En 2016 se registró un déficit comercial de u$s 2101 millones, lejos del superávit de 2005. Una política de impuestos más bajos en EE.UU. impactaría en la inversión en Argentina
Con la asunción de hoy de Donald Trump como presidente de EE.UU., el mundo virará hacia uno más proteccionista. Las modificaciones que implemente, tanto en la economía estadounidense como, principalmente, en la relación de esta con el resto del mundo se traducirá en cambios para la Argentina desde el punto de vista comercial. Aun así, los economistas consultados sostienen que la principal vía por la que impactará en la dinámica local será la financiera: el encarecimiento del costo del endeudamiento, con tasas más elevadas en el mundo, que significarán que el país busque otras vías de financiamiento o, según aconsejan, busque equilibrar sus déficits de manera de prescindir, al menos un poco, de las necesidades de fondeo.
«La principal vía de impacto en la Argentina de los cambios de los que habló Trump son a través de un mayor costo financiero para el país, en una economía que está apalancada en sostener sus déficits con deuda», reflexionó Ramiro Castiñeira, economista de la consultora Econométrica. «Se parte de niveles bajos y por eso no nos asustamos, pero el camino es obvio y no es sostenible en el tiempo», sostuvo.
Por este motivo, señaló que sería muy importante que el gradualismo no pierda vigor. «Se hace más necesario para demostrar que esta dinámica es sostenible, cosa que aún está en duda», dijo. «Hay que acomodar rápido la macro para sacar esta necesidad de financiamiento en un mundo que se pone más hostil», describió.
Según dijo, la Argentina es la única economía que financia todos sus déficits en el mercado internacional y «ningún país lo hace; no es normal». Frente a la pregunta de recurrir al mercado interno, identificó que no sería posible por el tamaño de los déficits: «se llevaría puesto el sistema financiero», aseguró.
Sobre la economía real, subestimó el impacto de un mayor proteccionismo desde Estados Unidos por la razón de que «la Argentina viene de décadas de aislarse del mundo; lo único que se vende es soja al mundo y el nivel de importación es mínimo». Es así que dijo que «un cambio en el escenario comercial no le va a pegar de lleno; la oleaginosa va a seguir siendo demandada».
Según un informe de Abeceb, dentro de la relación comercial de la Argentina con Estados Unidos se mantuvo un déficit en los últimos 11 años. El peor rojo fue en 2014, cuando llegó a u$s 4757 millones. «Desde 2006 y hasta 2016, cuando comenzó a revertirse la tendencia, el déficit en el intercambio con Estados Unidos fue creciente», identificaron desde esta consultora.
El año pasado terminó con un déficit estimado de u$s 2101 millones, con un recorte significativo el rojo del año pasado cuando alcanzó los u$s 4258 millones, pero lejos aún de un saldo favorable como el que se logró 11 años antes, cuando en 2005 la balanza resultaba positiva con u$s 495,4 millones.
El resultado de 2016 surgió de que las importaciones totalizaron u$s 7025 millones, una cifra algo menor a los u$s 7650 millones de 2015, mientras que las exportaciones crecieron alcanzando los u$s 4923 millones, una cifra superior a los u$s 3392 millones de 2015.
Desde Abeceb describieron que «los principales productos que se le vendieron a Estados Unidos en 2016 fueron biodiesel, por u$s 1073 millones y una participación del 26%; vinos por u$s 245 millones y el 5,9% y aceites crudos de petróleo con u$s 215 millones y el 5,2%».
A su vez, de Estados Unidos, el año pasado se importó gasoil por u$s 808 millones con una participación del 12,7%; aviones por u$s 503 millones y el 7,9%; y máquinas de sondeo rotativas por u$s 160 millones, con el 2,5%.
Desde el Estudio Broda identificaron tres vías de impacto en la Argentina. Por un lado, el financiamiento, que hará que sea más caro conseguir los dólares necesarios para cerrar la brecha financiera de este año, aunque buena parte ya se consiguió vía el préstamos de los seis bancos colocadores, por u$s 6000 millones el jueves de la semana pasada, a los que se suman los u$s 7000 millones emitidos ayer en dos bonos a 5 y 10 años de plazo.
En segundo lugar, las exportaciones netas. Según explican, la suba de la tasa de la Reserva Federal llevará a una apreciación del dólar y a una menor apreciación del peso (contra el dólar), lo que en principio mejoraría nuestro frente comercial. Pero el efecto neto final para las exportaciones «probablemente sea negativo, por el impacto contractivo de un menor crecimiento mundial (por mayor proteccionismo) pesaría más que el efecto expansivo de EE.UU.». Esto se daría porque el comercio bilateral con este país es de un tamaño pequeño: implica sólo el 7% de las exportaciones argentinas y el 12% de las importaciones.
Por último, sostienen que habría menos inversión extranjera directa (IED), precisamente para «un Gobierno que pretende apoyarse más en la inversión para crecer». Esto se daría como resultado de la intención de Trump de bajar impuestos en EE.UU. y de brindar incentivos para la repatriación de capitales, lo que haría menos atractivo invertir en nuestro país.