El viernes el minorista alcanzó un nuevo máximo histórico de $ 29,57. La divisa ganó casi 16% en el mes y transformó al peso argentino en la moneda emergente con el peor rendimiento. Los aguinaldos, giros de dividendos y el importante volumen en futuros conspiraron.
El último día de operaciones de junio en el mercado cambiario terminó con el mismo tono convulsionado que se mantiene desde fines de abril. El dólar minorista se disparó 89 centavos en el día para cerrar en $ 29,57, nuevo máximo nominal histórico, en un día en el que la liquidación habitual de los futuros de dólar de cada fin de mes agregó impulso alcista debido al importante volumen negociado en las últimas semanas. El peso argentino se convirtió así, otra vez, en la moneda emergente que más perdió en el mes y con castigos prácticamente diarios a bonos y acciones los operadores no aciertan a avizorar un final para la corrida.
En el mercado mayorista el dólar avanzó 75 centavos el viernes y quedó en $ 28,85 para la venta, también máximo nominal histórico, con un voluminoso monto de operaciones que superaron los u$s 1000 millones sólo en el mercado de contado. El crecimiento en la cantidad de divisas que cambiaron de manos en la plaza de los grandes jugadores se explica, en parte, por la gran cantidad de coberturas tomadas por inversores en el mercado de futuros y por la intervención del Banco Central (BCRA) que, a sus ya habituales licitaciones de dólares que el Tesoro recibió como parte del paquete de ayuda del FMI (u$s 150 millones el viernes) agregó la licitación de otros u$s 300 millones más de sus propias arcas para tratar de equilibrar un poco el desbalance entre oferta y demanda.
El mayorista cerró junio con un avance de 15,84% en junio, lo que llevó al avance de la divisa en lo que va del año a 55,32%. Con respecto a un año atrás, el dólar está 75% más caro.
«Está hecho todo para que se dé vuelta la tendencia pero la licitación de dólares del FMI es muy tímida. Tendrían que haberla hecho más fuerte estos días, como hicieron hoy (por el viernes)», dijo un operador bancario. «Fue un día difícil porque los aguinaldos fueron en buena medida al dólar y eso se suma al vencimiento de futuros de fin de mes», agregó.
Giros de dividendos también suman demanda, por el cierre de los balances de junio de empresas con casa matriz en el exterior.
Jugadas contra el BCRA
En los mercados de futuros se operaron u$s 999 millones en el Rofex y otros u$s 190 millones en el MAE. El jueves, Rofex había alcanzado su récord de operaciones de futuros de dólar para un sólo día, con volumen de u$s 2600 millones en contratos. Ese día la entidad que conduce Luis Caputo había roleado u$s 750 millones de su cartera con vencimiento en junio a cambio de contratos con vencimiento a julio. El viernes, hizo lo mismo con unos u$s 400 millones más -según fuentes del mercado-pero dejó vencer unos u$s 200 millones en contratos.
La prioridad de Caputo es calmar la corrida contra activos argentinos, lo que le hubiera dado algún sentido a la colocación de nuevos contratos a futuro para desactivar expectativas de una suba mayor de la divisa, pero su margen de acción es limitado: la carta de intención que firmó el país con el FMI obligaba a la entidad a contar con no más de u$s 3300 millones en futuros para el cierre de junio y establece techos aún más bajos para las próximas revisiones trimestrales. Con todo, en el mercado estimaban el viernes que la posición de la autoridad monetaria ronda los u$s 2500 millones en total.
Operadores de Rofex sostenían el viernes que el crecimiento de las coberturas en futuros -el interés abierto (la cantidad de contratos sin liquidar) en ese mercado creció más de 50% interanual en junio como resultado de la mayor incertidumbre cambiaria- le provoca dolores de cabeza al flamante titular de la autoridad monetaria a la hora de intentar calmar al mercado.
El viernes, en los primeros minutos de operaciones, el dólar llegó a subir un peso casi sin operaciones, apenas unos pocos millones operados, dijo a este diario un broker especializado en futuros y opciones. Es del interés de quienes están vendidos en futuros que el dólar suba el último día del mes, una maldad que le hacen a Caputo, agregó.
De ahí que el viernes el BCRA decidiera salir a licitar más divisas de lo habitual. En principio, la autoridad monetaria había anunciado que se tomaría 75 días hábiles para colocar -mediante licitaciones de u$s 100 millones por jornada- los u$s 7500 millones que el Tesoro recibió del FMI en concepto de apoyo presupuestario. Con todo, ya en ese anuncio había aclarada que se reservaba el derecho a variar las cantidades y cronogramas de las licitaciones según le conviniera.
El clima convulsionado de la semana pasada forzó a eso. Jueves y viernes, las licitaciones de divisas del Tesoro pasaron de u$s 100 millones u$s 150 millones por día. Y, además, el viernes Caputo y los suyos licitaron otros u$s 300 millones de las reservas del BCRA (no del Tesoro) para sumar oferta a un mercado al que lo único que le sobra son vendedores. La reacción no evitó una nueva disparada del mayorista, pero la acotó: antes de ella llegó a cotizar bien por encima de los $ 29 durante la rueda del viernes.
Algunos, el viernes, se ilusionaban con que la rueda de hoy fuera mejor. «Ya pasó el vencimiento de futuros y los aguinaldos van a hacer fuerza sólo algunos días más», dijo el mismo operador bancario.
¿Otro dual al rescate?
Un comentario que se repetía en las mesas bancarias el viernes, deducción de operadores más que información llegada desde el Gobierno, era que probablemente Caputo necesitará pedir a Nicolás Dujovne la emisión de otro bono dual currency (que paga rendimiento en dólares o en pesos, según resulte más conveniente para el inversor) para desviar parte de la demanda por dólares. Hacienda y Finanzas ya lo hizo el mes pasado, con bastante suerte para calmar la cotización del dólar, aunque con efecto de muy corto plazo.
A pesar de mantener la tasa de referencia en el récord de 40%, secar la plaza e intervenir en el mercado secundario de Lebac para extremar el sesgo contractivo de la política monetaria, la dinámica que golpea al peso parece exceder con creces lo estrictamente monetario y cambiario.
«El equipo económico no acierta en poner un piso firme a la corrida contra los activos financieros argentinos», escribió el economista Federico Muñoz en su informe semanal. «Los inversores locales y externos continúan desarmando sus posiciones en el país, tanto en renta fija como variable. El Merval en dólares ya casi perdió 50% desde sus máximos de fin de 2017. La prima de riesgo país medida por JPMorgan volvió a superar los 600 puntos básicos (…) En este contexto, no sorprende que la suba del tipo de cambio tampoco encuentre un techo firme», agregó.