El dólar minorista cayó 26,5 centavos la semana pasada para terminar en $ 28 exactos al final de las operaciones del viernes, según el promedio de 12 bancos que elabora a diario el Banco Central (BCRA). Con ese retroceso, el mercado cambiario mostró apenas su cuarta semana bajista en las 14 que pasaron desde que se inició la corrida contra el peso, a fines de abril. Sin embargo, la menor volatilidad que mostró la plaza cambiaria mayorista y el acompañamiento de las tasas de interés en pesos, que mostraron leves tendencias bajistas, de a poco consolidan las esperanzas de los operadores de que una vuelta a cierta estabilidad financiera es imaginable.
Con una baja de 8 centavos en la rueda del viernes, el mayorista terminó por su parte en $ 27,325, lo que equivale a 25,5 centavos de caída en la semana. Según operadores, las ruedas de los últimos días han cambiado de tono respecto al nerviosismo que se vivió durante la última gran escalada de junio. Los volúmenes operados son más modestos y las alzas y bajas menos abruptas.
Después de tantas semanas de sacudones esto no deja de ser toda una novedad para el mercado cambiario local, sobre todo porque hasta ahora no se ha visto el habitual repunte de la demanda de cada fin de mes, cuando bancos y empresas cierran sus posiciones en moneda extranjera y la cercanía del vencimiento de los contratos a futuro suma pesos que son cambiados por divisas.
«Los precios se acomodaron en los mínimos de las dos últimas semanas, reforzando su tendencia de debilidad instalada desde mediados de mes. A diferencia de otros momentos, la proximidad del fin de mes no sirvió como disparador de un aumento del valor del dólar, un dato que deja abierto el pronóstico sobre el nivel que tendrá en el final de julio», escribió Gustavo Quintana de PR Corredores de Cambio en un mail para sus clientes.
Las presiones de cada fin de mes parecen haberse reducido dada la reducción de coberturas cambiarias que se ven en los mercados de futuros. En el Rofex, por ejemplo, el interés abierto -contratos pactados y aún no liquidados- en derivados financieros, más que nada futuros de dólar, promedió 3,6 millones de contratos en julio, una caída de casi 475 mil contratos respecto al promedio de junio. Con todo, el promedio del mes en curso está 43% encima del que se vió en mismo mes del año pasado, con lo que el dato de los vencimientos de futuros y su potencial efecto en el precio del dólar al contado va a ser un elemento para mirar de cerca tanto hoy como mañana, fin de mes.
La gradual distensión en el mercado a futuro también se sintió en las tasas implícitas de devaluación a las que se negocian esos papeles. El viernes, el contrato de dólar con vencimiento en diciembre cerró a $ 31,70, es decir a una tasa implícita de 37,95%. Una semana antes ese contrato se pactaba a $ 32,65 por dólar, una tasa implícita de 41,68% para el momento.
La caída en las tasas implícitas de futuros se dio de la mano de alguna baja en las tasas en pesos, no tanto de Lebac que sigue en 45% para fin de agosto, pero al menos para los adelantos para empresas que quedaron cerca del 40% después de superar el 60%.