Miguel Kiguel, Marco Lavagna y Federico Sturzenegger en el Congreso del IAEF
Cepo, gasto y presión fiscal. Tal el menú que encabeza la «herencia económica» que recibirá el próximo gobierno. Temás que también captaron la atención y los análisis de los economistas que tienen mayor o menor relación con los candidatos a suceder a Cristina Kirchner a partir de diciembre.
Son materias que fueron analizadas hoy por los economistas Miguel Kiguel (independiente), Marco Lavagna (Frente Renovador) y Federico Sturzenegger (PRO), quienes consideraron que los grandes desafíos que tendrá en materia económica el próximo gobierno pasan justamente por la remoción del cepo cambiario, por la disminución y la eficiencia del gasto público y por la reducción de la presión tributaria.
Los tres especialistas disertaron en el marco del 32 Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), que se desarrolla en esta ciudad, con el título «La Argentina del diálogo y el consenso».
Kiguel sostuvo que «se viene» una época donde será necesario «un sinceramiento» del tipo de cambio y «un ajuste» del gasto, pero la diferenció con etapas anteriores de la economía argentina, al indicar que «este ajuste se puede hacer con plata».
En ese sentido, el ex secretario de Finanzas durante el gobierno de Carlos Menem, sostuvo que los recursos que servirán para atenuar el impacto del ajuste vendrán «como consecuencia de las inversiones que llegarán al país» y al hecho de que la Argentina tiene un bajo nivel de endeudamiento.
Kiguel señaló que «desde hace cuatro años, la economía argentina está estancada» y que «uno de los mayores errores (de este Gobierno) fue el cepo» cambiario, por lo que «el desafío es removerlo» y, aunque reconoció que «eso es costoso e implica el riego de que se traslade a la inflación», consideró que debe aplicarse un «shock» devaluatorio «que favorezca la entrada de capitales».
«El efecto del ajuste puede ser compensado porque la Argentina está subinvirtiendo y está subendeudada», expresó el economista, quien postuló la necesidad de que haya una «suba de tarifas» y un «sinceramiento del tipo de cambio».
Por su parte, Lavagna sostuvo que «la presión tributaria es regresiva y asfixiante» y que «la productividad (de la economía argentina) viene cayendo al uno por ciento anual desde 2011».
Lavagna -quien es director de la consultora Ecolatina- coincidió en la necesidad de la eliminación del cepo, «aunque no de un día para el otro», sino a través de un período que estimó en seis meses, y subrayó que «la inflación debe estar en el centro de la discusión».
«Hay que volver al mercado único y libre de cambio y reducir el déficit fiscal ampliando la base impositiva, con una disminución de impuestos a las ganancias al trabajo y para promover inversiones», expresó Lavagna.
Por su parte, Sturzenegger -economista y diputado por el PRO- consideró que «la Argentina no tiene un problema fiscal», ya que su deuda pública es de 20 por ciento sobre el producto bruto interno (PBI), pero puntualizó que debe «bajar el gasto público y sustituir el impuesto inflacionario».
«El gasto público es de 40 por ciento del PBI y el gran desafío es recuperar la eficiencia» en las erogaciones del Estado, planteó el legislador, quien también sostuvo que entre los objetivos del partido que encabeza Mauricio Macri está ubicar «la inflación en una banda de cero a cuatro por ciento en tres años».
Sturzenegger hizo hincapié en los «riesgos institucionales» que tiene la Argentina, puntualmente en lo que se refiere «a la Justicia, la (libertad de) prensa, el (funcionamiento del) Congreso y (el manejo de las) estadísticas».