Un primer efecto del acuerdo de la deuda fue cierta calma en frente cambiario. Ahora bien, ¿alcanza el «deal» con los acreedores para que se profundice para que se achiquen las brechas, y que haya lugar para relajar el cepo? Varios analistas consultados por Ámbito dan su veredicto.
Un primer efecto del tan anhelado acuerdo de la deuda soberana en dólares bajo ley extranjera fue la relativa calma en frente cambiario, en particular, en los dólares financieros y sobre todo en el blue. Del récord de $140 en el paralelo hace poco más de una semana, pasamos a $128 el martes, es decir, una baja cercana al 10%, más allá de un previsible ínfimo rebote este miércoles. En el caso del dólar “contado con liqui” y dólar MEP o Bolsa, las mermas fueron menores, pero ambos perforaron el nivel psicológico de los $120, en una primera señal respecto a que el frente cambiario se puede domar si el Gobierno va solucionando algunos desequilibrios.
Y sin dudas, con el arreglo de la deuda, se despeja una fuerte presión sobre el sector público. Tras el acuerdo con los acreedores, la Argentina enfrentará vencimientos en dólares por solo u$s4.500 millones en los próximos cinco años, en lugar de los originales u$s30.200 millones, según el Ministerio de Economía, que puntualizó que la reestructuración permitirá reducir el interés que pagan los bonos a una tasa promedio del 3,07%, cuando la deuda anterior pagaba cerca del 7% en dólares. “Con el grueso de los vencimientos de deuda empujados hacia el futuro, la capacidad de pago del Estado ahora es vista como mucho más sólida. Y la probabilidad de una nueva crisis de deuda, como mínimo, se posterga”, remarcaron desde Mills Capital.
Ahora bien, ¿alcanza el acuerdo con los acreedores para que se profundice la calma cambiaria, es decir, para que se achiquen las brechas (hoy entre el 60 y el 80%), y que haya lugar para relajar el férreo cepo cambiario?
A continuación, varios analistas consultados por Ámbito dan su veredicto con relación a los efectos del acuerdo del canje en el corto y mediano plazo sobre los diferentes tipos del dólar, y sobre las probabilidades (y condicionalidades) para comenzar a pensar en una posible pax cambiaria.
Esteban Domecq (Inveq): “Tendremos tal vez dos o tres meses de veranito financiero, pero el impacto sobre la brecha va a ser marginal”
El impacto del acuerdo del canje sobre la brecha cambiaria va a ser marginal, porque pesa más el desequilibrio monetario que hay de fondo, que la crisis de confianza que generaba la reestructuración de la deuda. De alguna manera le saca presión, y puede generar una retracción de la brecha, pero esa reducción la veo marginal y temporal.
Tendremos tal vez dos o tres meses de veranito financiero, con mejora en el valor de los activos financieros y con descompresión en las brechas. Pero luego, si en el corto plazo, Argentina no lleva a cabo un programa con consistencia macro y que pueda generar un shock de confianza, ese veranito va a terminar, y las brechas serán superiores a las que tenemos actualmente.
Respecto a la diferencia entre el blue y los dólares financieros, probablemente veamos un relajamiento de mayor magnitud en el dólar CCL o MEP.
Matías Rajnerman (Ecolatina): “El blue se va a desinflar, y el dólar oficial seguiría subiendo por arriba de la inflación”
El paralelo en el corto plazo se va desinflar un poco y luego puede dejar de subir, con lo cual si el tipo de cambio sigue moviéndose de a poco debería empezar a ceder la brecha. Si el spread empieza a bajar, que creo es lo más probable, habrá un poco más de liquidación de divisas en el mercado oficial.
Las empresas no van a estar tan desesperadas por anticipar el pago de importaciones, porque van a bajar las expectativas devaluación. En ese marco, el Banco Central puede relajar un poco el cepo, sobre todo lo que refiere la Comunicación 7030 (con relación a las empresas), por lo que el oficial seguiría subiendo por arriba de la inflación
En resumen, el paralelo se va a pinchar un poco y el dólar oficial va a seguir subiendo de a poco. Si se relaja el cepo, no tanto para el ahorrista, pero sí para las operaciones comerciales, más allá de que la probabilidad no es tan alta de que pase, aunque yo lo veo probable, el dólar oficial seguiría subiendo por encima de la inflación.
Guido Lorenzo (LCG): “La brecha cambiaria puede que afloje, pero el cepo va a seguir”
La brecha cambiaria puede que afloje durante unos días. Previamente, la incertidumbre total llevó a los agentes económicos a cubrirse en dólares. De todas formas, no hay que perder de vista que, primero, no está de acuerdo final, y después, el exceso de pesos que genera un desequilibrio en el mercado y se refleja en la actual brecha. Entonces va a ser difícil acercar el precio del «condado con liqui» e el blue, al valor actual del dólar oficial. Una de las formas podría ser acelerando la devaluación, pero no creo que el Gobierno se anime a hacerlo por el tema inflacionario.
Respecto al cepo, creo que va a seguir. La gente hoy demanda dólares así que en el corto plazo nos vemos novedades sobre las restricciones cambiarias.
Para adelante, la clave para despejar el panorama es la negociación con el FMI. El organismo tiene la pretensión de cobrar lo que le corresponde. Hoy Argentina no puede pagar lo que le debe en el plazo que está estipulado (en dos años le tendríamos que devolver más de u$s44.000 millones). En ese sentido, el Fondo se asocia al país para que pueda efectuar esos pagos, y en esa asociación lo que propone es hacer un plan. El Gobierno quizás “lo venda” como un plan doméstico, avalado por el Fondo, pero en definitiva será un programa del organismo, aggiornado a la Argentina. Por ende, el plan tiene que aparecer y es ese el camino para alcanzar la pax cambiara.
Entiendo que ministro de Economía, Martín Guzmán, no quiera presentar un PowerPoint con números, pero la realidad es que cuando venga el Fondo exigirá objetivos y resultados. Esos objetivos tienen que ser cuantificables, entonces el plan del Gobierno tiene que aparecer. Si no lo difunde el ejecutivo, será conocido a través del FMI, ya que son documentos públicos, por lo tanto, habrá una guía de referencia en algún momento. Eso va a tranquilizar las cosas.
Leonardo Chialva (Delphos Investment): “Podríamos ver una baja importante en el dólar financiero o al menos una lateralización”
El dólar financiero saltó durante marzo/abril´20 desde el máximo de la banda de tipo de cambio real a la de «overshooting”, zona que refleja un elevado valor del dólar. La pregunta es: ¿alcanzará el acuerdo con los acreedores para regresar a la línea roja superior? ¿O el contexto global será más determinante? En este punto también vemos factores que comienzan a operar favorablemente, tales como la debilidad del dólar y la suba de las materias primas. Tal vez falte una mayor recuperación del Real brasileño, que según modelos teóricos se encontraría valuado más razonablemente en la zona de R$/US$ 4,50.
Si todas estas variables se siguen acomodando, podríamos ver una baja importante en el dólar financiero o al menos una lateralización hasta fin de año. Un valor de de $120 para el dólar CCL a fin de año sería posible. La nominalidad seguirá operando en Argentina, por una lógica cuestión inflacionaria. Pero es importante tener ciertos números en la cabeza.
Consultora 1816: “Para bajar la brecha hay que reducir la emisión monetaria”
Hasta 2024 inclusive los vencimientos en dólares del Tesoro con el sector privado (ley local + extranjera) serán de apenas u$s5.600 millones (más de la mitad de ese monto cae en 2024). Entre 2025 y 2035 inclusive los vencimientos totalizarán u$s92.200 millones, o u$s8,4 millones al año promedio: para evitar default en la próxima gestión presidencial (o la siguiente), el país deberá volver al mercado pronto.
Para conseguir rollover a partir de 2025 será clave recomponer reservas. Para sumar reservas hay que bajar la brecha, para bajar la brecha hay que reducir la emisión monetaria, para reducir la emisión hay que achicar el déficit fiscal y para achicar el déficit se necesita (de corto plazo) que el virus ayude y (de mediano plazo) tener un plan para jubilaciones, tarifas, subsidios, etc.
En cualquier otro contexto, el gran riesgo de este acuerdo sería que el país aproveche los bajos pagos de deuda para postergar arreglo de desequilibrios macro y «aguantar’ hasta la próxima elección presidencial. Pero esa estrategia parece impracticable en el contexto actual, por una simple razón: hay que refinanciar vencimientos con el FMI por unos u$s44.000 millones en 2022-2023 y difícilmente el Fondo nos permita no hacer nada los próximos años.