La autoridad monetaria lleva adquiridos en la plaza mayorista más de USD 1.100 millones desde diciembre, dinámica que apuntaló su stock de activos
El 2 de diciembre del año pasado, un mes y medio atrás, fue la última rueda cambiaria en la que el Banco Central debió vender divisas para abastecer la demanda del mercado.
Con cierta represión a las importaciones de bienes calificados como suntuarios y un mayor ritmo de liquidación de exportaciones del agro –de la mano de los precios internacionales más altos desde 2014–, la autoridad monetaria emprendió un proceso de recompra de dólares en el mercado para incrementar sus reservas.
Durante diciembre, la entidad que preside Miguel Ángel Pesce adquirió USD 608 millones por su intervención cambiaria, mientras que en lo que va de enero –según datos oficiales y estimaciones privadas– sumó otros USD 520 millones, incluidos unos cinco millones ingresados este lunes.
La compra de divisas en la plaza mayorista también contribuyó a una mejora en el stock de reservas internacionales.
Las reservas crecen en en el transcurso del primer mes del año unos USD 400 millones, luego de haber aumentado USD 758 millones en diciembre.
Sin embargo, esta mejora coyuntural no puede ocultar un fenómeno preocupante de deterioro del stock de dólares en reservas, luego de la salida de las arcas del organismo de unos USD 20.938 millones en 2019 y otros USD 5.439 millones en el total de 2020.
También ayudó al stock un aumento estacional de los depósitos en dólares, puesto que la mayor parte de estas colocaciones en el sistema financiero se computa como reservas.
“Poniendo el foco en los depósitos en dólares del sector privado, diciembre estuvo marcado por un fuerte ingreso de divisas al sistema financiero, donde marcado por la estacionalidad, crecieron en el ultimo mes del año USD 1.281 millones, que representa un promedio de USD 71 millones por día de ingresos. Esto se explica en gran parte por la exención a Bienes Personales del dinero depositado en cajas de ahorro”, detalló Portfolio Personal Inversiones.
Esta tendencia se empezó a revertir en el inicio de 2021, con la salida de depósitos privados por unos USD 200 millones, con datos oficiales disponibles hasta el pasado 13 de enero.
Hay que pasar el verano
¿Qué se espera para los próximos meses? “Seguiremos monitoreando las compras del BCRA, donde las reservas son uno de los componentes más débiles del Gobierno en cuanto a lo económico, y también de los más sensibles. Si bien el BCRA viene recuperando divisas en el mercado de cambios –con fuertes restricciones a las importaciones, cepo y otros– las reservas siguen siendo escasas y un cambio de tendencia seria tomado como una mala noticia para el mercado”, puntualizó Portfolio Personal.
“Por ahora, la mayor liquidación de granos viene ayudando a la entidad monetaria, que aportó más de USD 980 millones en lo que va de enero. La mayor oferta del sector agroexportador, se espera que continúe con el salto de los precios de maíz y soja a niveles récord, con subas en el orden del 12% y 10% respectivamente”, añadieron desde la consultora financiera.
En cuanto al cepo importador, el cierre al accedo a divisas oficiales para bienes de lujo -anunciado el 6 de enero- identifica las posiciones del Nomenclador Común del Mercosur alcanzadas, que involucran un monto global mensual de USD 300 millones en el caso de bienes finales y de USD 25 millones en bienes suntuarios.
Para Walter Morales, presidente de la consultora Wise, “a mediados de noviembre había unos USD 5.000 millones de exportaciones sin liquidar y eso es lo que estamos observando. Pero no podemos hablar de un proceso de acumulación de reservas porque el único ingreso es por balanza comercial. Y es lógico porque cuando hay trabas al giro o a la libre compra, no hay ingreso de divisas”.
Morales apuntó que “el Gobierno aspira a llegar a marzo sin modificar el tipo de cambio, mes a partir del cual las reservas comienzan a crecer porque se inicia el ingreso de la cosecha (gruesa de soja y maíz). ¿Llegamos a marzo? Falta mucho y el BCRA tiene que vender futuros, reservas, pisar importaciones, vender bonos contra pesos y recomprar contra dólares, colocando dólar linked y hard dólar para ‘rollear’ (renovar) vencimientos en pesos. Todo esto, sin reservas líquidas. Se va en la dirección correcta pero se necesita un plan fiscal creíble. Un acuerdo programático con el FMI, junto a un compromiso por parte del ala política del Gobierno podría funcionar”.