Es porque el gobierno tiene “pisadas” las importaciones para cuidar las reservas. Sugieren recurrir a la compra de divisas a casi $ 13 en la Bolsa por el contado con liqui
Desde el default, que ya cumplió su primer mes de vida, los dólares comenzaron a escasear aún más. Y quien los tiene, trata de no soltarlos. O, en el peor de los casos, hacerlo a cuentagotas. Esto mismo hace el Banco Central, que tiene “pisadas” las importaciones de las multinacionales y sólo autoriza pequeños giros de las pymes, al punto que la deuda que tiene con los importadores alcanza casi los u$s 4.000 millones, según cálculos de Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importadores de la Argentina. “Con el agravante de que los plazos de pagos promedio con el exterior antes eran de 110 días, pero desde el default hay quienes exigen pago al contado o incluso por adelantado”, alerta Ponce.
“Los que tengan urgencia por importar, que lo paguen a través del contado con liquidación”, dicen en el sector que fue la “sugerencia” de un alto funcionario del gobierno.
El problema es que la compra de dólares a través de la Bolsa representa un sobrecosto mayor al 50%, ya que arroja un tipo de cambio de casi $ 13.
Norberto Delfino, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, vaticina que “este escenario de dificultades en la provisión de insumos importados va a perdurar por varios meses, ya que no se avizora una salida rápida a esta escasez de dólares, teniendo en cuenta que la cosecha está guardada y hasta marzo no habrá nuevo ingreso de agrodólares”.
A su juicio, “esta carencia de insumos pone a muchas empresas contra la espada y la pared, ya que no hay insumo más caro que el que no se tiene. Por lo tanto, a veces deben pagar un sobrecosto del 50% al hacer contado con liqui con tal de mantener viva una línea de producción, poder cumplir un contrato con un cliente o conservar el prestigio”.
Claro que, para eso, hay que tener cierto margen, por lo cual resulta complicado en productos de consumo masivo o de venta en supermercados. Según Ponce, quienes tienen cierto margen para poder hacerlo en forma transitoria son las firmas tecnológicas, empresas vinculadas al rubro energético e insumos para laboratorios industriales, químicos y para la industria farmacéutica.
De hecho, en el sector extrañan el “1 a 1” que había impuesto Guillermo Moreno: por cada dólar que se importaba había que exportar otro. “La compra de cupo exportador se cobra entre el 8 y el 9%, mucho más barato que el 50% que debemos pagar hoy con el liqui”, revelan.
“Yo se que algún pícaro se queda con algún puntito, pero aunque vuelquen 5 o 6 puntos al sector exportador, yo gano competitividad”, solía decir Moreno en su famosa escuelita.
“El problema hoy, ante esta situación, es por la balanza comercial, ya que el 72% de lo que ingresa por importaciones está destinado a la producción de la industria exportadora. En consecuencia, si aumentás el costo de los insumos, le quitás competitividad a las exportaciones, ya que el sobrecosto se debe trasladar al precio, por lo que terminarás perdiendo mercado y afectando directamente la mano de obra”, advierte Ponce.
Desde el gobierno, se defienden argumentando que las pymes no tienen problemas para el giro de divisas, “y que si las multis pueden pagar un sobrecosto del 50%, esto dice algo sobre sus márgenes de ganancia”.
“Por otra parte, resulta muy llamativo cómo la industria automotrtiz tienen tanto pedido de importaciones, ya que según sus números cayó la producción, mermó la venta del mercado interno y se redujo la exportación. Si la actividad se está reduciendo tanto, ¿para qué quieren los dólares con tanta urgencia?”, es la respuesta que dan desde el gobierno.
“No podemos hacer contado con liqui, porque tenés un diferencial del 50% entre el precio del vehículo vendido a dólar oficial y el dólar con liqui. No creo que nadie quiera ni la casa matriz te deje asumir una pérdida del 50%”, dicen las terminales.