El dólar cerró el viernes en $ 46,50, unos 50 centavos más caro que el viernes previo. Esta semana su evolución dependerá en parte de que el dato de inflación de abril de Indec no supere a las expectativas del mercado, que espera un 4%. Además, un mercado a nivel global con la mirada puesta en la pulseada comercial entre China y Estados Unidos también tendrá su influencia
Como si la carga por la tensión electoral no fuera suficiente, el dólar arranca otra semana en la que estará condicionado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, con sus efectos en las monedas emergentes, y por el dato que se publique de la inflación de abril. Por otro lado, si la cotización sufre algún movimiento exagerado, el Banco Central (BCRA) debería interceder para contener la suba; lo que se pregunta el mercado es si finalmente venderá dólares en el terreno del contado o si mantendrá su actividad en el de los futuros.
El tipo de cambio mayorista cerró el viernes en baja, a $ 44,80. Por su parte, el billete terminó a un promedio de $ 46,04, lo que significó un avance semanal de 50 centavos.
El miércoles el Indec informará el dato de inflación de abril; será un día clave dado que cuando en marzo el número del IPC, un 4,7%, superó las expectativas de los inversores, se desató una demanda de dólares. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la inflación del mes pasado podría ser de 4%, un porcentaje alto pero al menos inferior al que sería el pico mensual del año.
«Un dato negativo del Indec seguramente puede generar algún remezón con impacto en la cotización del dólar, con un efecto alcista; veremos si puede sostenerse dada la actual estrategia del Banco Central», señaló Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio.
También Claudio García, operador de Oubiña Cambios, se refirió al tema: «El número de inflación, que seguramente no va a ser bueno, pueda poner a la agente un poco nerviosa. En cuanto a la posible intervención del Banco Central, por ahora solo lo vimos en futuros; no sé cuánto le queda por participar en ese terreno, pareciera que, al menos por ahora, estos valores no le molestan. Veremos cómo lo manejan en caso de ser necesario».
El BCRA anunció hace dos semanas que iba a intervenir en el mercado de cambios sin necesidad de respetar ya la «zona de no intervención», ahora rebautizada como «zona de referencia cambiaria». Sin embargo, desde que hizo el anuncio no participó del spot, solo vendió futuros.
«Creo que la decisión del BCRA de cambiar su estrategia, asumiendo un papel más activo, se va a mantener. Su aparición en el spot dependerá del grado de presión que vea o que se genere en el mercado cambiario. De mantenerse en estos niveles, y con este grado de variación, no creo que utilice reservas líquidas por el momento», dijo Quintana.
Sobre la capacidad del BCRA para seguir accionando en Rofex, Quintana sostuvo que «es difícil estimarlo porque además de vender, en algunos casos puede comprar, si las condiciones del mercado lo permiten, y eso significaría bajar su exposición en los mercados de futuros». Asimismo, agregó: «Por lo demás, hay que estar atentos a lo que pase en los mercados internacionales, un dato que siempre afecta de sobremanera a la Argentina».
En tanto, la tasa de las Leliq terminó la semana en 72,05%, un valor por debajo de lo que se registraba en ruedas previas. De todas formas, tal como lo destacó el informe de IERAL «la economía argentina se encuentra en un peligroso círculo vicioso de altas tasas de interés y presiones cambiarias». El agravante, según el estudio, es que «solamente resten pocos meses para las elecciones presidenciales», porque se trata de «una enorme restricción para que el actual gobierno corte definitivamente este proceso».
IERAL recordó que, en el pasado, «los programas que frenaron el círculo vicioso de altas tasas de interés y presiones cambiarias fueron implementados por gobiernos que tenían un importante horizonte político por delante al momento del lanzamiento del plan», por lo que «el nuevo gobierno, inexorablemente, deberá lanzar un plan específico y eliminar el círculo vicioso en el que se encuentra actualmente la economía».