El precio para comprar el cupo mensual de USD 200 en los bancos se paga a $153,63 en promedio, por encima de la cotización en el mercado paralelo, a 153 pesos
En las últimas ruedas cambiarias se produjo un fenómeno atípico: el dólar al público en bancos se pagó a un precio más alto que el del resto de las cotizaciones en las que está fragmentado el mercado local, debido al duro “cepo” para acceder a moneda extranjera.
Este miércoles, el dólar “ahorro” promedia los $93,11 en bancos, según informa el Banco Central, pero este precio se hace efectivo al público a $153,63, por efecto del recargo del 30% del Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), que se paga desde el 26 de diciembre de 2019, y el 35% de anticipo de la percepción de Ganancias, vigente desde el 16 de septiembre del año pasado. En el caso del Banco Nación, donde suele ser más bajo que en el resto de las entidades, el precio del dólar “solidario” se ubicó en $152,63.
Si bien este último es reembolsable mediante un trámite a través de la página de la AFIP, con el ejercicio fiscal del año siguiente al de efectuada la compra, debe pagarse con anticipación y encarece el tipo de cambio minorista.
En los últimos días, el dólar “ahorro” fue más caro que el dólar libre (que tocó un piso de $153) y también que las paridades bursátiles. Hay varias razones detrás de esta tendencia, que no se registraba –y de forma muy puntual– desde el 13 de abril de 2020.
El motivo más evidente es el del recargo de 65% sobre el precio de pizarra con el que se grava la demanda de dólares por parte de individuos –tanto para ahorro como para consumos con tarjeta en el exterior– ya que significa encarecerlo por unos 30 puntos porcentuales por encima de la inflación, que cerró el 2020 con un acumulado de 36,1% en doce meses.
Esta presión tributaria no obedece a una necesidad de ingresos del fisco, sino a la urgencia por evitar más salida de dólares de la economía. Mientras que lo recaudado por impuestos al dólar bajó entre agosto y enero del 3,8% del total a un 2,3% del total, la demanda de dólares para atesoramiento y consumos en el exterior (que promedió casi USD 900 millones mensuales entre julio y septiembre) se hundió a unos USD 305 millones en enero, el monto más bajo desde abril, por el adelanto de Ganancias, en los hechos aplicado a partir del 16 de septiembre pasado pero con incidencia en los meses de octubre, noviembre y diciembre.
Cuando se analiza estrictamente la demanda de divisas minoristas en bancos, con el cupo mensual de USD 200 (y sin contar consumos con tarjeta en el exterior ni institucionales, que también tributan el 65%), las ventas se redujeron desde los cuatro millones de individuos en agosto de 2020 a unos 851.000 en diciembre.
Un dato clave es el de la mejora en el ingreso de dólares por el canal comercial desde el mes pasado, que ayudó a distender el mercado. Los precios en alza para los principales productos que la Argentina exporta –granos y sus derivados industriales–, hoy en máximos de siete años, incrementaron la liquidación de exportaciones del sector y permitieron al Banco Central comprar divisas para apuntalar las reservas internacionales.
Después de haber adquirido en diciembre USD 608 millones en la plaza de contado, el BCRA sumó compras netas por USD 160 millones en enero por la cosecha de divisas concentrada la primera quincena. Y en febrero, el Central sumó compras por otros USD 90 millones en dos ruedas.
Las reservas aumentaron unos USD 108 millones en enero, aunque en dos ruedas operativas de febrero cedieron USD 63 millones por un pago de más de USD 200 millones al FMI el lunes.
En este aspecto, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), informaron que durante enero las empresas del sector liquidaron USD 2.140,4 millones, el monto liquidado más elevado de todos los eneros desde 2003, a excepción de 2016. Esa cifra resultó superior en 26,6% con respecto a diciembre anterior (USD 1.690 millones) y un 32,6% en relación con el primer mes del año pasado (USD 1.613 millones).
Por otra parte, el Banco Central mantiene una estrategia de apreciar el tipo de cambio mayorista al mismo ritmo de la inflación, para evitar un atraso cambiario dañino para el balance del comercio exterior. Esta tendencia propia no se observó para el “blue” ni los dólares en Bolsa. La cotización interbancaria trepa 4,4% desde que empezó 2021, dinámica que se transmite en similar proporción al mercado minorista.
Mientras que las consultoras privadas anticipan un incremento de los precios por encima del 4% en enero, el dólar “ahorro” se encareció 3,6%, desde los $148,28 para la venta del 30 de diciembre.
Vale recordar que los meses de diciembre y enero se caracterizan por una importante demanda estacional de pesos, debido –del lado de los particulares– a los gastos extra relacionados con las fiestas de fin de año y las vacaciones de verano. Del lado de las empresas, éstas también demandan más pesos para el pago de salarios, el medio aguinaldo, bonos de fin de año y gastos extra por el cierre del ejercicio anual.
Esta necesidad adicional de pesos desalienta la demanda de dólares en todos los segmentos del mercado y presiona a la baja de las cotizaciones del blue, que en lo que va de 2021 retrocedió 12 pesos o 7,2%, desde los $166 para la venta de fines de 2020 a los $154 este miércoles.
Debilidad de los dólares paralelos
Así como el dólar blue se “desinfló” desde el récord de $195 del pasado 23 de octubre, algo parecido sucedió con otras cotizaciones alternativas relevantes, las de los dólares que se negocian en la Bolsa a través de la compraventa de activos financieros: el contado con liquidación y el MEP. Éstos se negociaron en máximos de $181,06 y $163,50, respectivamente el 22 de octubre, mientras que este miércoles fluctúan entre los 149 y los 152 pesos.
En este circuito bursátil gravita la venta de bonos en dólares con ley argentina que efectúan el Banco Central y la Anses. Si bien la entidad monetaria, que cuenta con una fuerte posición en cartera de estos papeles emitidos con el canje de deuda de septiembre, deprecia la cotización de los bonos con sus ventas masivas, a la vez consigue depreciar el tipo de cambio implícito, que redunda en una distensión de las cotizaciones en todas las franjas. Por supuesto, esta operatoria tiene un costo, el del desplome –medido en dólares– de este stock de títulos públicos en el activo del Central.
Desde el 7 de septiembre, el Banco Central publica en su balance la tenencia de los nuevos bonos en dólares con ley local emitidos por la reestructuración de deuda. Entonces los nuevos títulos en el activo ascendían a un total de $745.192,7 millones, que al tipo de cambio oficial del 7 de septiembre representaban unos USD 9.983,6 millones, o unos USD 6.009,6 millones según el contado con liqui.
Casi cinco meses después, con el balance actualizado al 31 de enero, los títulos para poder intervenir sumaban $660.437 millones, unos USD 7.848,3 millones al tipo de cambio oficial o unos USD 4.706,3 millones según el contado con liqui, que es la paridad que rige en la operatoria en el mercado secundario.
Esto implica una disminución en el stock de los nuevos títulos del canje de un 21,4% según dólar mayorista y de 21,7% según la paridad bursátil. Esta caída del stock no respondió solo a la liquidación de los títulos en el mercado secundario, sino también a la caída de los precios en dólares de estos papeles.