El vicepresidente de la entidad crediticia, Gabriel Torres, desarrolló un crudo análisis sobre las causas de la crisis económica y las medidas que se requieren para recobrar la confianza
La calificadora de riesgo Moody’s sostuvo que si el Gobierno no logra revertir la falta de confianza se mantendrán las expectativas de una alta devaluación del tipo de cambio oficial, de una alta inflación y de un futuro default de la deuda, pese al reciente canje con los bonistas y a la alta liquidez global.
El vicepresidente de Moody’s, Gabriel Torres, dijo que la mayor duda que tienen los inversores es cuál es el rumbo económico del Gobierno y opinó que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ayudará a despejar la incertidumbre, pero aclaró que será el Gobierno el que deba hacer el esfuerzo para lograr un crecimiento sostenido después de una década perdida.
Torres, jefe de analistas para la Argentina, habló con los periodistas en forma virtual desde Nueva York luego de un seminario de Moody’s sobre calificaciones corporativas y soberanas.
Estas fueron sus principales definiciones:
– Las razones que alimentan la falta de confianza: “El gobierno está en una situación muy complicada, dado que mucho de lo que sucedió este año responde a la pandemia. Pero a la vez hay otros problemas, propios. Un área concreta de desconfianza es el mercado cambiario y eso se ve en los diferentes valores del dólar”.
– El nuevo impuesto a la riqueza: “No tenemos una opinión sobre un impuesto determinado de cada país, pero hay una tendencia a observar que este nuevo impuesto tendrá un impacto negativo sobre la confianza. El Gobierno debe dar señales sobre la confianza y por eso se habla del acuerdo con el FMI, más allá de la importancia para postergar el pago de la deuda”.
– El nivel de la brecha cambiaria: “Esto genera efecto sobre las importaciones. Si no tengo acceso al dólar oficial, en realidad no puedo importar. Eso llevó a que varias empresas debieran renegociar su deuda”.
– Cómo podría ser exitoso un programa con el FMI: “Hemos visto casos de países en el mundo donde un acuerdo con el FMI es exitoso, pero es verdad que la mayoría llega a ese punto cuando el país está en una situación compleja, de otro modo no va. Creo que hay demasiadas expectativas, porque los problemas de la Argentina van más allá de lo que pida el FMI: la volatilidad macro, la falta de consenso en políticas públicas, tolerancia a una inflación alta y otros inconvenientes. El Fondo eso no lo va a resolver; como mucho, preguntará cómo lo harán. Pero el esfuerzo lo va a tener el Gobierno”.
– Mejora en la calificación soberana por el acuerdo con el FMI: “No en el corto plazo, pero si dijimos que se necesita más credibilidad y un acuerdo con el FMI permitirá ver metas en lo monetario y fiscal que para el mercado son importantes; eso aumenta la posibilidad de que el país tenga acceso al financiamiento”.
– El alza en el precio de la soja: “Una de las razones por las que sube es porque se prevé una menor producción. Cuanto más logre exportar el país mejor, pero con una brecha tan alta habrá incentivos a no traer los dólares, con los conocidos problemas de subfacturación y sobrefacturación”.
– Qué indicadores de ajuste ya vieron: “El que se observó en el aumento de las jubilaciones es el más importante, porque es el porcentaje más grande del gasto público. La otra señal la dio el Gobierno al proyectar un déficit primario de 4,5% del PBI en 2021, unos 3 puntos más bajos que este año. Y la suba de impuestos es un ajuste, porque se le quita dinero a la economía. Veremos cómo se hace este ajuste en un año electoral”.
– Qué medidas sugiere para recuperar la confianza: “No damos recomendaciones, pero cuando uno ve en otros países de América latina, se le ha dado prioridad a la estabilidad macroeconómica, por ejemplo, financiando el déficit en forma sostenible. Otra cuestión es darle prioridad a la baja de la inflación; eso no se hace y todavía hay debates que no se ven en casi en ningún otro país del mundo sobre si este es un problema monetario o no. Si eso no cambia, es difícil que exista la confianza que se necesita. Luego, podemos pensar si el país puede crecer al 4%, pero hoy estamos viendo que en la última década creció el 0,5% anual”.
– El efecto de que existan visiones opuestas dentro del Gobierno: “Puede tener un impacto, porque a muchos inversores les cuesta saber cuál es el punto de vista macroeconómico del Gobierno. En parte algunos funcionarios tienen razón cuando dicen que los planes económicos no han funcionado antes, pero deben decir hacia dónde apuntan para que el mercado lo entienda. Pero no creo que las tensiones de por sí sean un problema, porque en cualquier gobierno de coalición siempre resulta difícil porque cada parte quiere algo diferente. La clave es llegar a un acuerdo dentro del gobierno y, más importante, con la oposición, sobre las políticas públicas necesarias para salir del estancamiento. Por ejemplo, para un jubilado, en 3 años le cambiaron 3 veces la fórmula de ajuste. Y lo mismo se puede decir con la energía y otros temas que se mantienen a través del tiempo”.
– La retroalimentación entre el dólar y la inflación: “Es muy fuerte. La Argentina tiene algo único acerca de cómo una devaluación termina afectando la inflación y a la vez, cómo la emisión alta genera presión sobre el tipo de cambio y eso a su vez sube la inflación”.
– Por qué cayó el precio de los bonos después del canje exitoso de la deuda: “Es por la falta de confianza. Argentina no tiene pagos con el sector privado por 3 o 4 años, así que lo que el mercado está diciendo es que no está dispuesto a pesar de eso a comprar tu deuda. Eso genera la suba del riesgo país. Más claro no puede ser: el mercado no confía en que el país pueda pagar su deuda. Argentina no puede pagar su deuda con exportaciones y en general paga con más deuda, eso es el déficit fiscal. No va a poder pagar los más de 100 mil millones de dólares que le debe a los acreedores privados porque exporte más si no tiene acceso a los mercados, que a su vez solo le darán fondos si ve que el país está creciendo”.
– Opinión sobre el Presupuesto 2021: “Es tan realista como cualquier presupuesto en un país con alta inflación. Una proyección del 40 al 60 por ciento para 2021 es algo enorme para todo el mundo, y sin embargo es un escenario posible para la Argentina”.
– Cuánto podría subir la calificación de la deuda soberana: “La última fue en septiembre de este año cuando afirmamos la calificación en C y con perspectiva estable. Podemos cambiarla en forma permanente, pero muchos de los factores que esperábamos, como la renegociación de la deuda, ya ocurrieron, así que lo que queda por ver ahora es qué hará el gobierno para enfrentar estos problemas que mencioné, porque aún habiendo postergado la deuda vemos que será difícil que acceda a fondos para pagarla”.
– El impacto de las tasas bajas a nivel global sobre la deuda argentina: “Es una oportunidad perdida porque la tasa que paga la Argentina es de 15 o 17 puntos y otros países emergentes se fondean a una quinta parte. La soja ayuda, pero no mucho. Esperamos una recuperación en 2021, pero la pregunta es qué pasará en 2022 y 2023. Las tasas internacionales hasta que no baje el riesgo país no podrán ser aprovechadas por el Gobierno”.
– La intervención oficial en el mercado del contado con liqui: “El Gobierno puede hacer mucho en el corto plazo, pero nunca luchar contra una marea macroeconómica”.