Artículo escrito el 15 de octubre para la sección portafolio de la revista ON24
No podemos armar una cartera de inversiones hoy en día sin tratar de imaginar que puede pasar con el dólar en los próximos meses; o para ser más precisos los dólares, el oficial y el marginal. Por eso antes de elegir los instrumentos hagamos unos pequeños ejercicios.
Por el lado del dólar oficial la devaluación mensual anualizada desde el mes de mayo fue siempre superior al 23% excepto en este mes de octubre que hasta el momento ronda el 20%. En agosto el dólar se devaluó 3% o un 36% anualizado mientras que en septiembre lo hizo al 25%. Uno podría pensar que desde el pico de agosto se ha logrado bajar el ritmo devaluatorio pero nos estaríamos olvidando del componente de las elecciones. En el mes de octubre el Banco Central ha estado vendiendo dólares para contener el aumento del billete verde lo que impacta mucho en las cada vez menores reservas que posee. Entonces si pensamos un escenario post-elecciones donde el BCRA deja de liquidar reservas para contener el dólar, lo más probable es que el ritmo de devaluación aumente. Ni que hablar si sale a comprar para incrementarlas, lo que aceleraría vertiginosamente la velocidad.
Ante este contexto lo ideal es posicionar una buena parte de la cartera en instrumentos dollar-linked. Recordemos que son activos que se compran, venden y pagan en pesos pero están atados al tipo de cambio oficial. Existen fideicomisos, Obligaciones Negociables emitidas por empresas y hasta bonos y letras provinciales.
Por el lado del dólar paralelo el driver es otro. Se produce por el doble juego de la emisión monetaria y el nivel de reservas. Los operadores económicos están mirando mucho la relación Base Monetaria (BM) vs Reservas del BCRA. La BM es la cantidad de pesos emitidos y las reservas son los activos que la respaldan. En convertibilidad era 1 a 1. Al 15 de octubre de 2013 este número da 9,81. Es decir que por cada dólar en reservas hay emitidos $9,81. Mientras más pesos se emitan y menos reservas haya más alto va a dar este ratio y como el dólar blue lo sigue más alta será su cotización. Pero este mercado es completamente ilegal. Sin embargo, hay instrumentos emitidos por el mismo Estado que también “replican” bastante bien este ratio. Son los bonos emitidos en dólares por el Gobierno Nacional como el BODEN 2015 o el BONAR X que pueden comprarse con pesos.
La impresión es que el gobierno no podrá el año entrante prescindir de la fuente de financiamiento proveniente de la emisión monetaria y tampoco se ve que pueda reconstruir las reservas fácilmente. De ahí que este ratio debería incrementarse por lo que vemos interesante incorporar a la cartera bonos emitidos en dólares.
Algún tipo de inversión en pesos de baja volatilidad y buena rentabilidad siempre es saludable y en esta coyuntura sería un pecado no aprovechar las excelentes tasas que se pueden obtener con la compra de cheques avalados por SGR[1]. Por plazos de 180 días se pueden conseguir cheques que paguen hasta un 26% La falta de liquidez en este segmento ha incrementado notoriamente las tasas que pagan las pymes por conseguir financiamiento y si bien es una pésima noticia para las pymes, es una buena noticia para los inversores.
Por último, para inversores un poco más arriesgados aparece como una buena opción tomar una pequeña posición en acciones. Desde las PASO las acciones no han parado de subir en el entendimiento de que el Gobierno va a comenzar a tomar medidas más “amigables” con el mercado. Ejemplos son el pago de las sentencias en el CIADI, la reapertura del canje y endeudarse en el exterior entre otras. El segmento más favorecido ha sido el energético que multiplicó por 3 su valor seguido por los bancos. La valuación de ambos sectores con sus pares internacionales todavía está retrasada aunque eso no garantiza que sigan subiendo. Nos gustan más los bancos sabiendo que en el tiempo por venir lo que va a reinar es la volatilidad.
En resumen y en función de lo aquí comentado una cartera de inversión podría ser: dollar-linked 40%, bonos en dólares 25%, cheques de pago diferido 25% y acciones bancarias 10%. Nos brinda una buena protección ante una devaluación con un aceptable nivel de volatilidad.