En forma encriptada, el Gobierno le dijo a los fondos de inversión que podrán hacer la «bicicleta financiera» en dólares durante todo 2025, que no habrá devaluación
El presidente Javier Milei ratificó en las últimas horas que no quiere unificar el dólar, levantar el cepo y, por ende, devaluar. Dijo que recién en 2026 lo hará, lo que en la jerga se llama «correr el arco».
La novedad es que, ahora, le pasó la responsabilidad de que eso ocurra al Fondo Monetario Internacional. Si se mira al FMI, el organismo viene de prestarle a Egipto unos u$s8.000 millones. Para que eso tuviese lugar, el país árabe aplicó la devaluación «Big Bang», la misma que fomentan los grandes fondos de inversión.
¿Cómo es una depreciación «Big Bang»? Es un tipo de devaluación en la que un país decide hacer un ajuste brusco y de gran magnitud en el valor de su moneda, generalmente de forma repentina y sin preaviso. En lugar de hacer ajustes graduales o controlados, la devaluación ocurre de manera inmediata y significativa, lo que genera un cambio drástico en el tipo de cambio.
El término «Big Bang» hace referencia al hecho de que es un cambio abrupto, como un «gran estallido», en el que se permite que la moneda se deprecie rápidamente frente a otras divisas. En general, esto puede ser un intento de corregir desequilibrios económicos, como un déficit fiscal o una crisis de reservas internacionales, pero también puede traer consigo efectos negativos como inflación elevada y pérdida del poder adquisitivo.
«Patear el arco» y un mensaje para los que hacen «carry trade»
En el Gobierno no quieren saber nada con esta receta. De forma elíptica, tanto el ministro Luis Caputo como el propio Presidente, se encargaron de negar sistemáticamente en las últimas horas que pudiese tener lugar una salida de cepo y unificación cambiaria con una devaluación implícita. Señalan que Milei se anticipó a muchas de las sugerencias del FMI como las reformas estructurales y ajustes fiscales que apuntaron a corregir desequilibrios económicos, incluida la inflación alta y el déficit fiscal. Pero a la vez sostienen que incluir la devaluación de la moneda como una forma de alinear el tipo de cambio real con el oficial, y reducir las distorsiones económicas, no está en los planes.
En rigor, la jugada del presidente Javier Milei esta semana fue en sentido contrario, al “patear” la fecha para más adelante en el tiempo. Milei le habló a los fondos de inversión que mantienen sus posiciones en pesos al “despejarles” las dudas por el «carry trade» de los próximos meses señalándoles, en forma encriptada, que no habrá cambios en la política monetaria ni salida del cepo durante 2025. No sólo bajó el «crawling peg» al 1% mensual para darles “más tasa en dólares”, sino que, en paralelo, sostuvo que la eliminación de las restricciones cambiarias tendría lugar recién en 2026, contradiciendo lo que había señalado hace poco más de una semana. «Sin la ayuda del Fondo, el 1 de enero de 2026 el cepo va a dejar de existir», dijo este lunes.
«Trumpismo» aunque duela: todos contra el FMI
Intuye la Casa Rosada los fuertes vientos que llegan del norte. La decisión del presidente Donald Trump de imponer aranceles a Canadá y México y sumar más aranceles a China es sólo el comienzo de un cambio draconiano en la política económica y comercial global. El Gobierno se abraza entonces a un esquema cambiario que es rechazado por el FMI. Sin embargo, con un Trump retirando a los Estados Unidos de los organismos internacionales, la presión sobre la burocracia del FMI está a la orden del día. Con eso también especulan en la Casa Rosada.
Por otro lado, una devaluación como la que propone el FMI, si bien generaría una reducción de las presiones sobre las reservas internacionales y una mejora en la competitividad de las exportaciones, también provocaría inflación rápidamente, aumentaría el costo de la deuda externa y, empeoraría, aún más, las condiciones económicas de la población.