A pesar de la bonanza exportadora no todo fue color de rosa. Las claves del segundo semestre.
Con una oferta récord de divisas de parte de los agroexportadores el BCRA logró recomponer su posición de reservas brutas en poco más de u$s3.000 millones al cabo del primer semestre. Así comenzó la segunda parte del año con un stock de reservas brutas de u$s42.437 millones y poco más de unos u$s6.000 millones de reservas líquidas o disponibles, que incluyen el oro y los DEG. Sin embargo, el BCRA compró mucho más que los u$s3.050 millones que finalmente quedaron en las reservas. Fueron en realidad, u$s6.456 millones.
O sea, que de las compras de divisas realizadas al mercado, al BCRA sólo le quedó poco más del 47%. Entonces, si en la mejor parte del año, en términos de liquidación de divisas de los exportadores, al BCRA le queda menos de la mitad de lo que compra, vale esperar que en el segundo semestre, ya en pleno fragor de la batalla electoral, con lo que ello significa para las expectativas sobre todo de los tenedores de silobolsa, tenga en el mejor de los casos un balance neutro pero con meses de ventas de reservas. Por lo pronto, las estimaciones privadas apuntan a ventas de divisas del BCRA en torno de los u$s2.000 a u$s2.500 millones para cubrir el faltante de la oferta de dólares. Por ende, sigue siendo clave monitorear el comportamiento de las ventas de la cosecha y de las compras del BCRA.
¿Qué ocurrió en el primer semestre para que sólo la mitad de las divisas compradas quedaran en las reservas? En primer lugar, hay que tener en cuenta que hubo un fuerte aumento del superávit comercial, sobre todo del de “caja” (son los dólares verdaderamente liquidados) que superó al “devengado” (son las exportaciones declaradas) por las mayores ventas de los exportadores, especialmente del agro. En paralelo, bajo el imperio del súper cepo, se redujo la demanda de divisas por las restricciones a la demanda, las limitaciones a los pagos financieros y el mayor costo del dólar para viajes y compras externas con tarjetas. Por ende, la oferta de dólares excedió la demanda y el BCRA fue neto comprador el mercado oficial.
Todo esto se refleja en abrupta reversión que acusan los factores que explican la variación de las reservas respecto del primer semestre del año pasado donde el stock bruto registró una caída de u$s1.607 millones. A diferencia de lo visto este año, en la primera parte del 2020 el BCRA en lugar de comprar, vendió reservas por u$s105 millones. Sin duda, una gran diferencia con este año. ¿Por qué cayeron? Debido a que hubo que afrontar compromisos con organismos internacionales por u$s1.397 millones y otros u$s2.862 millones vinculados con swaps con bancos internacionales. Las reservas no cayeron más gracias a que ingresaron u$s976 millones de operaciones del sector público, y sobre todo, a un aumento en los encajes bancarios en dólares por u$s1.571 millones.
El panorama fue totalmente distinto en el semestre del 2021. El BCRA compró casi u$s6.500 millones, y le quedaron la mitad porque tuvo que pagar u$s1.179 millones a organismos internacionales, además en otras operaciones del sector público perdió u$s821 millones. A esta sangría se sumó la caída de u$s225 millones en los encajes bancarios y u$s1.181 millones de swaps con bancos internacionales. O sea, del 100% de las compras de divisas, un 18% se destinó a pagos a organismos internacionales, otro 18% a swaps con bancos internacionales, un 13% a operaciones del sector público y un 3% se fue por caída de encajes de los argendólares.
Ahora bien, ¿cómo puede venir el segundo semestre? No sólo se espera que baje el superávit comercial sino también el ritmo de ventas de los exportadores. Y si bien no se descarta un mayor apriete del cepo en todas sus dimensiones, hay fuertes vencimientos que son un desafío. Junio, en parte, ya brindó alguna señal. Se redujo el exceso de oferta de dólares y el BCRA compró mucho menos. Julio podría ser el último mes de compras del BCRA, por eso se teme una intensificación de las restricciones y controles cambiarios, que harían sufrir sobre todo a los importadores.
El BCRA presidido por Miguel Pesce podría pasar así de comprador a vendedor, además de tener una actitud más agresiva en sus intervenciones en todos los segmentos del mercado del dólar. Es un semestre desafiante, no solo por el clima electoral, sino porque hay vencimientos de deuda por casi u$s6.000 millones, de los cuales casi u$s4.000 millones corresponden al FMI.
Los pagos al FMI podrían cancelarse con los DEG que recibirá el país mientras que los del Club de París ya fueron acordados pero insumirán más de u$s400 millones. El resto de los compromisos suman, aproximadamente, unos u$s1.100 millones por trimestre. No son cifras exorbitantes. Pero para un país “standalone”, sin acuerdo con el FMI, sin fuentes de financiamiento en los mercados globales, y con bajas reservas internacionales, es sin duda todo un reto.
Fuente: https://www.ambito.com/economia/dolar/solo-47-las-compras-del-bcra-quedaron-las-reservas-n5216957