En noviembre deberá enfrentar el vencimiento más importante del año; no sólo por el monto sino por la implicancia casi política de la colocación que habrá que enfrentar: el Bote dólar Linked por unos u$s 1.700 millones, que en su mayoría es propiedad del fondo norteamericano PIMCO.
El ministerio de Economía encara el período más importante de vencimientos hasta las elecciones legislativas. Entre septiembre y octubre deberá hacer frente a dos vencimientos de títulos públicos emitidos en pesos por 284.000 millones y 297.000 millones respectivamente; además de las tradicionales letras de corto plazo lanzadas tanto por el gobierno como por el Banco Central. En noviembre deberá enfrentar el vencimiento más importante del año; no sólo por el monto sino por la implicancia casi política de la colocación que habrá que enfrentar: el Bote dólar Linked por unos u$s 1.700 millones, que en su mayoría es propiedad del fondo norteamericano PIMCO.
Para esto el secretario de Finanzas, Rafael Brigo, deberá conseguir aproximadamente $600.000 millones del mercado local voluntario de deuda en moneda local; decidiendo además cual estrategia es la que aplica. Si la que venía ejecutándose hasta la primera semana de agosto, con vencimientos de largo plazo y tasas inferiores a la inflación (estrategia menottista); o algo más realista de plazos menores (máximo primer semestre 2022) y con un interés superior al IPC. Esta última fue la estrategia desplegada desde la segunda semana del mes pasado, con resultados positivos y con los money markets (Fintech), como principales aliados. En estas horas se resolverá si se repite la fórmula o si se elabora un mix de colocaciones. La intención de Martín Guzmán es la de integrar ambos vencimientos con deuda voluntaria y con actores financieros locales privados, y evitar al máximo la emisión monetaria atendiendo que no son tiempos en los que haya que pensar en tensar más las cuerdas inflacionarias del segundo semestre del año.
Para lograr esta meta, Economía deberá reformular y sostener el “acuerdo de caballeros” no escrito con los grandes fondos de inversión que aún mantienen posiciones en pesos, por el cual se mantendrá la ventana abierta para que estos puedan salir de sus papeles en moneda local y cambiarlos por dólares en el mercado financiero. Hasta julio, y durante todo 2021, Economía había podido renovar largamente superando la demanda a la oferta de deuda, todas las colocaciones de títulos públicos y Letras que se ofrecían al mercado; controlando así las posibles presiones sobre la divisa y manteniendo en moneda local las emisiones de deuda. Aún en términos nominales abultados.
Sin embargo la primer semana de agosto se consideraba tanto desde el oficialismo económico como la mayoría de los operadores privados, que la operación que se enfrentaría sería complicada por el gran número de pesos que debía conseguir Economía, pero se pensaba que se lograría la renovación total de la deuda. Más teniendo en cuenta que la operación anunciada representaba una emisión del tipo “dólar linked”. Esto es, que el operador tiene cubierta la tasa de interés atada a una eventual devaluación de la divisa oficial, algo que desde el gobierno se rechaza casi como religión. Pero que si hubiera aún dudas, el título cubriría ese miedo. Aún así el mercado, al menos en parte minoritaria pero importante, desconfió.
Una vez superadas las pruebas de septiembre y octubre, Economía deberá prepararse para el desafío más importante vinculado a la deuda en pesos hasta fin de año. El vencimiento del Bono del Tesoro Nacional Vinculado al Dólar Estadounidense (BOTE) colocado bajo el esquema dólar linked, y que alcanza los u$s1.766 millones; y que tiene vencimiento final el 29 de abril del 2022; pero paga segundo vencimiento el 30 de octubre próximo. Se trata de un papel en su mayoría bajo poder del fondo norteamericano Pimco, quién desde hace varios meses pugna por salir de las colocaciones en moneda local que mantiene desde los tiempos macristas; pero que sostiene un pacto de no agresión con Economía para ir abandonando el mercado local, pero de manera ordenada. En octubre habrá una oportunidad para medir la vigencia de esta alianza.