer las ventas: el alza de precios de productos y la tasa del Banco Central. «Hay que ver en qué rango se estabiliza el dólar. Si es mayor a $ 21, impacta en el precio de productos importados, que suben a la par del dólar. En los nacionales, como línea blanca, lo hace en 70% del costo. Es decir, si el dólar sube 10%, el costo de esos productos aumenta 7%, porque hay muchos componentes importados», explicó Eduardo Echevarría, gerente de Proyecto Línea Blanca de Gfk. El sector también será afectado por la suba de tasas. «El costo de los créditos al consumo será más alto y eso terminará por empujar hacia abajo la venta de bienes durables, muy atada a las cuotas», agregó.
Concesionarias
En las concesionarias de autos todavía no recibieron retoques en los precios, producto del alza del dólar. Según Rubén Beato, desde ACARA, debería haber algún alza en los valores que se sentirá en el mercado por la alta proporción de vehículos importados que se venden. Aún así, el concesionario advirtió que la devaluación anterior se sobrellevó sin grandes sobresaltos, por lo que podría suceder lo mismo en esta oportunidad. «Las ventas de autos están en un nivel inexplicable, no se puede proyectar lo que sucederá porque la suba de precios no necesariamente quita ventas», dijo.
«No necesariamente se tiene que trasladar en la misma magnitud a precios», dijo Enrique Carrier, titular de Carrier y Asociados.
Software y servicios
Como todos los sectores vinculados a la exportación, el de servicios y software es uno de los que puede salir beneficiados. Varios empresarios del sector manifestaron que, a pesar de los últimos aumentos, el tipo de cambio seguía planchado y les impedía ser más competitivos. Con un dólar que consideran «subvaluado», Argentina internamente tiene costos que pueden ser hasta 25% más caros que países como México o Chile.
Agroindustria
Entre las principales cerealeras, beneficiadas en la exportación, remarcaron que la suba del dólar puede ayudar pero sólo en el corto plazo. «Quizás genera alguna ventaja por la porción de costos que están en pesos, pero claramente los desafíos de competitividad pasan por otro lado», afirmaron. En el mismo sentido opinaron desde el sector de los frigoríficos exportadores, una actividad en alza (en marzo se embarcaron 40.000 toneladas, el mayor volumen en ocho años). Reconocen que la suba del dólar les favorece pero sólo «temporalmente, hasta que se readecúen los precios de la hacienda». La apreciación del dólar compensaría los menores precios internos.
Viajes al exterior
La suba del dólar generó un freno en la venta de viajes al exterior, atados al dólar y por lo tanto se ajustan automáticamente en pesos ante una devaluación. Según las agencias BIBAM (Avantrip y Biblos) y Atrápalo, la incertidumbre pesa a la hora de comprar un viaje con antelación, más en un contexto donde suba de tarifas e inflación achican el dinero disponible del consumidor para gastos que no son «básicos». «Por lo pronto, se sintió una baja el jueves y viernes. Si el dólar sigue subiendo sin que haya aumento de sueldos hasta septiembre u octubre, cuando suele ser la segunda cuota, la venta de viajes va a estar muy afectada», explicó Sebastián Machado Malbrán, CTO de Bibam. «Cuando hay una corrida la gente se alarma y deja de comprar. Eso pasó el jueves, se frenó la venta por el salto brusco, porque si comprás un viaje a cinco meses no sabés a cuánto pagarás los gastos en el destino. Lo peor para las ventas es la incertidumbre», comentó Martín Romano, gerente general de Atrápalo.
Máquinas y herramientas
Según Jorge Göttert, presidente de CARMAHE, la cámara del sector, aseguró que «la suba del dólar de los últimos días favorece a los exportadores (25% de las empresas del sector)». A la vez, «a los importadores no los perjudica tanto, porque permite diferenciar los bienes de alta tecnología de aquellos productos más económicos y de menor calidad que entran desde el sudeste asiático». Agregó que «a los fabricantes, los afecta porque 30% ó 40% de los insumos son importados y esta suba repercutirá en los precios.
Renovables
Marcelo Alvarez, director de CADER, Cámara Argentina de Energías Renovables, explicó que variaciones en el tipo de cambio como las que se vieron la semana pasada no afectan significativamente al sector. «Si hubiera una devaluación grande, afectaría más a los proyectos de autogeneración y energía distribuida elevándoles los costos que a los proyectos grandes del plan Renovar». En el último caso, el alza del dólar «no afecta en forma dramática porque tanto los contratos como las tarifas son en dólares. Y si se mantuvieran los costos internos y laborales, la suba del dólar resulta beneficiosa».