Devaluación, suba de la tasa de interés y parcial control de cambios, la combinación perfecta para cambiar la dinámica de la suba de los precios. Las nuevas proyecciones que recibió el Banco Central de los economistas del sector privado
Los analistas revisaron sus previsiones de inflación nivel general tras el cambio de escenario político y económico desde el resultado de las PASO, porque en una economía bimonetaria en la que coexisten pesos y dólares, y que además los principales productos de exportación son los alimentos que consumen los argentinos, con excepción del complejo sojero, la devaluación se traslada a precios, a una velocidad directamente proporcional al clima de incertidumbre sobre la situación económica.
Así surge con claridad en los pronósticos que un conjunto de 39 estudios, bancos y universidades que nuclean a los economistas más destacados de la Argentina les acercaron al Banco Central, como todos los meses, los cuales arrojaron un promedio simple de 4,3% en agosto que no sólo cortó una racha de 4 meses en desaceleración, sino que además interrumpió dos meses con variaciones menores a las del año previo.
Aunque para este mes el Relevamiento de expectativas de mercado si bien prevé una suba mayor que agosto, a 5,8%, de cumplirse esa previsión implicará el retorno a la desaceleración en comparación con un año antes, cuando en un cuadro similar de crisis de deuda externa, por el cierre de los mercados de crédito, había ascendido a 6,5 por ciento.
Y aunque el Banco Central debió flexibilizar su política monetaria en la segunda quincena de agosto, con el propósito de atenuar el estrés financiero, el mercado parece descontar que no se desviará mayormente de su objetivo de regulación de la liquidez, para evitar el inicio de una espiral inflacionaria.
De hecho, en el segundo día de vigencia del control parcial de cambios, la autoridad monetaria volvió a absorber pesos a través de la licitación de Letras de Liquidez (Leliq), sin subir mucho la tasa de corte, unos 45 puntos básicos, a un promedio de 85,73% anual a 7 días. En los 4 días previos el Banco Central había liberado al mercado $349 mil millones, equivalentes a unos USD 6.000 millones; y ahora esterilizó $42.000 millones (unos USD 700 millones).
Aun así, los analistas del mercado proyectan un camino duro para el descenso de la tasa de inflación núcleo, aquella que permite monitorear la evolución de los precios sin tener en cuenta la volatilidad de aquellos bienes y servicios que exhiben un comportamiento estacional o están sujetos a regulación del Gobierno o tienen un alto componente impositivo variable, se ubicará por sobre la tasa general.
Para agosto la media del REM estimó un salto a 5% mensual, desde 2,1% en julo, y la subió a 6,5% para septiembre, para luego iniciar un gradual camino descendente hasta tasas de 3,1% mensual en enero y febrero de 2020.
Para diciembre de 2019, los pronósticos interanuales de los analistas del mercado para el nivel general de inflación se corrigieron al alza respecto de la encuesta previa, a 55%, y manifestaron la expectativa de descenso a 38% el año siguiente.
Ambas tasas se proyectan largamente superiores a la que se registraron desde la crisis de 2002, fenómeno que refleja con nitidez las dificultades estructurales que afectan a la economía para estabilizar la inflación en un rango bajo, como ocurrió en gran parte de los noventa.