El Tesoro se apresta a colocar este jueves su Bonad 2018, un título que, según sostienen en la City, funcionará como un seguro de devaluación pero que no tiene efecto adverso
Tras el Bonad 2016, el Gobierno confirmó el último viernes la emisión de un nuevo título público atado al dólar (dollar-linked), pero esta vez con un vencimiento algo más lejano: 2018. Si bien en los últimos días había trascendido que el Gobierno trabajaba en una emisión a 2017, fuentes de Economía confirmaron la necesidad de "estirar" los plazos para ir ganando volumen en las emisiones sin concentrar los vencimientos en el corto plazo.
Según informó la cartera de Hacienda, se licitarán, en uno o más tramos, hasta u$s 1.000 millones del Bonad 2018, que pagará una tasa anual del 2,4% (la del Bonad 2016 era del 1,75%).
El bono, emitido en dólares pero para suscribir y pagar en pesos a tipo de cambio oficial del Banco Central, tiene una duración de 40 meses –fecha de emisión 18/11/2014 y de vencimiento el 18/03/2018– y se pagará completamente (capital e intereses) al vencimiento.
La emisión se inscribe en el marco del Programa Financiero 2014 y el primer. El primer tramo de la licitación, por un monto mínimo de u$s 500 millones ampliable, se realizará el próximo jueves. La licitación está abierta a los agentes del Mercado Abierto y los agentes de la bolsa y a cualquier inversor (a través de los agentes del mercado).
El mes pasado, el Gobierno hizo su primera licitación abierta –una emisión también atada al dólar– en años con un resultado mejor al esperado.
En esa oportunidad, consiguió colocar u$s 983 millones del Bonad 16 y la tasa del 1,75% fue convalidada por el mercado.
Aunque el Gobierno no informó qué tipo de inversores compraron ese bono, en el mercado mencionaron a aseguradoras, bancos, fondos comunes de inversión y particulares, aunque también se especulaba con ayuda de bancos públicos y de Anses.
Sabido es que las necesidades del Tesoro sobre la última parte del año generan urgencia en la gestión de los recursos y el giro de fondos por parte del Banco Central ya le ha deparado a la entidad que conduce Alejandro Vanoli un fuerte deterioro patrimonial. Por eso, si bien para una parte de los especialistas la emisión de bonos dollar-linked tendría la "virtud" de quitarle presión a la entidad monetaria, al menos en lo que respecta la emisión monetaria, si bien algunos analistas señalan que podría quitarle recursos a los inversores institucionales que de otro modo irían al mercado abierto.
En general los especialistas consultados aprueban la nueva impronta del Tesoro que se "hace cargo" de una parte de su propio fondeo, aunque advierten que la colocación no va a provocar cambios estructurales ni afectará en el sobrante de dinero de la plaza porteña.
En los últimos días bancos y compañías de seguros recibieron el llamado de Economía advirtiéndoles de la nueva emisión. En rigor, la semana previa estas entidades salieron a vender bonos Boden 2015 y Bonar 2024 en lo que se leyó como una respuesta a las inquietudes efectuadas desde el Gobierno, a fin de que estos inversores se presenten en la próxima emisión previa venta en el mercado de sus activos en dólares. "De la misma forma habían procedido antes de lanzar las primeras de las emisiones", sostuvo el gerente de un banco de inversión.En la City señalan que como el dólar oficial está "planchado", las cotizaciones paralelas caen, así como los futuros de dólar, pero los inversores siguen buscando cobertura ante una posible devaluación, el momento es ideal para realizar este tipo de colocaciones.