Aumentaron $ 50.000 millones. Buen dato para el Gobierno, que busca demorar la dolarización de los ahorros
La evolución de los depósitos en pesos es una de las variables que se siguen con mayor detenimiento por estos días, tanto por parte de consultores económicos, los propios banqueros y también el Gobierno. Y por ahora las señales son tranquilizadoras. Los plazos fijos en mayo terminaron creciendo 4%. Con un dólar que subió apenas 1,6% el mes pasado, las tasas que rozaron el 4,5% en el mes fueron suficiente incentivo para animar a ahorristas a quedarse en pesos.
Los plazos fijos tradicionales más los ajustados por UVA terminaron en 1,2 billones al 31 de mayo, según datos oficiales del Banco Central, pero a fines de abril el stock llegaba a 1,15 billones. El aumento de $ 50.000 millones se puede considerar casi «vegetativo», es decir va en línea con los intereses que mensualmente pagan los bancos, que se ubican en torno al 4% mensual (poco más del 50% anual). En otras palabras, podría inferirse que en promedio no hay nuevas colocaciones, pero los depositantes al menos reinvierten los intereses que cobran.
Un dato curioso es que aumentaron los plazos fijos tradicionales -es decir con tasa fija- pero cayeron los ajustados por UVA. Esto se explica porque la expectativa es que la inflación baje en los próximos meses, quitándole incentivo a este tipo de colocaciones.
El comportamiento de los depósitos en pesos es por estas horas una de las variables más sensibles para el sector financiero. Pero también desde el equipo económico hay un monitoreo diario sobre los movimientos de los ahorristas. Si se llegara a producir una disminución, el destino de esos pesos sería automáticamente la compra de dólares. Pero en la medida que se mantenga la estabilidad -aun cuando la expansión no sea significativa- implica que hay menos «combustible» para para correr sobre el tipo de cambio.
Una de las medidas adoptadas por el Central que dio buenos resultados fue la de promover la competencia de plazos fijos entre bancos, permitiendo que suscriban este tipo de productos ahorristas que no sean clientes de la entidad. Para eso, se creó una plataforma on line que permitiera mover el dinero rápidamente de un banco a otro. Según informó ayer Infobae, en un mes se hicieron 34.000 operaciones por más de $ 6.000 millones.
El resultado fue un aumento significativo de las tasas de interés para captar nuevos ahorristas. El Nación, principal banco del sistema, salió a pagar tasas del 55% anual, por encima de la inflación esperada y varios puntos más que el promedio del sistema. Y contagió a otras entidades.
De esta forma, el Central consiguió trasladar relativamente bien las tasas que paga por las Leliq a los bancos (arriba del 70%) a los pequeños ahorristas. Se trata de un dato clave, porque el Gobierno precisa que los ahorristas se queden en moneda local en vez de correr contra el dólar.
Para que los depósitos en pesos no caigan es fundamental que el dólar aumente menos que la tasa de interés. Es decir que aquellos que apuestan a llevarse un rendimiento en moneda dura lo logren, sobre en estos meses preelectorales.
En varios bancos realizan simulaciones sobre el impacto que podría tener una caída de depósitos en relación al dólar. Según una entidad extranjera, si los plazos fijos cayeran 30%, el Central debería salir a vender unos 9.000 millones de dólares para evitar un impacto fuerte en la cotización de la divisa.
Por el momento, y faltando aún dos meses para las PASO, el sistema luce relativamente «equilibrado». Con tasas cercanas al 55%, los depósitos en pesos crecen al mismo ritmo y al mismo tiempo esto permite que la divisa se mantenga controlada. ¿Alcanzará hasta las elecciones? Es difícil saberlo, teniendo en cuenta que a medida que se acerquen las elecciones crecerá la ansiedad y se incentive la dolarización de carteras.