Economistas y operadores advierten sobre el efecto que la decisión del BCRA podría tener sobre la inflación y sobre los balances de los bancos
Los distintos dólares y los activos indexados siguieron su avance. La intervención del Banco Central con fuerza en la media hora final de la rueda no pudo impedir una nueva suba de los dólares financieros. También, agazapado asomó el “blue” que aumentó $ 1 a 156. En dos días subió $ 3 pero, como dijo un operador, “no tiene fuerza el movimiento. Faltan pesos. Con suerte, lentamente se ubicará en $ 160”.
El mercado estuvo tranquilo hasta el cierre en el que el Central salió a vender bonos en dólares -el Al30C- contra pesos para marcar el precio de cierre. La incursión tuvo un bajo costo porque los negocios en el AL30 no sobrepasaron el millón de dólares nominales. Por eso el MEP con negocios por USD 36,2 millones -un monto elevado, por cierto- cerró con una suba de 67 centavos a $ 158,72 y en las mesas de dinero donde opera con el GD30, aumentó $ 1 a $ 159,20. El contado con liquidación operó modestos USD 54,3 millones y avanzó 70 centavos a $ 164,53, mientras en el mercado libre cotizó 50 centavos más alto a $ 165.
En la plaza mayorista, el dólar subió 5 centavos a $ 94,54 y los exportadores liquidaron una cifra menor al día anterior, algo que es lógico porque el miércoles venían de cuatro días inhábiles. Las ventas fueron de USD 216 millones y el Banco Central compró USD 17 millones, pero la suba del oro y la caída del dólar frente a las seis principales monedas del mundo que integran las reservas argentinas hicieron que aumenten USD 65 millones a 41.785 millones.
La buena noticia vino de los bonos en dólares con ley local que acompañaron la suba de los días previos de los títulos con ley extranjera. En el exterior la suba fue moderada, pero hizo que el riesgo país cediera 11 unidades (-0,7%) a 1.508 puntos básicos y presto a perforar el piso de los 1.500 puntos.
Los depósitos en UVA siguen aumentando. Están en un récord de $146.029 millones. En lo que va de mayo crecieron $17.904 millones (+14%) y en lo que va del año nada menos que $89.348 millones o sea 157%. Estos depósitos a 90 días corresponden a pequeños y medianos ahorristas porque los bancos no aceptan montos elevados de empresas por la dificultad que tienen en colocarlos. La demanda de créditos indexados es inexistente.
Los bonos que ajustan por CER tuvieron subas moderadas porque si el alza es más fuerte, baja el rendimiento. Por lo tanto, no sobrepasaron de 0,50%.
En la Bolsa, tuvo influencia la proximidad de la calificación de la Argentina por Morgan Stanley Capital Investment (MCSI), donde muchos creen que las acciones podrían seguir en la categoría emergente y no descenderían a mercado de frontera, que inhabilita a fondos del exterior a tener papeles argentinos en sus carteras.
En estas circunstancias, se operaron $1.347 millones, el doble que el día anterior. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 1,59%. Los más beneficiados con el rumor fueron Telecom (+7,01%) y Central Puerto (+6,88%). A los operadores, les había llamado la atención las compras en el exterior de los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York-. Por caso, sobre el cierre de Wall Street, Central Puerto movió USD 2 millones y a la misma hora, Telecom subía de la mano de una demanda de USD 6 millones. La Bolsa de Nueva York cierra una hora antes que la Argentina. Esto los llamó a pensar en la recategorización de MSCI y la Bolsa local, a partir de las 16.00, comenzó a subir con más firmeza. No encontraron otra explicación a tan fuertes apuestas concentradas en un momento del día.
Los ADR’s negociaron $ 2.333 millones y los que más subieron en Nueva York fueron los de Telecom (8,77%) seguidos muy lejos por BBVA (+3,97%). Central Puerto no sintió el impacto porque la apuesta se hizo al cierre, sin tiempo que ingresen otros jugadores.
Por otra parte, después del cierre de la rueda se conoció que el Banco Central autorizó a las entidades financieras a que en el futuro pueden optar por integrar encajes con Bonos del Tesoro a no menos de 180 días de plazo, en lugar de hacerlo con Leliq. Las Leliq son bonos que tienen los bancos y pueden utilizar como encajes (porcentaje de los depósitos que inmovilizan en el Central) y generan una tasa de 38% anual pero no son negociables en el mercado. Su objetivo es absorber el excedente de pesos para que no generen inflación.
Pero el problema es que habrá expansión de la cantidad de dinero cuando el BCRA comience a darle pesos a los bancos. Solo sería neutro si fuera un canje entre ambos títulos. “Esto ya lo conocemos. Empiezan a infectar los balances del sistema; lo único que quedaba sólido lo están ensuciando”, señaló un economista.
Una situación similar se vivió en la crisis de 2008 a 2009, cuando Martín Redrado estaba al frente del Banco Central y bajó la exposición de deuda del sector público, lo que permitió atravesar el mal momento.
Según Federico Furiase, economista de EcoGo y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, “el riesgo es que usen este mecanismo para romper los límites del financiamiento monetario y el Banco Central lo utilice para darle financiamiento indirecto por una vía alternativa a los adelantos transitorios”.
Si este mecanismo se desborda, no solo no se evitará la emisión de pesos, sino que habrá expansión monetaria y presionará a la suba de los dólares financieros porque bajará la tasa de interés y, por ende, habrá un empuje sobre los precios.
La medida no es casual porque, como lo señala un trabajo de Buenos Aires Valores (BAVSA), “los vencimientos de deudas en moneda local en los próximos 12 meses son de $ 3,5 billones entre letras, intereses y vencimientos de capital que representan un 40% más de la base monetaria que actualmente es de $ 2,3 billones”.
Son pocos los que creen en la neutralidad monetaria de esta medida. Hoy el mercado, a través de la cotización del dólar, dará su opinión.