La Argentina podría ser uno de los países más afectados por la suba de tasas en el país norteamericano
Para esta semana que comienza, la atención de los operadores financieros estará concentrada en tres aspectos.
El primero es externo. Se trata del impacto que puede tener sobre las acciones y bonos argentinos y del resto del mundo la suba en la tasa de interés de los bonos a 10 años del Tesoro de los Estados Unidos que llegó al récord del 2,85% anual, lo que provocó un cimbronazo en Wall Street y en las acciones locales. La llegada como presidente de la Reserva Federal (FED) de Jerome Powell, un abogado de Wall Street, en lugar de Janet Yellen, la primera mujer en presidir la Reserva Federal desde el 2014, es una señal de alerta. Powell es visto como un duro en su visión de la política monetaria de los Estados Unidos, a diferencia de su antecesora. Por otro lado, un reporte de empleo de Estados Unidos con un enero muy sólido y un crecimiento de los salarios superior al esperado -y el más rápido en 8 años- dan cuenta de que podría comenzar a producirse una nueva suba de tasas de corto plazo en el país norteamericano. Ese fenómeno podría generar un flight to quality o vuelo a la calidad, que significa que muchos de los dólares que salieron de los Estados Unidos para aprovechar altas tasas de interés en otros países, en particular los emergentes como la Argentina, decidan volver porque los rendimientos en ese país será mayores en los próximos meses.
La pregunta que se hacen los especialistas es: ¿Cuál será la magnitud de una mayor suba en el costo del endeudamiento?
El economista Miguel Kiguel, director de EconViews, expresó: «Por el momento es temprano para sacar conclusiones y no es un tema serio si se estabiliza en esos niveles». Al mismo tiempo advirtió que la tasa se movió rápido y eso genera «nervios» en el mercado. «Está claro que no es una buena noticia, los países emergentes van a estar más complicados porque si sube la tasa va a aumentar el costo financiero y vamos a tener que trabajar más para conseguir plata», agregó. Un informe de la consultora ACM describe que «se trata de un aumento en el costo de financiamiento y en un mercado en el que los bonos soberanos no están tan demandados». Por eso el ministro de Finanzas, Luis Caputo, hizo muy bien al anticiparse al cambio de presidente en la Reserva Federal, que provocó la reacción del mercado. Caputo se adelantó con una colocación en enero de USD 9.000 millones y así se aseguró un tercio del programa financiero para 2018. El resto probablemente lo tendrá que buscar en el mercado doméstico en parte y en el internacional por otro lado. Para entender por qué podría ser la Argentina uno de los países más afectados se pueden mencionar algunas cifras.
Según señala un reciente estudio del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), los flujos a países emergentes alcanzaron en 2017 los USD 180.000 millones. En enero pasado los fondos internacionales destinaron unos USD 30.000 millones a mercados emergentes, lo que marca el mejor comienzo de año desde 2015. En los países de América Latina, más de USD 7.000 millones durante el primer mes de 2018 y en los mercados emergentes de unos USD 19.000 millones en el mismo período. El informe señala que los fondos ingresados se dirigieron en su mayoría a los activos de renta fija como los bonos. En enero pasado inyectaron más de USD 16.000 millones en los mercados de deuda y otros USD 13.500 millones en acciones de estos países, lo que representa un máximo de 18 meses. «La fuerte demanda por carry trades financiados en dólares, valoraciones de mercado emergente aún atractivas y una liquidez global que sigue siendo abundante han apuntalado los flujos a las carteras de mercado emergente, aunque la turbulencia del mercado a fines de mes provocó alguna reducción», dijo el IIF. El reporte destaca que pese al incremento de la tasa de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, las entradas a estos portafolios se mantuvieron constantes durante todo el mes. «Mientras que habitualmente un crecimiento de la expectativa de la suba de las tasas lleva a suavizar o reducir la cartera de mercados emergentes, la combinación de un dólar más débil y un fuerte apetito por el riesgo significaron mejores condiciones financieras, que respaldaron los ingresos a estas economías». De acuerdo con ese estudio, los fondos extranjeros que llegaron a la Argentina para inversiones de cartera durante 2017 fueron unos USD 40.000 millones, una cifra que pone al país a la par de otra sólida economía emergente, como es Turquía. Entre las amenazas se encuentra un ajuste significativo de las tasas de Estados Unidos y un repunte del dólar a nivel mundial, que podrían desalentar las inversiones en economías emergentes. «Tal vez el mayor riesgo en el horizonte es una administración estadounidense más proteccionista».
La licitación de un nuevo Bono de la Nación Argentina en Pesos Vencimiento 2019 y de dos series de Letras del Tesoro en Dólares estadounidenses anunciadas el viernes pasado por el Ministerio de Finanzas son consideradas por el mercado financiero como la primera prueba de fuego que enfrentará el Gobierno luego de la suba del dólar en el mercado local y el aumento de la tasa de interés a 10 años de los bonos americanos que llegó a superar el 2,88% la semana pasada. El Ministerio a cargo de Luis Caputo anuncio que la licitación comenzará el próximo martes y finalizará el miércoles. Los instrumentos a licitar incluyen: 1) Bonos de Argentina en pesos con vencimiento 2019, 2) Reapertura de las Letras del Tesoro en Dólares Estadounidenses a un plazo de 196 días por unos USD 500 millones, y 3) Letras del Tesoro en Dólares Estadounidenses a un plazo de 364 días por unos USD 500 millones.
El segundo aspecto es interno y está relacionado con la alta volatilidad del dólar que se observa desde mediados de diciembre pasado y se agravó con el anuncio del cambio de metas de inflación del Gobierno del 28 ese mes. «El peligro de un nuevo carry trade está a la vuelta de la esquina si el Gobierno no decide si quiere un dólar por debajo de los 20 pesos o una mayor devaluación del peso», comentó a Infobae el analista de research de un banco privado local. El mercado arrancó en febrero con señales distintas a las de enero: no está ya la presión de las compras por coberturas de fin de mes y existe un techo implícito en $20. Como consecuencia de esto, los dólares financieros para apostar por la tasa en pesos podrían generar más operaciones de carry trade o la vuelta de la llamada bicicleta financiera que se pinchó en enero con la suba del dólar, que en el mercado minorista responde a los movimientos del tipo de cambio de los grandes players. La semana pasada llegó a bajar casi 30 centavos sin que fuera necesaria la intervención de los bancos públicos como en ruedas anteriores pero se mantiene cerca de los 20 pesos por unidad. «En la primera jornada de febrero el dólar operó con tono débil y ofrecido hasta el jueves producto de fuertes ingresos desde el exterior que deprimieron su cotización pero el viernes volvió a subir por el temor a un aumento de la tasa de largo en los EEUU «, explicó en su informe PR Corredores de Cambio. Una fuente cercana al Gobierno manifestó a Infobae que la principal preocupación del equipo económico es la volatilidad del dólar que se observa desde mediados de diciembre pasado. «La inestabilidad del precio, que se va acomodando a las circunstancias y estrategias económico financieras para optimizar el negocio de los bancos e inversores es lo que más nos preocupa dicen desde el Gobierno», dijo la fuente.
El tercer aspecto es que luego de la suba de tarifas y del dólar los bancos y consultoras económicas han subido sus expectativas de inflación para 2018. La inflación esperada para todo el año saltó de 17,4% a 19,4%, de acuerdo al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de enero que el BCRA dio a conocer el viernes pasado. En febrero se espera una inflación de entre el 2 al 2,5%, según estimaciones previas de algunas consultoras.
En este contexto, el aumento de las expectativas de inflación que ocurrió entre diciembre y enero sucede luego de que el Gobierno anunciara que la inflación este año será mayor a la que había calculado en un principio y que recién se llegará a una inflación del 5% anual en el 2020 en lugar del 2019, como se había anunciado previamente. Para los analistas, la contrapartida de esta modificación de las metas es un relajamiento de la política monetaria que se traduce en la baja de 150 puntos básicos de la tasa de interés que pasó del 28,75% al 27,25% y uno de los factores que explica la mayor expectativa de inflación es el aumento en el precio del dólar que en enero pasado aumentó más de un peso con un incremento del 5,3 por ciento.
Los analistas consultados explican: «Las expectativas de inflación son importantes además porque en función de ello el Banco Central lleva adelante su política monetaria». El REM de ayer fue clave, además, porque se trató del primer relevamiento de expectativas donde participaron todos los encuestados: el anterior había contado con una menor participación debido al anuncio de cambio de metas. El mercado, por su parte, anticipa una nueva baja de las tasas de interés gradual del nivel actual de 27,25% a 21,75% a fin de año, por lo tanto espera que el BCRA continúe relajando su política monetaria. Pero como contrapartida de la baja de las tasas de interés, el mercado espera que el dólar también aumente por encima de los 20 pesos actuales y se ubique en un rango de entre $21 a 23 pesos. Un aumento de las expectativas de inflación demandará una compensación del lado de la tasa de interés para mantener el atractivo de los instrumentos en pesos. El otro tema que se debe analizar es la suba en las expectativas sobre la evolución de la inflación núcleo, que el Banco Central observa para subir o bajar la tasa de interés. La muestra del REM de enero mostró un alza de 14,9% a 16,9% para el año. El relevamiento muestra otro dato preocupante que es la caída en las expectativas de crecimiento económico para este año que pasaron del 3,2% a 3%.
En los últimos meses varios analistas locales y del exterior daban señales de alerta, las advertencias sobre una corrección en los mercados de acciones y bonos eran prácticamente diarias desde los principales bancos del mundo y locales. Luego de un inicio del año, catalogado como uno de los mejores de la historia de los mercados financieros, la aceleración del ritmo de suba de la tasa de interés americana ante las expectativas de una política monetaria más dura es uno de los mayores riesgos que afrontan los mercados del mundo. La duda está ya instalada y la Argentina está en la lista de los países que más pueden sufrir esa suba. El aumento de la inflación y la volatilidad del dólar son también dos aspectos internos que preocupan a los analistas locales.