Dato clave que será presentado ante el FMI para validar la «estrategia Guzmán» de financiamiento.
Mientras el equipo económico (sin el ministro Guzmán) se encuentra en Washington en tratativas con el FMI, el dólar bolsa, una de las cotizaciones que funcionan como referenteS para el valor del dólar blue, se ubicó ayer por primera vez por debajo de lo que se denomina el dólar “solidario”.
El MEP clausuró sus operaciones en los $ 139, un valor menor a los $ 143 que cerró la cotización oficial a la cual se le suman el impuesto PAIS y la deducción de Ganancias. El dato relevante es que la brecha con el dólar blue se ubicó en la zona del 86%, lo que constituye una señal alentadora en función de las expectativas del equipo económico. En el mercado sostienen que ayer se registraron algunas ventas de oportunidad por pago de salarios y aguinaldo, de aquellos inversores (algunos institucionales) que tenían posiciones tomadas en renta fija. Mientras la cotización mayorista cerró a $ 81,56, una suba marginal con respecto al cierre del miércoles,
Si se lo piensa, existe una relación directa entre lo que sucede en el mercado del dólar y lo que se discute en la tierra de la Casa Blanca. Aunque se opte por el bajo perfil, la realidad es que los responsables de encontrar financiamiento para el país en el 2021 se entrevistan por estas horas con aquellos que deberán tomar la decisión sobre si homologar o no la estrategia que el ministro Guzmán puso a rodar en las últimas seis semanas. Esa incursión sui generis, que hasta ahora ha sido exitosa, no sólo parece haber habilitado a los funcionarios argentinos, en función de cómo se ha reducido la brecha (pero que no ha sumado reservas) a acelerar el diálogo, sino también a sumarla ante los evaluadores del FMI.
El Gobierno quiere seguir apelando a la doble vía, es decir, financiarse con colocación de deuda por un lado y emisión monetaria por otro, lo que le pondría carnadura a la promesa de reducción del déficit y la emisión. En rigor, implica también repensar si el Gobierno ve la posibilidad de gestionar recursos adicionales en Washington, bajo el paraguas de un supuesto acuerdo de facilidades extendidas.
A la vez, es probable que el Gobierno le proponga al FMI algunas metas de agregados que sean menos exigentes. Un aumento en las tasas de interés, el compromiso de tender a una liberalización gradual de las restricciones cambiarias también será parte de la discusión. Lo que busca el FMI con esto es lo que, de alguna forma, ya viene pasando: la reducción de la brecha.
Más allá de las implicancias lógicas que comprende cualquier encuentro de esta magnitud, algo de esto ya dejó trascender Sergio Chodos, el representante argentino en el FMI y uno de los responsables de haber llevado a buen puerto la primera de las negociaciones que el ministro Martín Guzmán selló con los fondos de inversión.
Se sabe que el programa de facilidades extendidas otorga un periodo de repago del capital en cuotas entre el año 4 y medio y el año 10. En el equipo económico piensan que un acuerdo de este tipo ayudará ineludiblemente a generar más estabilidad en el frente cambiarlo (menos brecha) y también de fortalecer el mercado de deuda pública y de instrumentos de financiamiento en general en pesos (menos emisión y, para algunos, menos impacto en términos inflacionarios a futuro).
A diferencia del programa stand by que pidió Mauricio Macri –u$s57.000 millones en total–, el EEF es más largo, pero a cambio se piden mayores cambios estructurales de mediano plazo. Cambios en las jubilaciones o en la coparticipación federal solían ser materia de discusión antes de cerrar estos acuerdos, precisamente debates que se dan por estos días en el Palacio legislativo o que tiene como protagonistas a quienes comandan el distrito con mayores ingresos del país como es la Ciudad de Buenos Aires.