Los contratos futuros de dólar anticipan una suba del tipo de cambio oficial del 58% para todo 2024, contra una inflación esperada del 189% proyectada por el REM del BCRA
Comenzó la época de cosecha gruesa y el mercado de cambios registró un crecimiento del volumen de negocios que refleja que están entrando más divisas a la economía. Aunque se trata de una “lluvia de dólares” coyuntural, pues a partir del invierno, esta tendencia le permite al Gobierno acumular reservas en el Banco Central y sostener el ritmo gradual de devaluación del peso.
En este aspecto, hay un indicador a seguir y que sirve para marcar las expectativas de devaluación entre los actores del mercado, que es el de las operaciones de dólar futuro en Matba-Rofex y MAE (Mercado Abierto Electrónico). Estos negocios entre privados y que pactan contratos en pesos atados a la evolución del tipo de cambio oficial establecen un sendero del dólar esperado en los próximos doce meses.
Según los precios operados este martes, los contratos con vencimientos a fin de mes alcanzaban a las 13 horas los 878,50 pesos. Dado que el dólar mayorista comenzó abril a $858, la suba prevista para el mes es de 2,4%, muy próxima a la tasa de 2% del crawling peg o devaluación gradual dispuesta por el Banco Central a partir del miércoles 13 de diciembre, tras el salto cambiario que llevó al dólar a los 800 pesos.
Para mayo los contratos alcanzan los $911,50, con una suba de 3,8% mensual, que superior al 2% de ritmo de devaluación oficial, es una tasa inferior a la inflación prevista, de 9% según el último REM (Relevamiento de Expectativa de mercado) del BCRA.
Para el cierre de diciembre los contratos de dólar futuro se están fijando a 1.277 pesos. Esto implica un salto cambiario esperado por los privados del orden de 58% anual (desde los $808,45 del cierre de 2023), prácticamente la tercera parte de la inflación proyectada por las consultoras del 189,4%, según el REM del BCRA.
“Con relación el dólar exportador, una mirada al Tipo de Cambio Real muestra una continuidad en la apreciación real -presión reciente sobre el real brasileño conllevaría, de persistir, a un ritmo aún más acelerado de apreciación-, pero con los futuros de dólar lejos de sugerir cualquier tipo de salto discreto en el dólar oficial (Comunicación A3500 del BCRA) por el momento. En ese sentido, las palabras del Ministro de Economía Luis Caputo en un evento con inversores en Washington apuntaron, entendemos, a que los controles de cambios continuarían al menos durante un tiempo más”. precisaron los expertos de SBS Research.
“Una mirada a las curvas forward de CER también sugiere eso: recordamos que lo que sostiene las curvas de los bonos en pesos hoy son los controles cambiarios y que, a la salida de estos, es de esperar una tasa real positiva en pesos, a diferencia de la situación actual. Siguiendo con los dichos de Caputo, este ratificó el compromiso fiscal del Gobierno, en una semana en que el oficialismo envió a diputados su proyecto de Paquete Fiscal”, añadió el informe.
Para el analista Salvador Di Stefano, “el Gobierno está ratificando el rumbo de un programa económico que tiene un ancla en la política fiscal, no emisión de moneda sin respaldo y baja sistemática de la tasa de interés. El tipo de cambio no es una variable a modificar, la mejora de la competitividad vendrá de la mano de la desregulación de los mercados, más financiamiento a tasa baja, y en el algún momento baja de impuestos”. Y argumentó que “en la medida que tenemos superávit fiscal y no hay emisión monetaria sin respaldo, la deuda pública alcanza niveles muy elevados, lo que permite una mejora en los precios de los títulos públicos, baja del riesgo país, mejora del balance del Banco Central, y estamos cerca de una probable apertura de los mercados internacionales para una mejora en nuestra financiación”.
“No creo que el Gobierno lleve adelante una devaluación del peso, eso tiraría por la borda todos los avances en la lucha contra la inflación. Creo que este gobierno está para bajar la tasa de impuestos cuando tenga margen de maniobra”, subrayó Di Stefano.
Por otra parte, hay un factor de contracción de la actividad económica que termina siendo aliado de la estabilización cambiaria, pues resulta en una menor demanda de divisas para importaciones que, a la vez, refuerza el superávit comercial, que llegó en marzo a 2.056 millones de dólares, con un desplome de 37% interanual en las compras de bienes al exterior.
“La mejora del resultado comercial de marzo fue debido a una fuerte caída de los valores importados, que totalizaron USD 4.335 millones y se redujeron en un 36,7% versus el mismo mes de 2023. Por su parte, las exportaciones totalizaron USD 6.394 millones, aumentando en valor un 11,5% anual en marzo, luego de un incremento del 9,6% en enero y 5,6% en febrero”, precisaron desde la consultora Abeceb.
“Se conoció el superávit comercial de marzo, con fuerte caída de importaciones que evidencian la debilidad en la actividad. Estimamos que el balance comercial de Argentina será superavitario en 2024 aunque nuevamente repetimos que la remoción de los controles cambiarios es fundamental para pensar tanto en una normalización de cuentas externas como en una recuperación económica sostenida”, acotaron desde SBS Research.