Los analistas celebran que el BCRA haya logrado alejar la cotización del techo de la zona de no intervención aunque preocupa el nivel de tasas. De todos modos, no esperan que cedan por el momento. En ese frente traerá cierto alivio la llegada del desembolso del FMI y más tarde la liquidación de la cosecha. Pero hasta diciembre continuará el desarme de Lebac
El lunes pasado debutó oficialmente el «Plan Sandleris». Los pronósticos para el debut no habían sido los mejores. La mayoría de los economistas, como así también referentes de la City, habían vaticinado días difíciles para el dólar y lo veían más cercano a superar el techo de la zona de no intervención que de la baja que finalmente mostró el billete (7%).
Consultados por El Cronista, economistas y especialistas en finanzas coincidieron que el retroceso desde los $ 42 es la buena noticia de la semana, aunque alertaron que el costo es una alta tasa de Leliq – que pasó del 60% al 74%- y un panorama de recesión en el horizonte, además de más volatilidad.
El economista Guido Lorenzo celebró que «se logró superar la incertidumbre respecto a si podía tantearse la banda de arriba de intervención y se logró coordinar expectativas gracias al anclaje que provoca el compromiso de no expandir la base monetaria. La semana empezó en la dirección virtuosa, yendo al límite inferior donde la regla de no emitir no es vinculante. Sin embargo, no podemos calificar como éxito al programa si se paga sistemáticamente una tasa cada vez más elevada por la esterilización», analizó.
Sin embargo, advirtió que sobre los últimos dos días de la semana se empezó a ver «un poco la fragilidad por fuera del problema de consistencia interna del programa y es que los mercados emergentes somos muy vulnerables al frente externo».
Indicó que «más allá del problema de la bola de Leliqs, Sandleris está pagando para adquirir reputación y tuvo que sobreactuar».
Por su parte, Germán Fermo director del MBA UCEMA planteó que tras la primera semana de medidas en acción «no todo es un delirio». «Me imagino que la jugada viene por este lado: dejar tasas de punta para que billete no supere los $ 40 y esperar que entren los dólares del FMI que el Tesoro deberá cambiar contra pesos. Ese evento será la primera descontratura cambiaria y debería dar lugar a tranquilidad de tasas», pronosticó. Recordó que a eso se sumaría en una segunda etapa «la cosecha de abril y mayo y ahí está el segundo evento de descontractura».
Federico Furiase economista y director de EstudioEcoGo apuntó que «al inicio de la semana había preocupación por las pocas municiones del Central en la banda superior, pero a costas de tasa alta y despeje de riesgo de default se mantuvo dentro de las bandas», señaló. Sin embargo, reconoció que se vienen «tres meses muy duros en términos de presión alcista en tasas de Leliq para cumplir con el programa monetario mientras se da toda la expansión de pesos por el desarme de Lebac».
Pablo Castagna, director de Portfolio Personal, señaló que respecto al dólar está primera semana «dejó una contracción del déficit de cuenta corriente, que se acentuará en los próximos meses, debido a que sería esperable financiamiento externo privado vinculado a las fuertes tasas reales en pesos esperadas con el nuevo plan».
A ello se suman «la factible venta de stock guardados por el sector agropecuario junto con el nuevo flujo de la también previsible cosecha récord, es decir factores que nos hacen pensar en cierta estabilidad cambiaria, proyectamos un dólar hacia fin de año entre $40/$42.
El especialista apuntó hacia la inflación y el PBI como dos factores que se mantienen en una situación «muy preocupante». «En el humor social, la inflación acumulada para este año estaría en el rango del 44%-47% anual. Esperamos recién una mejora para el primer trimestre del año próximo, producto de la rigidez de la oferta monetaria, detalló. Recomendó por eso a los inversores un portfolio «con espacio para pesos y para volver al carry trade, ya que las altas tasas todavía se mantendrán por un tiempo».