El dólar mayorista cerró el viernes al precio al que hoy estará ubicado el piso de la «zona de no intervención». Esto habilitaría al BCRA a inyectar pesos para comprar reservas. Pero la entidad decidió reforzar al dólar justo antes de poder empezar a intervenir, fijando encajes para préstamos en dólares que bancos reciben del exterior y colocan en pesos. Una inyección de pesos relajaría las tasas
El dólar mayorista cerró la semana pasada justo en el nivel al que hoy llegará el piso de la zona de intervención, lo que pondría al Banco Central (BCRA) en posición de salir a comprar reservas para sostener el valor de la divisa. A poco más de un mes de la implementación del nuevo régimen monetario, la entidad conducida por Guido Sandleris reguló la entrada de préstamos a bancos para evitar que el dólar se abarate demasiado.
El dólar mayorista terminó la semana pasada en $ 35,40 para la venta, a escasos centavos del piso de la banda de no intervención que está vigente desde el 1° de octubre pasado. Como resultado del acuerdo con el FMI la entidad conducida por Sandleris sostiene hoy un esquema monetario de expansión cero de la base monetaria hasta junio del año próximo y una «zona de no intervención» cambiaria establecida en un inicio entre $ 34 y $ 44. Las bandas se ajustan a diario a razón del 3% mensual hasta diciembre (cuando serán replanteadas).
La banda inferior estaba el viernes en $ 35,30 y, hoy, el ajuste diario la llevará a $ 35,40. Exactamente el mismo precio al que cerró el viernes.
Según la carta de entendimiento del acuerdo con el FMI el BCRA podrá, de considerarlo necesario, comprar hasta u$s 150 millones diarios para ayudar a evitar que el dólar baje más, apreciando al peso y dificultando así la corrección de las cuentas externas.
Pero el BCRA no parece encantado con la idea de sumar reservas ya mismo. Para hacerlo debe emitir pesos que, según el acuerdo con el Fondo, no serían esterilizados. La mayor oferta de pesos tendría el potencial de hacer caer las tasas en un régimen de agregados que está muy lejos de haber domado la inflación.
La abrupta baja del dólar es muy bienvenida por el BCRA, pero no gratuita sobre el «tipo de cambio real» (si se quiere, la medida de la competitividad del peso). Como graficó el economista Federico Muñoz: «La apreciación nominal del peso sumada a la elevada inflación inercial provocó una caída sensible del tipo de cambio real (-12% entre promedios de septiembre y noviembre). No tiene sentido volver a hablar de retraso cambiario, pero con este nivel del tipo de cambio real es improbable que en 2109 veamos un superávit de Cuenta Corriente».
No aprecien al peso
El viernes el equipo de Sandleris atacó esta apreciación del peso con la publicación de la Comunicación A 6595, una norma que fija nuevas normas de efectivo mínimo para las obligaciones por líneas financieras del exterior contraídas por bancos.
Así, las obligaciones por líneas financieras del exterior suben a 23% a 29 días; de 30 a 59 días al 17%; de 60 a 89 días 11%; de 90 a 179 días 5%; de 180 a 365 días 2% y más de 365 días pasa a cero.
Son los mismos encajes a los que está sometidos el fondeo a través de depósitos o colocaciones de deuda como obligaciones negociables. En ese sentido, iguala las condiciones. Pero en los hechos, interpretaban en el sector financiero, busca evitar que las casas matrices de bancos extranjeros les den préstamos a sus filiales locales para que se pasen a pesos, aprovechen las tasas y ayuden a bajar al dólar en exceso.
«Si bien salieron a aclarar que fue simplemente para normalizar una distorsión de los encajes de acuerdo a como se fondeaba, lo que se intenta evitar es que entren dólares para aprovechar las tasas altas y en el momento en que se quieran ir traigan un problema», dijo el analista financiero Christian Buteler. «No quieren que les pase como con las Lebac», agregó.
«Solapadamente están intentando aplicar una metodología macroprudencial. En criollo sería desalentar el carry de algunos flujos que llegan desde el exterior», explicó en diálogo con El Cronista Fernando Camusso de Rafaela Capital.