Analistas opinan luego de que el Gobierno anunciara un canje de bonos al que deben adherir las entidades oficiales para entregar títulos dolarizados a cambio de otros pesificados
Las tensiones en el seno del sistema bancario global, que se iniciaron con la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank, complican la compleja coyuntura económica argentina en un año signado por elecciones presidenciales.
Analistas opinan luego de que el Gobierno anunciara un canje de bonos al que deben adherir las entidades oficiales para entregar títulos dolarizados a cambio de otros pesificados.
Las escasas reservas del banco central (BCRA), una alta inflación, que supera el 100% interanual, y un elevado déficit de las cuentas públicas son temas que preocupan a los inversores.
El reciente canje de bonos dolarizados «no es una medida beneficiosa ni un desastre que nos conduce al abismo», dijo en declaraciones radiales el economista Rodolfo Santangelo y señaló que «con esta medida podés bajar la brecha (cambiaria), pero unos días. Acá el tema no es quién vende los bonos, el tema es quién lo compra. El problema del mercado de capitales es de demanda, no de oferta».
«El impacto de la medida en el corto plazo no fue bienvenido. En los bonos pagaderos en moneda extranjera con vencimientos en 2030 la caída del precio fue mayor al 4% mientras que los precios de los dólares financieros retrocedieron cerca de 3%, ante la expectativa de una mayor presión vendedora», dijo la consultora EcoGo.
Por su parte, Diego Ferro, economista de M2M Capital, estimó que «la medida es indefendible desde cualquier punto de vista» y señaló que «mejora marginalmente a corto plazo y empeora todo a mediano. El único objetivo de este Gobierno es llegar vivo a las elecciones y esto en el fondo puede ayudar».
«El BCRA continúa perdiendo reservas en el mercado de cambios, acumulando en marzo casi 1.500 millones de dólares de ventas netas. Así, es de esperar una nueva vuelta de tuerca al cepo (restricciones), dando esto más impulso a los dólares financieros», estimó Roberto Geretto, de Fundcorp.
«La situación del mercado local se tornaría muy ajustada ante la sucesión de medidas de corto plazo, cuyo horizonte es limitado al corto plazo dados el contexto económico y la situación política», estimó VatNet Financial Research.
«Sólo como conjetura, el Gobierno podría estar sembrando semillas para un eventual desdoblamiento cambiario, dentro del paquete de medidas que acaban de conocerse», estimó Jorge Vasconcelos, de la Fundación Mediterránea.
«Los números marcan que la economía (de Argentina) ya comenzó a desacelerar con fuerza a fin del 2022 y en 2023 se consolida el escenario de estanflación, agravada por el impacto de la sequía (al menos 20.000 millones de dólares de caída en las exportaciones) y una inflación que supera el 6% promedio mensual», dijo el agente de compensación y liquidación Cohen.
«El BCRA sigue vendiendo en el mercado de cambios sin haber brindado aún alguna modificación en el esquema cambiario -léase, más cepo- que le permita estirar la agonía primero hasta las elecciones PASO (primarias) de agosto y luego hasta el recambio presidencial de diciembre», señaló Portfolio Personal Inversiones.
«Comparando las tasas de Rofex (mercado de futuros) actuales con la inflación y tasa de política monetaria, creemos que las tasas pueden seguir subiendo en el corto plazo si continúan en un sendero de ‘overshooting’ en la medida que sigan conociéndose datos desalentadores», dijo Delphos Investment.
«Sin embargo, si el equipo económico logra domar la macro, estas tasas implícitas lucen altas pero la incertidumbre actual y los potenciales malos datos de inflación de marzo llevan a que la prudencia domine la escena», señaló.