El riesgo país no logra bajar de la zona de 400 PB
A casi 80 días de la decisión del Gobierno de cambiar la meta inflacionaria para 2018, el costo de la deuda argentina continúa sufriendo las consecuencias. El riesgo país, que registra el diferencial de tasa entre los bonos soberanos y similares de los Estados Unidos, continuó ayer aferrado a la zona de los 400 puntos básicos, con lo que acumula un salto cercano al 12% en lo que va del año.
El camino inverso recorrió el principal socio comercial de la Argentina, Brasil, cuyo riesgo país orilla los 235 puntos, con una mejora cercana al 3 por ciento desde el cierre de diciembre último. «Desde principio de año, se está viendo un desacople del spread argentino con respecto a sus pares regionales, lo que marca un quiebre con su comportamiento durante 2017», dijo a BAE Negocios Santiago Dymensztein, economista senior de Elypsis.
Tres tristes causas
La curva argentina se había comprimido con fuerza -en términos absolutos y relativos- tras las últimas elecciones PASO, cuando llegó a caer a menos de 350 puntos básicos en octubre de 2017. Pero a principios de este año, tres causas le dieron un empujón del que todavía no logra recuperarse.
«La primera fue la suba de tasas en Estados Unidos, especialmente la 10yr. Sin embargo eso es algo que también afectó a los pares de la región, por lo tanto ahí entran otros dos factores: la emisión de nuevos bonos que saturó la oferta argentina de renta fija y el impacto negativo del cambio de metas o la «pérdida de independencia» del Banco Central», enumeró a este diario Axel Cardin, del equipo de Research de Bull Market Brokers.
El alza de la tasa estadounidense tuvo impacto en los spreads argentinos dada la mayor sensibilidad o beta del país a los movimientos de los treasuries. El riesgo país para la Argentina llegó a tocar las 426 unidades en febrero último. Pero una vez que ese factor externo comenzó a estar controlado y que los spreads de los países vecinos se estabilizaron, el diferencial argentino no se comportó del mismo modo.
El segundo factor, la emisión de tres bonos por 9.000 millones de dólares que el país hizo a inicios de enero, también pesó en el mercado, que vio una sobreoferta de títulos argentinos. Pero parte de ese efecto también se disipó en los últimos días, cuando el ministro de Finanzas, Luis Caputo, salió a decirle a los inversores externos que el Gobierno no piensa colocar más deuda en los mercados internacionales este año. A las declaraciones del funcionario, les siguió una caída de 15 puntos básicos del spread argentino.
El factor idiosincrático
¿Qué explica hoy, entonces, el desacople contra los países de la región? «Evidentemente, el cambio de meta surge como primera intuición para explicar esta reciente divergencia», mencionó Dymensztein. Precisamente, Elypsis diseñó un modelo que ajusta el riesgo país en función de la tasa estadounidense a 10 años, el EMBI de América latina, el rating crediticio y otros controles. A eso le agregó variables para controlar por el efecto «cambio de metas» tanto sobre el spread argentino, como sobre la sensibilidad de este último a la tasa americana. «Nuestros resultados preliminares muestran una diferencia de unos casi 50 puntos básicos que podríamos asignar a un factor idiosincrático, una vez controlado por el movimiento de la tasa de los Estados Unidos y del riesgo país de nuestros vecinos», apuntó el analista.
Cardin, de Bull Market Brokers, cree que el efecto cambio de meta de inflación sobre la curva argentina tardará en disiparse. «No creo que sea algo inmediato, más bien gradual», sopesó.
El daño a la credibilidad de la entidad que preside Federico Sturzenegger ha tenido su costo desde el 28 de diciembre, cuando se relajó la política monetaria en un contexto de aceleración de la inflación.
Sin embargo, los expertos continúan siendo optimistas. «Los fundamentals de la Argentina no han cambiado. El riesgo país debería estar más cerca de los 300/350 puntos básicos que de los 400/450», calculó la economista Sabrina Corujo, de Portfolio Personal. «Aún hay otros temas a solucionar, como el déficit, que impacto sobre el costo del endeudamiento. Pero los títulos argentinos tienen TIR muy interesantes», destacó a este diario.