A diferencia de lo que sucede respecto de la inflación, donde los agentes económicos están lejos de comulgar con la meta oficial del 29% para 2021, en el ámbito cambiario el mercado apuesta a la pax cambiaria para los próximos meses, según se refleja en las tasas en la plaza del dólar futuro, que acumulan una caída de casi 50 puntos porcentuales desde octubre pasado (cuando tocaron el 80%).
Dentro del complejo panorama macro que transita la Argentina por los efectos de la pandemia, la variable dólar es la que por ahora mayor rédito le está dando al Gobierno, en términos de certidumbre, al menos en el corto plazo, cuando hace apenas seis meses atrás sucedía exactamente todo lo contrario, y el blue amagaba con cruzar los $200.
A diferencia de lo que sucede respecto de la inflación, donde los agentes económicos están lejos de comulgar con la meta oficial del 29% para 2021, en el ámbito cambiario la historia parece ser distinta y el mercado apuesta a la pax cambiaria para los próximos meses, según se refleja en las tasas (y las cotizaciones de la divisa) en la plaza del dólar futuro, que acumulan una caída de casi 50 puntos porcentuales desde octubre pasado (cuando tocaron el 80%).
Así, por ejemplo, la divisa para fines de abril opera actualmente en torno a $94 (con una tasa cercana al 31% anual), mientras que para fines de año cotiza en torno a los $118 (tasa del 38% anual). Hace medio año, el dólar apuntaba a los $170 para el epílogo de 2021.
La caída de los futuros viene ocurriendo casi sin pausa desde noviembre de 2020, tras la corrida cambiaria de octubre cuando la brecha llegó a rozar el 150% en el mercado paralelo y el Banco Central no paraba de perder reservas diariamente. Las fuertes expectativas de devaluación comenzaron a desinflarse desde entonces a partir de algunas señales que dio la política: el anuncio del retorno de las negociaciones con el FMI, o la carta de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (en la que señaló que el dólar era “el problema más grave del país” y llamó a un «acuerdo con todos los sectores»). También ayudaron algunas medidas del ministro de Economía, Martín Guzmán, como un par de licitaciones clave de deuda (dólar linked y bonos en dólares), o la intervención de organismos oficiales en los dólares financieros, en el marco de los rígidos controles de cambio.
Con la suba estacional en la demanda de pesos de diciembre y el incremento de precios de los commodities, el Banco Central pudo empezar a comprar dólares para recomponer las reservas (lo hace hasta estos días), lo que contribuyó a desalentar aún más las expectativas de devaluación en el mercado de futuros.
“El BCRA comenzó a tener margen para usar parte de esos dólares que compraba para intervenir en la brecha y eso generó una descompresión en el mercado de cambios manteniendo un cepo muy rígido. Así, el mercado empezó a virar su expectativa desde un salto brusco en el tipo de cambio en el corto plazo”, comentó a Ámbito Martín Vauthier, director de Eco Go.
Ya en 2021, y con índices inflacionarios en torno al 4% mensual, el ministro de Economía admitió una desaceleración en el ritmo de devaluación del peso, que pasó del 4% mensual en enero, a menos de 2,5% en marzo, con la expectativa de perforar el 2% en abril, lo que presionó todavía más a la baja a las tasas del dólar futuro.
“El Gobierno empezó aplicar otro plan, clásico en los años electorales en Argentina, que es el atraso cambiario, y esa expectativa del mercado se empezó a convalidar en la segunda parte de enero cuando el Banco Central empezó a desacelerar el ritmo de crawling peg y a dejar atrás el objetivo que había trazado Guzmán de mantener estable el tipo de cambio real”, agregó Vauthier.
Hoy las tasas nominales anuales (TNA) implícitas en los contratos de futuros se ubican en torno a 30% para los próximos meses y suben hasta llegar a 37% en diciembre. En términos de tasas efectivas la curva tiene muy poca pendiente, oscilando el 35% en el corto plazo, con un salto post-elecciones hasta 37% en noviembre y 39% en diciembre, describieron desde Econviews.
La posición vendedora del BCRA en el mercado de futuros viene cayendo con fuerza y el interés abierto en ROFEX se ubica en torno u$s3.500 millones, muy por debajo del pico de 6.600 millones de octubre pasado, en plena turbulencia financiera, y también de los 4.500 millones de enero.
Dólar: qué pasará en los próximos meses
Al menos hasta las elecciones de octubre el mercado compró la “historia” de pax cambiaria, en los albores de un segundo trimestre con mayor estacionalidad en la liquidación de divisas, aunque -como siempre- no se está exento de riesgos. También hay que tener en cuenta que los futuros representan un arbitraje, que tienen en cuenta tanto el tipo de cambio de hoy y su evolución diaria, como las tasas de interés en la economía.
“Las tasas implícitas del dólar futuro están en el 33% anual. No veo que haya juego como para que estemos ante la presencia de alguna suba importante. Hoy hay cobertura, pura y exclusivamente, necesaria para las empresas y no más que eso. Lo veo muy chato al mercado, con muy poquita volatilidad y no invita a hacer negocios”, señaló a este medio el analista Salvador Di Stéfano.
Por su parte, Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, indicó Ámbito que “el Gobierno parece muy enfocado en cumplir su meta de dólar oficial (devaluación del 25%) para 2021 y creo que lo va a lograr. Cuanta menos cuarentena haya, y cuanta menos emisión haya, más fácil le será”.
Rajnerman aclaró que alcanzar el objetivo del tipo de cambio en torno a $102,40 a fines de año no implica que el Gobierno haya recuperado la confianza, o que se avizore una mejora sustancial en las variables económicas. “Se puede cumplir con esa meta porque se restringirá más la demanda; el mercado está viendo algo parecido a eso, por eso han caído los bonos dólar linked y los precios de los futuros de Rofex”, explicó.
En caso de que el Banco Central decida realizar una reducción adicional en el ritmo de la devaluación del peso, los analistas creen que puede existir incluso otro impacto a la baja en las tasas, aunque sería mucho más moderado de lo observado en los últimos meses. “Con la dominancia del BCRA que regula el precio de los futuros, veremos si en los próximos días sigue vendiendo y la tasa baja niveles del 29%. Quizás ahí puede ser atractivo para posicionarse, pero hoy en torno al 33% todavía no le jugaría en contra”, afirmó Di Stéfano.
También hay que tener en cuenta que, como ha ocurrido sistemáticamente en la volátil economía argentina, el mercado puede darse vuelta y muy rápido, por ejemplo, con la aparición de algún evento internacional, pero también del ámbito doméstico. “Una suba más rápida en las tasas de EEUU que impacten en los precios de los commodities, o algún evento local, como el ruido electoral o político en medio de la pandemia durante estos meses, pueden cambiar las condiciones actuales del mercado”, remarcó el economista de Eco Go.
De todos modos, asumiendo que no ocurrirá ningún evento disruptivo en los próximos dos o tres meses, vale recordar que a partir de agosto hay vencimientos de pesos muy importantes (más de $410.000 millones), empieza a desaparecer la estacionalidad elevada en la liquidación de divisas, nos acercamos al vencimiento de deuda con el FMI, y a las elecciones, que podrían modificar las expectativas actuales, recuerda Vauthier.
Para el economista de Ecolatina, en cambio, la corrección podría darse después de las elecciones de octubre. Podría ser “a partir de diciembre porque en noviembre hay un vencimiento del bono dólar Linked bastante grande”. Sin embargo, ese eventual ajuste en el tipo de cambio “va a ser gradual”, según Rajnerman. “No veo una disparada, como sucedió en 2018 y 2019, será mucho más tranquila”, vaticinó.