En el segmento libre o “blue”, la divisa estadounidense alcanzó un máximo en nueve meses, aunque sigue debajo de su récord de $195
Un indicador que se toma en cuenta para determinar si el precio del dólar es de equilibrio o si se está comprando un billete “caro” es el de la progresión de la inflación.
Cuando se mira a mediano plazo, el alza del dólar libre y la inflación convergen con la tasa de expansión monetaria. Y en el mismo sentido, cuando se produce una reunificación cambiaria después de un ciclo de control de capitales también tienden a coincidir las distintas cotizaciones oficiales, bursátiles y el dólar “blue”.
Pero en el corto plazo estas variables marchan a distinto ritmo y pueden quedar desfasadas, dinámica que complica el análisis de los ahorristas.
Desde abril a hoy, el dólar libre trepó un 30% o unos 40 pesos y, al mismo tiempo, la expansión del dinero en circulación fue notable: se volcaron casi $300.000 millones a la plaza, a pesar de las restricciones a la actividad por el Covid-19. Por una parte la necesidad del Tesoro de afrontar gasto corriente se tradujo en desembolsos del BCRA (a través de Adelantos Transitorios y Transferencia de Utilidades) por unos $410.000 millones que, en parte, fueron reabsorbidos a través d ela colocación de Leliq (Letras de Liquidez) y Pases pasivos por la propia autoridad monetaria.
Sin embargo, la nueva estrategia de reconvertir Leliq en deuda del Tesoro en pesos minó el efecto esterilizador de la deuda del BCRA, pues tarde o temprano el Gobierno afronta gastos con los pesos recaudados con la emisión de deuda pública y estos regresan a la calle, con consecuencias inflacionarias.
En este marco, si se toma el precio récord de $195 para la venta que alcanzó el dólar libre el pasado 23 de octubre, este tipo de cambio, insignificante por su volumen pero relevante como referencia por escapar a los controles oficiales, debería costar hoy unos $270 si hubiera replicado el recorrido de la inflación de los últimos nueve meses.
Nery Persichini, Head of Strategy de GMA Capital, comentó que “la inflación distorsiona todo, incluso el dólar. El caso de la cotización libre: como el nivel de precios subió más de 38% desde el pico de octubre de $195, ese máximo ya no es lo que era. A precios constantes, aquel valor de dólar libre equivaldría a $270 de hoy”.
De todos modos, aquel valor de $195 fue muy puntual y ajeno cualquier fundamento (emisión monetaria, inflación, caída de reservas o baja de tasas) y tuvo que ver principalmente con la incertidumbre financiera desatada por mayores controles oficiales sobre los dólares negociados en Bolsa que se anunciaron en septiembre de 2020 y también a la imposición de una nueva carga impositiva del 35% para la compra de dólar “ahorro” como adelanto de Ganancias.
El salto del “blue” de octubre pasado también respondió a los temores por el pico de decesos y contagios por coronavirus del año pasado, cuando todavía no había vacunas disponibles, y en Europa y EEUU arreciaba la segunda ola de la pandemia.
Así si se toma la inflación acumulada en los últimos doce meses, un 50,2%, el dólar libre a $182 viene rezagado, pues subió un 40% desde los $130 del 20 de julio del año pasado. En caso de haber reflejado el IPC, recién ahora alcanzaría los 195 pesos.
Y si se toma solo la inflación de 2021, el “blue” gana un 9,6%, bastante debajo de la tasa de inflación, que superó el 25% en el primer semestre del año. De haber seguid el promedio de precios minoristas, el “blue” debería costar ahora 208 pesos.
No obstante, una mirada a mayor plazo evidencia que desde que el gobierno de Mauricio Macri impuso un “cepo” estricto con cupo de USD 200 mensual para la demanda privada (después de las elecciones presidenciales del 27 de octubre de 2019) la inflación acumulada alcanzó menos de 90%, mientras que el dólar libre escaló 141%, desde los 75,50 pesos. De haber respetado estrictamente la inflación acumulada, el billete marginal debería valer ahora unos 143 pesos para la venta.